Igual soy un nostálgico, pero en los últimos tiempos no dejo de pensar que las películas de aventuras de los 80 (Quizás debería decir las películas en general) eran mucho mejores que las actuales. A lo mejor dentro de veinte años los críos de ahora piensan lo mismo de las películas del 2030, quien sabe. Yo solo sé que aquella era una época en la que Indiana Jones no era un señor mayor que se protegía de una explosión nuclear escondiéndose dentro de una nevera, Darth Vader no era un niñato llorón digno de tener que ser educado por Supernanny y en la que los niños no quería ir a estudiar a Hogwarts, sino buscar el tesoro del pirata Willy el Tuerto.
Los Goonies es una película de 1985 escrita y producida por Steven Spielberg y que fue dirigida por Richard Donner y si aun no la has visto ya estas tardando. Se trata de una de las mejores películas de aventuras jamás rodadas y que con los años se ha convertido, con meritos más que sobrados, en una película de culto. Una de esas películas que no te cansas de ver una y otra vez y que aunque ya sabes que vas a ver en cada escena te sigue emocionando casi igual que el primer día.
La película nos cuenta las aventuras de un grupo de chavales que se hacen llamar los Goonies, debido a vivir en la zona de los muelles de Goon y que están a punto de perder sus hogares por culpa de unos inversores que pretenden comprar el barrio para ampliar el club de golf. Esto les obligara a separarse y quizás a no volverse a ver. En uno de sus últimos días juntos encuentran en el ático de uno de ellos, Mikey, el mapa del tesoro del pirata Willy el tuerto, un viejo doblón y un recorte de periódico que habla de un buscador de tesoros que desapareció hace años mientras buscaba dicho tesoro. Mikey convence a sus amigos de buscar el tesoro juntos para que sea su última aventura antes de la separación.
Mientras esto sucede y sin que los Goonies lleguen a enterarse, los Fratelli, una familia de falsificadores, liberan de prisión a uno de sus miembros y escapan de la policía, estos, que en principio nada tienen que ver con los chavales acabaran cruzándose con ellos formando parte de la aventura y proporcionando sin darse cuenta un nuevo miembro para la banda de los muelles de Goon.
Con este punto de partida tan cogido por los pelos comenzaba una de las mejores aventuras cinematográficas de aquella década. La cual desde esa larga secuencia inicial en la que se nos presentaban uno por uno a los personajes al ritmo de la música de Dave Grusin, quien consiguió que no echásemos de menos a John Williams, nos hacía presagiar que nos encontrábamos ante un peliculón de los que ya no se hacen. Había aventura a raudales, pequeños toques de horror y mucho, mucho humor. Quien no esboce una sonrisa al recordar como Bocazas (Corey Feldman) explicaba en italiano (en español en el original) a la señora de la limpieza las atrocidades que se cometían en la casa de los padres de Mickey o al volver a ver el supermeneo de Gordi o los absurdos inventos de Data (Jonathan Ke Quan, Tapón en el Templo Maldito) es que esta muerto por dentro.
Los protagonistas de esta película en su mayor parte no continuaron su carrera en el cine, los que lo hicieron o bien acabaron siendo relegados a papeles de secundarios o tuvieron una carrera con resultados desastrosos en algunos casos. Aunque acabaron saliendo algunos actores más o menos conocidos, Mikey (Sean Astin) creció, engordo y tras encontrar el tesoro de Willy se convirtió en samsagaz Gamyi y acompaño a Frodo Bolsón en su misión de destruir el anillo único. Su hermano mayor Brandon (Josh Brolin) creció tanto que acabaron diciéndole que ese no era país para viejos y Francis Fratelli (Joe Pantoliano) paso de ser un criminal de poca monta a ponerse de parte del Agente Smith y traicionar a Neo.
Lo dicho, películas así ya no se hacen y es una pena, Por suerte siempre nos quedara la nostalgia y las reediciones en DVD ripeadas.