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Castle

Castle se podría decir que es una serie procedimental, o lo diría si fuese uno de esos gilipollas que repiten como loros las expresiones que alguien se ha inventado para parecer más listo que los demás. Por suerte no soy de esos y me limitare a decir que Castle es una serie de policías, una comedia romántica de policías. Bueno, igual ahí me he pasado, pero casi.

Castle no dejaría de ser una serie mas de policías resolviendo casos si no fuese por su protagonista. Rick Castle es un escritor de novelas de misterio de mucho éxito. También es un mujeriego, un caradura, un tipo que le cae bien a todo el mundo y padre soltero. Un día descubre que un asesino en serie está utilizando sus novelas como guía para cometer asesinatos, lo que le lleva a colaborar con la policía, y es ahí donde comienza todo, convirtiéndose en asesor policial a tiempo casi completo.

Este personaje, sobre el que recae todo el peso de la serie, esta magistralmente interpretado por Nathan Fillion, al que casi nadie recordara por su papel protagonista en Firefly porque esa serie paso, por desgracia, bastante desapercibida pese a ser bastante buena. Serie a la que por cierto Fillion no pudo evitar homenajear en Castle.

Y claro, no podría haber romanticismo en la serie si no hubiese una chica, bueno, podría haberlo claro, que estamos en el siglo XXI y las cadenas de televisión se matan por atraer al público gay a sus series, pero no es este el caso. Como decía antes de divagar, hay una chica, Kate Beckett, la detective a la que Castle se pega en el primer episodio y que, utilizando sus contactos en la alcaldía, consigue que le asignen como asesor de la policía asignado a la detective Beckett.

Este personaje, interpretado por Stana Katic, es la clásica mujer fuerte, independiente y segura de sí misma que en el fondo lo único que quiere es que su príncipe azul la seduzca. Por si fuera poco Beckett siempre había sido fan de las novelas de Castle, por lo que empezar a trabajar con él y empezar a mojar las bragas fue todo uno. Sobre todo desde que el la convirtió en su inspiración para la protagonista de su nueva saga de novelas. A lo largo de la serie veremos una y otra vez ese eterno clásico de “Te quiero pero no tengo huevos de decírtelo” que hemos visto tantas y tantas veces. Aunque aquí está bastante bien llevado gracias a Fillion. Eso si, por el camino veremos como ella acaba liándose con un Cylon, son una plaga esos bichos.

La serie se complemente con un pequeño plantel de secundarios que comprende a Ryan y Exposito, los detectives que trabajan con Castle y Beckett y la madre y la hija de Castle, que aunque podría parecer lo contrario no son un lastre para el personaje sino todo lo contrario consiguiendo humanizarle y que no sea solo un salidorro simpático con los aires a lo Han Solo que le duran desde Firefly.

Vamos, que la serie es divertida, entretiene y acaba de estrenar en Estados Unidos su tercera temporada, eso sí, un consejo, esta serie hay que verla en versión original. No es que yo sea un talibán de la VO, pero es que en este caso concreto el doblaje en español es infame y los protagonistas tienen muy buenas voces que sería una pena no escuchar.

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