La serie de la Sociedad de la Justicia de Geoff Johns y Mikel Janín no ha sido una fácil de seguir debido a sus numerosos retrasos que han provocado que en algo más de año y medio solo se hayan publicado diez números. Y aunque ha sido una etapa un tanto irregular (aunque con un dibujo excelente) que demasiado a menudo ha avanzado a ritmo de tortuga y casi parece que fuese solo un prólogo de lo que Johns quería contar, la serie hasta ahora ha tenido sus momentos. Pero como Johns ya ha anunciado que el número doce será el último que escriba y que otro escritor le reemplazará, supongo que como poco la serie logrará una periodicidad algo más convencional. Pero dejando a un lado los problemillas de ritmo de este cómic, tengo que agradecerle enormemente a Johns este inesperado regalo de despedida que nos ha dejado con el final de su etapa y del que voy a hablar a continuación. Así que cuidado porque a partir de aquí hay SPOILERS por todas partes del tramo final de esta etapa del primero supergrupo de DC.
Desde el comienzo de esta etapa la JSA ha estado lidiando con los viajes en el tiempo de una forma u otra. Las maquinaciones temporales de Per Degaton que provocaron el viaje de Helena Wayne/La Cazadora al pasado, el regreso de los sidekicks olvidados de la JSA raptados de su época… y la presencia de un misterioso personaje conocido solo como “El Legionario”. Este se vestía como si hubiese arrasado con los armarios de varios miembros de la Legión de Superhéroes, ya que además de llevar uno de sus anillos de vuelo vestía también un uniforme, incluido el cinturón, muy similar al de Nocturna y ocultaba su rostro con el casco de Ferro-Lad. Estaba claro que existía alguna conexión muy directa con el grupo, pero tras la desastrosa etapa de Bendis al frente del grupo yo ya había perdido la ilusión con todo lo que tuviese que ver con la Legión.
Por suerte el secreto de su identidad no tardó mucho en desvelarse, y tan solo un número después de hacer acto de presencia (aunque ya se había anunciado su aparición en el especial de The New Golden Age hace un par de años) este se quitó el casco y reveló que se trataba de… ¡Mordru! Sí, el poderoso hechicero del futuro quien además de ser un enemigo habitual de la Legión también se había enfrentado a la JSA en más de una ocasión tanto en los tiempos Pre-Crisis cuando estos aún vivían en Tierra-2 como en la nueva Tierra surgida de las Crisis. Y del mismo modo que en esos enfrentamientos se han encontrado con diferentes Mordrus pertenecientes a distintos momentos de su línea temporal, este también corresponde a una época diferente, tratándose de un Mordru más joven de lo que le habíamos visto nunca y que busca cambiar su futuro.
Porque esta encarnación juvenil de Mordru ha descubierto el destino que le espera, el convertirse en un villano megalómano y monstruoso dispuesto a lo que sea necesario para satisfacer sus ambiciones. Un destino que le horroriza y del que quiere escapar, por lo que presuntamente (que siendo quien es no podemos descartar que esté mintiendo) ha viajado al pasado, a la era en la que la JSA trataba de redimir a algunos de sus villanos para llevarlos por el buen camino con la esperanza de que le concedan a él la misma oportunidad y evitar convertirse en el villano al que tantas veces se ha enfrentado el grupo.
La premisa no es especialmente original, son unos cuantos las versiones juveniles de algún villano que tras descubrir en qué se van a convertir han querido evitar su futuro tanto viajando al pasado para evitarlo como hizo Iron Lad como tratando de evitar todo lo que pudiese llevarles por el mal camino, como les sucedió a Adam Warlock, Kid Loki, Hulk o más recientemente Eddie Brock. Pero claro, cuando uno busca evitar estas cosas pone en peligro el flujo temporal, especialmente si para ello se viaja en el tiempo para cambiar de forma activa la historia amenazando con provocar una paradoja. Por ello alguien ha estado buscando a Mordru para impedir sus planes, devolverle a su época y asegurarse de que la historia se desarrolle como se supone que debe hacerlo, con todo lo bueno y lo malo que ello conlleve. Y claro, tratándose de este villano, ¿Quiénes iban a viajar en el tiempo tras él para detenerle? ¡La Legión de Superhéroes!
Pero no una Legión cualquiera, no desde luego la del reseteo de Bendis que el propio Johns acabó utilizando en Doomsday Clock para luchar precisamente al lado de la JSA y que se había convertido de facto en la versión oficial del grupo. Se trata de la Legión “de verdad”, la que el propio Johns reintrodujo junto con Brad Meltzer durante The Lightning Saga en 2007, que básicamente recuperaba al grupo justo antes de la etapa del “Cinco años después” y que utilizó de forma puntual en unas cuantas historias muy divertidas, especialmente aquella en la que junto con Gary Frank devolvieron a Superman a su lugar dentro de la historia del grupo y cuyos rediseños siguen utilizando en esta aparición de antes de ayer mismo. Versión que desapareció tras una efímera etapa durante el New52 hasta ahora.
No voy a negar que el recuperar a “mi” Legión me ha ilusionado mucho, especialmente si eso supone que estos volverán a recuperar su lugar como la versión oficial del grupo, algo que no me sorprendería teniendo en cuenta cómo en DC se han ocupado de no dejar ni rastro de las historias que Bendis perpetró en su etapa en la editorial. Y aunque es cierto que la próxima marcha de Johns para ocuparse en exclusiva de su trabajo en Ghost Machine me preocupa un poco (bastante más bien) por lo que pueda suponer para esta encarnación del grupo, voy a confiar en que su aparición en esta recta final de su etapa funcione lo suficientemente bien para que en DC se planteen darles nuevamente algo de presencia regular.
Presencia que con suerte consistiría en una serie propia en manos de alguien que sepa sacarles todo su potencial, que puestos a pedir una etapa larga a cargo de Jeremy Adams y Dan Mora no estaría nada mal, por soñar que no quede. Pero preocupaciones a un lado, si la Legión, como la JSA, ha demostrado algo, es que son capaces de sobrevivir a los peores embates editoriales, por lo que no me cabe duda de que nunca les perderemos (a los de verdad) del todo de vista, así que hasta que vuelvan al lugar que se merecen ¡Larga Vida a la Legión!