Yo hasta hace poco era una persona relativamente normal. Me levantaba por las mañanas, me duchaba, desayunaba viendo las noticias en la tele y si ese día no tenía nada que hacer me ponía a leer los periódicos en el ordenador, o unos comics, o veía alguna serie que tuviese pendiente, y por qué no admitirlo, un poquito de porno también caía de vez en cuando. Lo que se dice una vida normal, monótona y aburrida, hasta que me dieron a probar una droga que me ha jodido la vida…
Fue hace cosa de dos meses, un amigo (El mismo que dirige este blog con mano de hierro) me dijo que lo probase, que me iba a gustar, yo me resistía, sabía lo que este tipo de cosas le habían hecho a él en el pasado, le había visto enganchado a muerte hasta el punto de casi perder el contacto con la realidad, pero por no hacerle un feo le dije que bueno, que igual lo probaba, el se quedo más o menos contento y me paso ese oscuro objeto de deseo. Yo lo guarde durante un par de meses resistiéndome a usarlo, temía lo que podía llegar a pasarme, en lo que podía llegar a convertirme si lo probaba, y durante un tiempo fui capaz de resistir. Pero al cabo de un tiempo la presión social pudo conmigo, el ya no era el único que insistía en que me animase a probarlo, ya había un segundo amigo que lo había hecho y que me aseguraba que me gustaría a mí también, así que por no quedarme fuera del grupo, y pese a que mi conciencia me decía que resistiese, no pude mas y lo probé, jugué al Civilization IV.
Todo un mundo nuevo se desplego ante mí, con sus continentes, sus océanos, sus unidades de combate y una pequeña ciudad. Todo me esperaba allí a que tomase mis primeras decisiones. Sin estar seguro de lo que hacía cree unos trabajadores a ver qué pasaba, y luego les puse a construir minas y granjas, pronto doble el número de trabajadores, mi territorio se me quedo pequeño y envié colonos a ampliar mis fronteras, al tener tanto territorio necesitaba más tropas para protegerlo… De pronto me vi revisando cada opción de automatización para optimizar mi producción, analizaba cada palmo de terreno buscando las mejores ubicaciónes para construir nuevas ciudades, talaba bosques, picaba piedra y pronto me encontré con un imperio vecino al que no sabía si atacar o comerciar con él, mi tensión arterial se disparaba cada vez que empezaba un nuevo turno. Me había enganchado sin remedio.
Caí en una espiral de obsesión con el juego, instale todas las expansiones una detrás de otra, me cree una cuenta de gamespy para poder jugar online y eso fue aun peor, si el juego en solitario enganchaba, la posibilidad de jugar contra jugadores humanos, los mismos que me habían enganchado al juego, y tener la posibilidad de discutir con ellos vía skype mientras levantábamos nuestros imperios me hizo hundirme más en mi adicción, los horarios ya no tenían sentido para mi, el solo salía por las mañanas y yo seguía aquí sentado jugando sin parar, les suplicaba a mis amigos que jugasen un par de turnos mas, les chantajeaba, les amenazaba, todo me daba igual excepto la oportunidad de jugar un nuevo turno. Y poco a poco eso fue insuficiente para mi, necesitaba más imperios humanos contras los que luchar, me vi convertido en una especie de camello patético que le ofrecía droga a los niños a la puerta de los colegios, desesperado por reclutar a algunos más para la causa, buscando a mis victimas entre gente que en el pasado había caído en estas adicciones y que sabía que serian presa fácil. Y para mi eterna vergüenza lo conseguí, les hice a otros lo que antes me habían hecho a mí, meterles en el vicio de forma irremediable.
Ahora languidezco sin remedio pegado al ordenador esperando a poder empezar una nueva partida, sin ver en el horizonte posibilidades de escapar de esta droga. Para mí ya no hay remedio, pero vosotros, lectores que estáis leyendo esto, seguid el consejo de alguien que ha visto el fondo de este pozo de perdición, si alguien os ofrece jugar a este juego, haced caso a las sabias palabras del viejo Gandalf…