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Regresa la JSA con Jeff Lemire y Diego Olortegui

Por suerte, la última cancelación de la JSA no se convirtió en un larguísimo hasta pronto como la última vez y, tras el adiós de Geoff Johns y Mikel Janín, ya tenemos entre nosotros la nueva etapa del veteranísimo grupo a cargo de Jeff Lemire y Diego Olortegui. Una nueva etapa que ha comenzado con muy buen pie, con un buen puñado de sorpresas y una excelente combinación entre nostalgia y modernidad que hacen presagiar que nos encontramos ante una nueva era de lo más interesante. Así que, sin más rodeos, vamos a reencontrarnos una vez más con el primer grupo de superhéroes de la historia del cómic.

Como sigue alegrando ver el viejo logo de DC en portada

Tras el ataque sorpresivo de un misterioso enemigo, la Sociedad de la Justicia de América ha desaparecido sin dejar ni rastro, dejando un vacío difícil de llenar. Ante tan dramática situación, sus herederos, la antigua Infinity INC, han ocupado su lugar para seguir con su tarea de proteger a quienes más lo necesiten y averiguar qué ha sucedido con sus compañeros desaparecidos para traerles de vuelta. Unos compañeros que corren un peligro mortal, más aún de lo que nadie podría imaginar, enfrentados a una horda de enemigos sin fin que ni sus increíbles poderes combinados parecen capaces de hacerles frente, y una conspiración que amenaza con desbaratar al grupo para siempre…

Se nota también algo la influencia de la serie de televisión de Stargirl

Tras la irregular etapa anterior (con algún que otro gran momento y un Mikel Janín impresionante) esperaba con muchísimas ganas el comienzo de esta nueva serie del grupo, ya que Jeff Lemire es un guionista con muchísimo talento, que me ha hecho pasar muchos grandes momentos y que en series como su Black Hammer y spin-offs ha demostrado con creces su cariño por los héroes de la Edad de Oro. Además, esta nueva etapa iba a estar gráficamente en manos de Diego Olortegui, un dibujante a quien descubrí en la reciente miniserie de Jay Garrick y que me dejó más que encantado. Y, de momento, tengo que reconocer que esa ilusión se ha visto más que satisfecha con este primer número.

Y a ver para cuando el próximo crossover entre la JSA y la JLA

 

Se nota la veteranía de Lemire al ofrecernos un primer número densísimo que en poco más de veinte páginas recapitula (muy brevemente) la historia de la JSA, su actual statu quo, la premisa de la nueva serie e introduce a los villanos de este primer arco argumental. Un ejemplo perfecto de cómo comenzar una serie, poniendo al día a los recién llegados, alegrándonos a los veteranos con el regreso de unas cuantas caras conocidas y ofreciéndonos una historia con su introducción, nudo y “fin” que no da la sensación de ser simplemente las primeras veintipico páginas de un tomo, sino una unidad en sí misma. Una vieja costumbre que me alegra comprobar que cada vez se está recuperando más.

Aquí van al grano con una velocidad envidiable

Un primer número en el que además me ha sorprendido, muy agradablemente, cómo Lemire y Olortegui han incluido aquí una buena mezcla de viejos y nuevos personajes, no solo en esta extensa JSA, que abarca desde los miembros originales de la Edad de Oro, a sus herederos de Infinity INC o algunas incorporaciones más recientes como el actual Doctor Fate. Esto incluye también a sus enemigos, en el que no solo encontramos a personajes tan clásicos como para tener casi un siglo de historia a sus espaldas, sino también a villanos de lo más “actuales” introducidos en el pasado de nuestros héroes vía retrocontinuidad y de los que el propio Olortegui es co-creador de alguno de ellos. Otro ejemplo de que con este cómic estamos en buenas manos y que sus responsables se han esforzado en no hacer de esta etapa otro de esos «back to the basics» en los que parece que se hayan saltado unas cuantas etapas.

Me siento casi como en los ochenta

Pero eso no significa que estemos ante un cómic que simplemente se compone de un desfile de guiños y personajes, aunque también hay de eso. En este primer número podemos encontrar acción a raudales, momentos de tensa calma para desarrollar a los personajes, algún sorprendente giro argumental que otro y, probablemente, lo que ha sido mi momento favorito del cómic. Y es que, pese a que esperaba que el misterio de lo sucedido a la JSA se arrastrase durante unos cuantos números, en los que nos darían alguna pista que otra, aquí mismo ya nos han contado dónde están y quiénes les han puesto en esa situación, faltándonos por saber el cómo y de qué forma se solucionará todo. Algo que se agradece, y mucho, ya que hubiera sido un mal comienzo si algunos de los miembros más importantes del grupo hubiesen estado ausentes demasiado tiempo.

Que nadie se preocupe porque la JSA original no se ha ido a ningún lado

Y como no, también hay que destacar el gran trabajo que ha realizado aquí Diego Olortegui, a quien veo mucho mejor de lo que ya lo estaba en la miniserie de Jay Garrick. Un dibujante que, pese a que su estilo pueda resultar quizás demasiado moderno para un grupo tan clásico, no desentona demasiado, especialmente dado cómo esta serie está enfocada hacia cómo la JSA sigue adaptándose a las muy diferentes épocas en las que han vivido y cómo para ellos no existe un relevo generacional, sino más bien una especie de sinergia generacional.

No me quejaría si hacen alguna miniserie ambientada en sus primeros años

Pero dejando a un lado su estilo visual, Olortegui también llama la atención por su habilidad para dar vida a unas escenas de acción muy dinámicas, encontrar nuevas formas de reflejar los poderes de un grupo de personajes tan diversos como este y manejarse a las mil maravillas a la hora de manejar la expresividad y lenguaje corporal de estos. Cualidades que hace de el un excelente dibujante para un comic como este.

Olortegui ha sido una gran elección

Así que ahora solo espero que el buen nivel de este primer número se mantenga y vaya a más, y especialmente que este equipo creativo se mantenga al frente de la serie durante una buena temporada, o al menos todo lo que es razonable esperar en estos tiempos que corren. Porque me gustaría que estos pudiesen desarrollar con calma sus ideas y hacer crecer a los personajes, llevándoles incluso en nuevas direcciones, ya que aunque entiendo que nadie quiera atarse durante años a un mismo cómic, y que gente como Lemire suele estar muy ocupada, estoy algo cansado de esas etapas que apenas duran un año y que demasiado a menudo suelen suponer una especie de reseteo para que el nuevo equipo creativo casi pueda hacer como que la etapa anterior no ha existido. Pero ahora mismo prefiero no pensar en ello y limitarme a disfrutar de poder leer mes a mes (espero) a algunos de mis personajes favoritos en manos de autores que saben tratarlos.

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