Ya que ayer hablaba del o mucho que me había divertido con ese especial de Doctor Who que realmente hace honor a su nombre, que menos que hablar también de ese cómic en el que se ha basado y que corrió a cargo de dos grandes del cómic británico que como decía ayer no necesitan mucha presentación, Par Mills y Dave Gibbons. Dos autores que aplicaron al cuarto Doctor su amplia experiencia en el terreno de la ciencia-ficción para dar vida a una historia que como hemos comprobado estos días ha seguido resonando entre quienes la leyeron a pesar de las décadas transcurridas. Así que toca poner la Tardis en dirección a 1980 para descubrir como aquella encarnación del Doctor hizo frente a esta amenaza de mas allá de las estrellas.
Una nave de origen extraterrestre se ha estrellado a las afueras de Blackcastle justo en medio de su fabrica siderúrgica y su único tripulante, herido por el choque, ha buscado refugio en la ciudad donde ha encontrado también la amabilidad de dos adolescentes que le han acogido. Unos jóvenes que no tienen ni idea que sobre sus cabezas se encuentra una nave de los temibles Guerreros Wrarth que buscan a su nuevo amigo dispuestos a todo para acabar con este, unos planes que quizás se frustren por culpa de ese misterioso visitante que se ha materializado en su nave por accidente mientras trataba de llegar a Benidorm y que quizás no vea con buenos ojos sus intenciones…
Como decía ayer esta historia se publico originalmente en blanco y negro en las paginas de la Revista Doctor Who Weekly entre sus números 19 y 26 a principios de 1980 y que Marvel UK reedito junto con otras muchas historias en 1984 en una serie titulada simplemente Doctor Who que recuperaba a color todo aquel material y es la edición que he utilizado para este articulo. Unas historias de las que igual convendría hablar en otro momento en mas profundidad por encontrarse en ellas un buen puñado de autores, mejorando lo presente, de lo mas representativos y populares del cómic británico de aquellos años, incluido un tal Alan Moore.
Pero centrándonos en esta historia, lo que mas me ha llamado la atención es lo tremendamente fiel y respetuoso que ha sido Russell T. Davies con su adaptación a la televisión. Dejando a un lado toda la parte del regreso de esa antigua forma del Doctor y su reencuentro con Donna, y las diferencias de la forma de actuar del Cuarto Doctor (Tom Baker) y este Decimocuarto, el resto de la historia sigue muy fielmente, casi al pie de la letra en muchos momentos, el cómic de Mills y Gibbons. Hasta el punto en el que leyéndolo uno se encuentra con que incluso el casting de la actriz Yasmin Finney ha sido de lo mas acertado, aunque su personaje tenga un origen un tanto mas complejo que el de la joven Sharon que se encuentra aquí a The Meep.
También llama la atención que nos encontramos aquí con unos Mills y Gibbons algo mas suavizados (aunque no demasiado) si les comparamos con lo que habían estado haciendo en 2000 A.D. por aquellos años, sin duda provocado porque Marvel UK apelaba a un publico quizás aun mas joven que el de la famosa revista. Pero pese a esto, The Star Beast contiene numerosos momentos en los que asoma toda esa mordacidad y mala leche de estos autores, con escenas que copian descaradamente las películas mas populares del momento, una violencia quizás algo extrema y un humor a veces negro y en otras ocasiones ridículo. Historia que también nos sirve para comparar las diferencias entre los formatos del cómic y la televisión., ya que aunque en ambas versiones se producen los mismos giros argumentales sorpresa, al poder leer en el cómic los pensamientos de los personajes ese giro se nos presenta de una forma muy diferente.
Y esta lectura además resulta interesante por el momento y el lugar en el que encontramos a sus autores, ambos alejados aquí de esa relativa libertad de la que gozaban en 2000 A.D. y trabajando con un personaje televisivo tremendamente popular con el que sin duda se encontrarían con multitud de limitaciones sobre lo que podían y no podían hacer. También nos encontramos con un Pat Mills que en aquellos años se tomaba bastante mas en serio este tipo de trabajos por encargo de lo que lo haría una década mas tarde cuando trabajase para Marvel en su linea 2099, y aunque aquí se encuentra algo mas descafeinado que de costumbre, construye una historia muy divertida y que en algunos aspectos se adelanto a cierto otro extraterrestre que también quería volver a su casa.
Mientras que Dave Gibbons por su parte, que en aquel momento era aun un relativo novato pero que en series de 2000 A.D. como los Héroes de Harlem o el polémico relanzamiento de Dan Dare había demostrado con creces poseer un talento y potencial enormes que unos pocos años mas tarde todo el mundo descubriría cuando se junto con Alan Moore para crear Watchmen. Aquí podemos apreciar no solo como era un buen fisonomista, capaz de darle a su Doctor las facciones de Tom Baker sin que el resultado fuese frio e inanimado como sucede a veces cuando se utiliza modelos reales, también mostraba aquí una imaginación enorme a la hora de crear tanto criaturas horrendas como encantadoras, unos diseños tan efectivos que en su salto ala television han permanecido con cambios mínimos.
Y aunque se trataba de unos cómics que simplemente buscaban explotar la popularidad de la serie de televisión., el resultado fueron una serie de historias muy divertidas que no han envejecido nada mal y que nos permiten descubrir algunos de los primeros trabajos de autores que acabaron siendo fundamentales no solo para el cómic británico sino para el medio en general. Por eso espero que del mismo modo que Panini UK ha recuperado recientemente estas historias bajo el titulo de “Doctor Who: The Fourth Doctor Anthology”, que recopila todas las historias de aquella encarnación que aparecieron en la DW Weekly, la Panini de aquí haga lo propio, ya que es un material que vale mucho la pena descubrir.