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Superman cumple 85 años y así lo descubrí yo

Ayer se celebró el ochenta y cinco aniversario de Superman pero Diógenes prefirió hablar de otras cosas, así que el deber y la vergüenza ajena me obligan a conmemorar tan señalada fecha. Durante estas ocho décadas y pico el personaje ha estado en todas partes, ha dado el salto a todos los medios y se ha convertido no solo en uno de los personajes de cómic mas populares de toda la historia sino también en el mas representativo del genero superheroico. Pero dejando a un lado lo que significa para el mundo, para mi Superman tiene la mitad de edad y apareció en mi vida en una edición horrible a la que pese a todo le tengo un cariño enorme.

Y la portada no tenia absolutamente nada que ver con nada de lo que aparecía dentro

Sin duda a Superman lo conocía ya por la increíble película de Cristopher Reeve y Richard Donner o por alguna de sus series de animación, así que el titulo del articulo es algo engañoso, pero si es cierto que esto de lo que voy a hablar es la primera vez que le vi en un cómic, antes de saber leer, cuando me limitaba a ojear maravillado aquellas paginas en las que se desarrollaban sus aventuras, fue en uno de aquellos Pocket de Ases de Bruguera que lo mismo recopilaban tiras de prensa clásicas o cómics de superhéroes de Marvel o DC.

No se les podía acusar de no tener variedad

 

Gracias a aquella colección descubrí a personajes como el Príncipe Valiente, Flash Gordon, Mandrake, el Doctor Extraño o el propio Superman. Y aunque es cierto que las ediciones eran horribles, con los cómics reducidos a la mitad, en ocasiones con paginas remontadas, con un coloreado atroz y una rotulación mecánica que hoy en día daña a la vista, para un crio que apenas sabia leer aquello era un tesoro.

Cosas así me tenían hipnotizado

Con esa edad yo no me planteaba que pudiesen haber ediciones mejores, de hecho esto me parecía mejor, tenia formato de libro con portada de cartoncillo como un libro de “adulto”, y contenía muchísimas mas paginas que cualquier otro cómic o revista que conociese, aquello era, como decía antes, un tesoro que me descubrió a un personaje fascinante repleto de posibilidades y que protagonizaba aquí unas historias que durante unos cuantos años me parecieron las mejores de Superman (que bendita es la ignorancia). Historias que leídas hoy en día y siendo muy generosos pues no han envejecido del todo bien, tratándose en su mayoría de cómics escritos por ese Cary Bates del que Diógenes se acuerda tanto y un Curt Swan algo acartonado, ese si, en la mejor tradición de DC todo eso detrás de una espectacular portada de Jose Luis García López.

Eso ha tenido que doler

Pero lo dicho, para alguien como yo que apenas había leído nada, y que de hecho durante mucho tiempo de lo único que fui capaz fue de ojear aquello mientras le pedía a alguien que me dijese lo que ponían los textos, ese pequeño tomo me parecía espectacular. Superman se enfrentaba a invasores alienigenas que amenazaban con destruir la Tierra y que conocían su doble identidad, momentos aterradores que se me quedaron grabados a fuego en la memoria como aquel villano que le quito los ojos a Superman o cuando este mato accidentalmente a la familia que tenia en un mundo de fantasía creado por uno de sus enemigos. Incluso momentos delirantes como esa historia en la que Clark Kent debía bailar al ritmo de música disco para desactivar una bomba me parecían algo digno de constantes relecturas.

Esto era una montaña rusa de emociones

Unas historias que ademas me permitieron descubrir con bastante detalle muchos elementos importantes de la historia de Superman, como su infancia en Smallville y su identidad de Superboy, la existencia de Supergirl o de la ciudad embotellada de Kandor, sus enfrentamientos contra villanos clásicos de la talla de Mr. Mxyzptlk o el General Zod.

Se ve que lo de Mxyzptlk no les parecía muy comprensible

Aunque de entre todos esos descubrimientos le tengo especial cariño a ese momento en el que se nos revela que el emblema de su pecho no es ningún símbolo kryptoniano de esperanza, sino el dibujo de un humilde granjero de Kansas que quería ayudar a su hijo. Y por todo ello, pese a que ni el contenido ni el formato de este tomo son precisamente dignos de elogio, el impacto que supuso en mi hace tantos años es algo que nunca dejare de agradecer por descubrirme a un personaje que décadas mas tarde sigue gustándome tanto como entonces o incluso mas.

Martha Kent no se rompió la cabeza con su diseño…

Esta colección sin duda fue el ejemplo perfecto de como no editar cómics, pero también de como cuando uno tiene la edad adecuada y es extremadamente impresionable incluso cómics editados de forma muy mejorable en todos los aspectos y escritos por Cary Bates pueden dejar un grato recuerdo. Así que aunque este tomo y su contenido difícilmente entraría en ningún top de historias de Superman, para mi siempre será uno de los cómics del personaje mas importantes del personaje que he leído y al que tengo un cariño enorme.

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