Zatanna Zatara es un personaje que, pese a tener más de sesenta años de historia a sus espaldas y ser una de las principales practicantes de la magia en el Universo DC, ha estado casi siempre relegada a un segundo plano. Pero ahora, como parte de la iniciativa DC All In, Zatanna tiene una nueva oportunidad bajo los focos de la mano del increíble talento de Jamal Campbell, uno de los mejores dibujantes del momento, que tras hacer sus pinitos como escritor en algunas historias cortas, se estrena aquí como autor completo en su primera serie regular. Y, a juzgar por lo que nos ha contado en este primer número, el espectáculo está servido.

Zatanna está preparando su nuevo espectáculo, uno con el que quiere homenajear todas las artes que inspiran la imaginación y, al mismo tiempo, celebrar la extensa historia de un teatro que, desde sus inicios, ha sido hogar para multitud de magos, incluido su padre, Giovanni Zatara. Pero, como suele sucederle a la gente en su línea de trabajo, nada es tan sencillo, y del pasado surge una amenaza a la que todos daban por muerta y que ha puesto su punto de mira en Zatanna, decidida a acabar con ella…

Decía al comienzo que Zatanna ha sido un personaje ninguneado demasiado a menudo, ya que en sus seis décadas de existencia apenas ha contado con un par de miniseries, otros tantos especiales, una única serie regular (muy recomendable esta última), una novela gráfica junto con Canario Negro, más su participación en diferentes encarnaciones de la Liga de la Justicia (la de América y la Dark) y en la serie de animación Young Justice. Y mejor olvidar esa temporada en la que en la editorial decidieron convertirla en poco más que una herramienta, en la lavacerebros particular de diferentes héroes para lobotomizar a sus villanos y hacerlos más inofensivos (nunca me cagaré lo suficiente en Identity Crisis). Por suerte, aquello ha quedado atrás y Zatanna vuelve a ser lo que nunca debió dejar de ser: una hechicera y heroína de primer nivel con un potencial tremendo que pocos han sabido explotar.
Y en este primer número, Jamal Campbell nos ha dejado clarísimo que su objetivo es aprovechar todas las posibilidades que posee un personaje como este, con una historia tan rica y compleja, que se mueve a medio camino entre los superhéroes tradicionales y el mundo místico. Para ello, ha creado en este primer arco argumental una amenaza cuyas raíces se remontan a lo que se suele considerar la Edad de Oro del ilusionismo, cuando el espectáculo no se encontraba solo en Hollywood y magos como Houdini o Thurston llenaban los teatros. Una tradición a la que tanto Zatanna como su padre, Zatara, le deben muchísimo y que siempre ha estado fuertemente entrelazada con los aspectos más fantásticos de los personajes.
También ha quedado claro en este debut que Campbell quiere, a su vez, explorar ese otro aspecto de Zatanna, el más sobrenatural, aquel que tiene que ver con los orígenes místicos de su madre y de la sociedad oculta a la que esta pertenecía. Un aspecto del personaje que no se ha explorado demasiado en los últimos años y que, como sucede con la propia Zatanna, está lleno de posibilidades. Y en este aspecto, hablando de esas posibilidades, un detalle que me ha encantado del trabajo de Campbell es cómo está utilizando los poderes de Zatanna de forma muy creativa.
Todos sabemos que esta recita sus hechizos al revés (que da algún dolor de cabeza que otro cuando se lee en inglés) y que a menudo sus enemigos la han amordazado para anular sus poderes. Esto es algo que ha sucedido en este mismo primer número, pero Zatanna, en lugar de quedarse indefensa, se ha limitado a recitar su hechizo mediante lengua de signos, obteniendo el resultado deseado. Y no recuerdo ahora mismo si alguien había hecho esto antes con el personaje, pero teniendo en cuenta lo muy a menudo que en la ficción se han utilizado determinados gestos para realizar hechizos, me sorprende que esto no se hubiese utilizado antes, porque es una genialidad.
Aunque, para genial, la faceta artística de Campbell. Cualquiera que haya leído su trabajo en Far Sector o en Superman, por citar solo dos de los más recientes, sabe de sobra que estamos ante un dibujante prodigioso, uno de los mejores del momento en el mundo de lo superheroico. Y en este cómic ha realizado todo un despliegue de lo que es capaz, demostrando lo bien que le sienta trabajar con personajes y escenarios que le permiten dar rienda suelta a su talento para dar vida a lo irreal, ya sea dentro de la ciencia ficción como de la fantasía. Elementos que combina con la iconografía de aquella Edad de Oro del ilusionismo y de Hollywood de la que hablaba antes para crear escenarios y amenazas imposibles, convirtiendo casi cada página en todo un espectáculo.
DC Comics sigue con la buena racha de los últimos tiempos, probando que para hacer buenos cómics muy a menudo lo único que hace falta es poner al frente a gente con talento y dejarles hacer lo que mejor saben. Por todo ello, Zatanna se ha convertido en otra de mis lecturas mensuales imprescindibles y este DC All In en una de las mejores iniciativas que ha tenido la editorial en mucho tiempo (como la de enseñarle la salida a aquel lastre del que prefiero no acordarme). Ahora lo que toca es esperar a que la racha se mantenga y que tanto Zatanna como Jamal Campbell nos deleiten con esta serie durante bastante tiempo.