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Eliot Rahal, Jorge Fornés y el sangriento menú de Hot Lunch Special

Son tantos los cómics que, afortunadamente, se publican en el mundo que, incluso centrándonos en unos pocos lugares de origen concretos, es imposible seguir la pista de todo lo que existe. Incluso en casos como el que hoy nos ocupa, en el que la mitad de su equipo creativo es un dibujante que me encanta, como Jorge Fornés. Y este, junto con el guionista Eliot Rahal, son los responsables de una miniserie que he descubierto por casualidad, ya que desconocía por completo su existencia y que se ha convertido en una más que agradable sorpresa. Así que, sin más rodeos, vamos a ver qué nos ofrece el menú de este Hot Lunch Special.

Ese sándwich se le va a atragantar a alguien

Un dedo amputado dentro de un sándwich, el asalto a un camión de reparto, una empresa familiar dedicada a la comida rápida y una sociedad empresarial intergeneracional. Cuatro elementos que aparentemente no tienen nada en común, pero que no solo se encuentran estrechamente entrelazados, sino que están a punto de desatar una reacción en cadena con imprevisibles y trágicas consecuencias. Y es que hay gente que cree que todo vale en el mundo de los negocios y que va a descubrir por las malas que hay momentos en los que lo más sensato es romper un trato antes de que corra la sangre…

Como para hacerse vegano después de eso

Como decía al comienzo, pese a tratarse de un cómic dibujado por uno de mis artistas favoritos de la actualidad, y cuya presencia en este título fue el principal reclamo, no recordaba haber oído hablar antes de esta serie. En mi (triste) defensa, he de decir que, salvo contadísimas excepciones, no le presté mucha atención a los títulos de la efímera editorial AfterShock, pese a que publicaron a unos cuantos autores de bastante renombre. Por ello, la existencia de este Hot Lunch Special me pasó por completo desapercibida hasta que cayó en mis manos el recopilatorio con toda la miniserie y, por consejo de un amigo (y la presencia de Fornés), me lancé a leerlo sin saber absolutamente nada del mismo.

Y me jode que para reseñarlo creo estar contando mas de la cuenta

Y lo que me he encontrado es un cómic de serie negra tan apasionante como peculiar, que bordea en algunos momentos el humor negro y que es un curioso homenaje de Eliot Rahal, el guionista, a su familia. Y, dado que este cuenta en el prólogo del recopilatorio que en su familia le consideran la oveja negra por haberse dedicado a eso de escribir cómics en lugar de escoger una profesión “de verdad”, y que esto le ha distanciado de ellos, resulta un tanto curioso que su homenaje consista en mostrarnos una familia metida, a su pesar, en negocios bastante turbios, aunque muy unida cuando es necesario. Así que prefiero asumir que esa es realmente la parte del homenaje y no la otra faceta de los Khoury.

Esta extensísima familia no sabe el lio en el que se han metido

Porque la otra faceta es que esta familia lleva mucho tiempo atrapada por un acuerdo firmado por el abuelo de la protagonista con una familia de mafiosos, un acuerdo que solo los Khoury al frente del negocio familiar conocían y del que estos y sus progenitores llevaban tiempo queriendo escapar. Unos intentos que han provocado la ira de ese socio a la fuerza que prácticamente han heredado, desatando no solo la tragedia sobre esta familia, sino también un fuerte deseo de venganza que no se saciará con nada que no sea un derramamiento de sangre. Y precisamente ahí reside lo genial de esta serie.

Por eso hay negocios que es mejor no poner en marcha

Hot Lunch Special es, a fin de cuentas, un cómic de serie negra, pero uno en el que sus protagonistas, en ambos bandos, son torpes, descuidados, cometen errores que van elevando la tensión en este conflicto hasta que la única solución posible consiste en acabar por completo con el contrario. Y, aunque nada de esto se trata en clave de humor, esos pequeños momentos en los que vemos las meteduras de pata que todos cometen, cómo se van dejando llevar por sus impulsos sin pensar demasiado en las consecuencias, resultan no solo muy humanos, sino también casi cómicos.

Esta es una reacción habitual a la hora de leer esta historia

Porque aquí no nos encontramos con criminales profesionales perfectamente eficientes, sino con un grupo de personas que, a pesar de estar metidas en negocios sucios, han disfrutado durante tanto tiempo de una “pacífica” relación de negocios basada en el miedo que, a la hora de actuar como mafiosos, se les nota la falta de práctica. Y esa naturalidad al mostrar las debilidades, carencias e incluso justa ira de estos personajes es uno de los mayores alicientes de este cómic.

Les falta practica

El otro aliciente, por supuesto, es Jorge Fornés. Su estilo encaja a la perfección en un título como este, y aunque aquí aún se le apreciaba algo verde en algunas páginas (en aquel momento, 2018, apenas llevaba cuatro años dibujando cómics de manera profesional), ya se podía apreciar el gran artista que es hoy en día. Su habilidad para reflejar el mundo real, la autenticidad que eso le presta a sus historias, ya sean de crímenes urbanos como esta o una superheroica, es uno de sus mayores puntos fuertes.

Autentico como la vida misma

 

Pero, sin duda, lo mejor que posee es su habilidad como narrador, cómo hace que la historia fluya, que los personajes se “muevan” como si fuesen reales, el uso que hace de los recursos del medio. Algo que podemos apreciar especialmente en el uso que hace de la retícula, cómo juega con la composición de página y el tamaño de las viñetas, aumentándolas o reduciéndolas para crear tensión, provocando un efecto casi claustrofóbico al que da salida puntualmente en viñetas a toda página, de las que provocan que pauses la lectura unos momentos para asimilar lo que nos ha mostrado.

Fornés es un grande y no hace sino mejorar

Todo ello ha hecho que este Hot Lunch Special, como ya decía al comienzo, haya sido toda una sorpresa que no ha hecho más que reafirmarme en mi idea de no cerrarme a ningún tipo de lectura (o de obra de ficción en general, sin importar el medio), ya que nunca se sabe dónde puede aparecer una obra como esta tan disfrutable. Una lectura que, además, ha provocado que ahora quiera rastrear los otros cómics escritos por Eliot Rahal (a Fornés sí que le tenía más que fichado), porque me ha encantado lo que ha hecho aquí y necesito saber de qué otras cosas ha sido capaz.

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