Tenía yo ganas de echarle un ojo a la peli de Kick-Ass por la sencilla razón de que había una niña disfrazada dando leña. Así de simple soy. Me convencen con un argumento muy simple: la violencia injustificada e ingenua.
Porque, en parte, gran parte de la película rota en torno a la ingenuidad. Ingenuidad de Dave, que se viste con un traje para salir a la calle y recibir palizas en el intento de salvar a gente. Ingenuidad de Hit-Girl, que juega a ser una superheroina y se convierte en una asesina a sus tiernos once años, pero para ella no significa nada. La violencia, pese a que desde nuestra perspectiva, nos horroriza (las escenas son bastante crudas), para ella es un modo de pasar el rato con su padre, de hacer justicia. Es un arma viviente y se divierte siéndolo.
Pero empecemos por el principio…
Érase una tortuga ninja…
Dave es un chico invisible, típico nerd sin éxito con las mujeres, ávido lector de cómics, pajillero vocacional. Pero un día decide vestirse de superhéroe y salir a las calles a combatir el mal. ¿El resultado? Un navajazo en el estómago y una paliza tremenda. Gracias a la operación que le hacen, se convierte en algo así como un enfermo de analgesia congénita y consigue salvar a un chico de unos matones. Se convierte en una celebridad en Internet y recibe la visita de dos superhéroes «de verdad»: Hit Girl y Big Daddy, ambos involucrados en su propia lucha contra la mafia.
El ritmo de la película se mantiene estable y hace que no se pierda el interés. Las actuaciones son solventes, destacando la de la niña, que da miedo. Nicholas Cage tampoco está mal. La música está muy chula y saben usarla. Incluso meten una canción de Ennio Morricone sin que quede forzada.
Kick-ass es a las pelis de superhéroes como Kill Bill a las de acción japonesa. Ultraviolencia, personajes memorables y buena música. Muy recomendable.