Internet echa humo. Los fans de Perdidos, divididos. ¿Ha sido un buen final? ¿Ha sido malo? ¿Por qué no se han respondido a las preguntas?
Respuesta a la gallega: ¿En serio de verdad creíais que os lo iban a responder TODO? Estamos hablando de una serie que de su concepto original ha ido sufriendo ciertas mutaciones (si bien es cierto que la lucha entre el blanco y el negro aparece en el primer episodio) y ha ido soltando cabos y más cabos con la idea de tenerte enganchado delante de la pantalla. No puede responder a todas las preguntas. Primero, porque es probable que los autores no recuerden todas las que han ido formulado. Segundo, porque es posible que no sepan cuántas preguntas se formulan en realidad los espectadores, mas allá de que sean muchas. Y tercero, porque no es importante.
Créeme. No lo es.
Lost ha tirado para delante durante seis temporadas. Ha sobrevivido a huelgas de guionistas, a bajones de audiencia, a bajones de calidad, a la juerga y la desvergüenza de parte de su casting y a quién sabe cuántos huracanes hawaianos. La audiencia seguía interesada en la serie de un modo u otro. Y buscar la respuesta al enigma no es el por qué. De verdad.
Hace menos de un año sacaban una serie, Flashforward, que pretendía ser la heredera de Lost. Nos planteaba una situación extraña y cómo se enfrentaba el mundo a ella. Incluso tenían a Charlie y a Penny. ¿Y qué? De verdad, ¿qué nos importa eso cuando los personajes son de cartón piedra? ¿Cuando las situaciones se convierten en absurdas? Un misterio no da para seguir leyendo. A nadie le importa saber algo que no suscita interés porque ocurre en un universo paralelo poblado por personas con las que no empatizamos. Y por eso Flashforward es una puta mierda. Porque las actuaciones eran malas tirando a pésimas, porque los guiones tenían fallas graves, porque los personajes resultaban pesados, porque había capítulos intragables. Nos intentaban vender la nueva serie de la década, pero nos dieron un truño. Muy misterioso él, sí, con un envoltorio curioso y hasta lesbianas. Pero no. Lost le da sopas con hondas.
Mientras que Flashforward tiene como título el evento que desencadena la serie, el flashforward, Perdidos se llama así por sus protagonistas, los perdidos. Es una serie que desde el principio te hace entrar en la psique de los personajes, en sus miserias, en sus pasados oscuros, en sus sueños. Te hace llorar cuando fracasan o cuando tienen éxito. Te hace emocionarte de verdad. El alma de Perdidos no es la isla. Si quitamos la isla y dejamos a los personajes tenemos un drama humano consistente por sí mismo. El enigma es la adición, lo utilizan para que al final de cada capítulo enarques una ceja y te preguntes de dónde ha salido eso. Los personajes son lo que te hace sentir en plenitud la serie. Y así deberían ser todas las buenas historias.
El final de Perdidos no responde a todas las preguntas, sólo a algunas. Y plantea otras. Pero, ¿realmente importa eso? Si buscabas saber lo que ocurría, sí. Si estabas viendo la serie para saber qué era de Jack, Sawyer, Kate y compañía, no.
Ver a Claire dando a luz a Aaron de nuevo, junto a Charlie, o el momento en que James y Juliet se abrazan, o, por muy poco que me guste, a Jack tocando el ataud con evidente dolor y recordando todo lo que ha pasado en la isla. Es ver cómo Jin y Sun vuelven a ser los Jin y Sun de siempre, tras reencontrarse y perderse y morir juntos. Eso es, para mí, el alma de Perdidos. Y para muchos otros.
Por eso me ha encantado el final. Me han engañado como a una tonta. Pero qué bien lo han hecho.