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Brainstomping regresa a la TLP/Summer-Con de Tenerife

Por aquí hemos sido fieles a la Summer-Con de Tenerife, el evento englobado dentro de la TLP desde hace unos cuantos años. Un evento en el que hemos pasado unos cuantos buenos ratos y que, tras un par de parones intermitentes, volvía este año, por lo que, fieles a nuestra cita nos subimos a un avión y volvimos a plantarnos allí a ver qué nos encontrábamos. Pero aunque es innegable que el ambiente por allí fue tan animado como de costumbre y que la chiquillería se lo pasó de miedo, este año me sentí más pez fuera del agua que nunca, y me temo que no me queda más remedio que asumir que este tipo de eventos ya no los hacen con un público como yo en mente.

Cartel obra de la ilustradora IGuanche en el que ya se ve que de comic hay poco pese a que se lo menciona en el mismo

Como me suele pasar todos los años, nada más entrar, o más bien nada más acercarme al recinto, empezó a salir mi Roger Murtaugh interno diciéndome que ya estoy viejo para estas “mierdas”, aunque al menos nadie me llamó señor, lo que es un pequeño consuelo. Porque está claro que, como es lógico por otra parte, este evento se hace pensando en el público más joven, en todas esas legiones de fans del K-Pop, el Cosplay, los videojuegos y tantas otras cosas que a veces ni entiendo. Y no hay más que estar allí dentro para darse cuenta al instante de que se lo pasan de miedo, y yo que me alegro. Pero me da pena que ese pequeño rinconcito acogedor que siempre encontraba allí para refugiarme y disfrutar yo también de mis aficiones, este año haya quedado reducido prácticamente a nada.

Igual con 13 años estaría ahí entre el publico disfrutando como un loco de estas cosas

Y sí, hablo del cómic, ese medio que en el pasado tuvo un peso importante dentro de la Summer-Con, y al que se mencionaba en los carteles, la web y material promocional vario de la presente edición, pero que a la hora de la verdad este año quedó reducido a la mínima expresión. Entre la multitud de invitados de este año, con una lista repleta de streamers, egamers e incluso gente del mundo del cine, Andrea Konata, la autora del manga español Kohva (serializado en Planeta Manga y del que ya ha salido un primer tomo recopilatorio) fue la única invitada del mundo del cómic con la que se contó este año. Y aunque no tengo en absoluto nada contra ella y, por lo que he visto de su trabajo, es una muy buena dibujante (me falta leer su serie para juzgarla como autora completa), no me queda otra que reconocer que me supo a poco.

Algo es algo

Quizás es que estoy mal acostumbrado, que las pasadas ediciones me hicieron poner el listón muy alto. Pero es que se trata de un evento en el que pude disfrutar en directo de cómo un artistazo como Esad Ribic dibujaba sin parar (y como me sigue doliendo no haber podido encargarle un dibujo, snifs), donde charlé con Belén Ortega sobre la salida del armario de Tim Drake, con Albert Monteys sobre el éxito de su Universo, en el que hablé con David López de nuestra admiración mutua por unos cuantos acuarelistas del cómic, donde Marcos Martín me dibujó un Doctor Extraño increíble, y un David Rubín amabilísimo no tuvo ningún reparo en hacer un dibujo para un amigo ausente, pese a que no tenía nada encima para que me firmase. Y, como no, el evento donde llegué a lo más alto cuando pude preguntarle a Brian K. Vaughan sobre su trabajo en Under the Dome, provocándole casi una carcajada.

Que tiempos aquellos

Pero de todo eso no hubo apenas rastro este año, y además de la asistencia de esa única invitada, la única presencia que tuvo el cómic allí fue en los stands del Artist Alley, que como siempre estaba lleno de gente con un talento enorme que envidio mucho, y en los de las tiendas, que, pese a que priorizaron la venta de merchandising de todo tipo, se podían encontrar entre multitud de muñecos, chapas, pósteres y yo qué sé qué más, un buen montón de cómics y mangas. Una ocasión que aproveché, junto con los descuentos que ofrecían en algunos, para pillar un par de mangas de Inio Asano a los que tenía bastantes ganas y que, como no puede ser de otra forma, acabaré reseñando por aquí.

Y si, prácticamente en todos los carteles aparece la palabra Comic

Y es que ya que estaba allí, no iba a irme con las manos vacías y traté de aprovechar la experiencia al máximo. Compras a un lado, y a pesar de que la mayor parte de actividades que se celebraron este año no me entusiasmaban demasiado, el momento cumbre para mí de la Summer-Con de este año vino a través de una voz tremendamente familiar que llevo escuchando toda mi vida, la de Salvador Vidal. Quizás su nombre solo no le diga nada a mucha gente, pero este actor de doblaje ha sido Luke Skywalker, Indiana Jones o Robocop; le ha prestado su voz a actorazos como Mel Gibson, Liam Neeson, Willem Dafoe, George Clooney e incluso a Ulises 31 en una de sus pocas incursiones en la animación. Durante su charla nos habló de cómo ha cambiado la profesión en las más de cinco décadas que él ha trabajado en ella, anécdotas de algunas grabaciones e incluso recitó un par de diálogos de Luke que consiguieron emocionarme. Aunque debo reconocer que durante todo lo que duró la charla me seguía pareciendo rarísimo escuchar esa voz saliendo de este señor tan amable y no de alguno de mis héroes cinematográficos favoritos, pero su presencia aquí hizo que valiese la pena el desplazamiento.

E incluso siendo alguien que suele preferir la VO afirmo que este señor es un grande y se merece todos los homenajes

Dentro de lo que cabe, conseguí sacar algo positivo de la experiencia, pese a que me supiese a muy poco. Por eso espero que esto se haya debido solo a los reajustes tras el regreso del evento (y a los cambios internos que ha habido en la organización, según me contaron) y que en la próxima edición esto se parezca un poco más a la TLP/Summer-Con que recuerdo y pueda volver a reventarme la espalda con la mochila llena de cómics para que me los firmen los invitados. Así que toca cruzar los dedos mientras esperamos a ver qué nos depara la edición de 2025 y agradecemos a la organización que nos dejasen pasear por allí a curiosear.

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