Esta semana Superman padre ha recuperado su cabecera para comenzar una de esas nuevas etapas que en esencia consisten en volver a lo básico, algo que ya tocaba después de esta ultima temporada en la que el personaje ha estado dando vueltas por ahí convertido en gladiador estelar otra vez (estas cosas son cíclicas) Y ahora de la mano de la mano de Joshua Williamson y Jamal Campbell, Superman ha regresado a Metrópolis para hacer lo que mejor sabe hacer aunque en esta ocasión va a contar con una ayuda tan inesperada como poco bienvenida…Y cuidado que hay SPOILERS.
Cuando decía antes que Superman volvía a lo básico lo decía en el sentido mas literal de la expresión, ya que tras haber recuperado en tiempos recientes su traje clásico, calzoncillos incluidos, sus padres, y su matrimonio con Lois entre otras cosas, ahora ha recuperado también su identidad secreta tras aquella tontería de idea que tuvo Bendis y que nunca aportó gran cosa al personaje sino todo lo contrario. Y tras una aventurilla en el espacio en la que se ha traído un par de hijos adoptivos (para los que odiaban la idea de “Superdad”…) mientras su hijo Jon ocupaba su lugar, ahora ambos se repartirán la tarea de proteger a los inocentes, este ultimo en Adventures of Superman: Jon Kent y su padre en la serie titulada simplemente Superman.
Una serie que corre a cargo de un equipo creativo que en tiempos recientes me han dado unas cuantas alegrías por separado. Por un lado tenemos al guionista Joshua Williamson, quien aunque es algo irregular en la serie de Flash se esforzó todo lo que pudo para devolverle a Wally West el lugar que jamás debió perder (y que ahora esta en las excelentes manos de Jeremy Adams) deshaciendo todas las meteduras de pata y espantosas ideas que habían lastrado al personaje desde los tiempos de Flashpoint. Una etapa de la que me quedo claro que Williamson era alguien que como mínimo se molestaba en entender y respetar a los personajes que escribía, algo a veces tristemente difícil de encontrar, y cuyos gustos parecían ir mas hacia lo “clásico” .
Por otro lado en el apartado artístico tenemos a Jamal Campbell, un dibujante al que descubrí en Far Sector junto con la escritora N. K. Jemisin, y que consiguieron con su serie convertir a Sojourner en una de mis Green Lanterns favoritas. Campbell demostró allí ser un dibujante espectacular que creó todo un microcosmos alienígena fascinante y a quien tenia muchas ganas de volver a ver en otro proyecto de envergadura, algo que ha llegado ahora.
Y juntos lo que nos han dado es un Superman tremendamente clásico, quien una vez recuperada su identidad secreta vuelve a ser el segundo mejor reportero de Metrópolis y que alterna ese trabajo con sus tareas superheroicas, ya sea salvando la ciudad del ataque de algún supervillano como ayudando a sus conciudadanos en cuestiones algo mas triviales (solo le falta bajar un gatito de un árbol)
Aunque este regreso a lo básico se ve ligeramente alterado en su trabajo en el Planet, ya que ahora sus ordenes ya no las recibe de Perry White, quien se encuentra de baja medica, y ahora al frente del periódico se encuentra una Lois Lane que añora mucho estar en la calle buscando noticias pero que sabe que es mejor que alguien de fiar le guarde el puesto a Perry no sea que el Planet pierda el rumbo.
En esencia esto es un cómic de Superman de los de toda la vida, algo que de vez en cuando se agradece y mucho, pero Williamson y Campbell no se han limitado a contarnos lo de siempre y han introducido en su etapa un elemento un tanto perturbador que a buen seguro provocara mas de un dolor de cabeza al Hombre de Acero. Y es que ahora Superman se encuentra con que Lex Luthor, tras devolverle su identidad secreta con unos medios tan inhumanos que ahora mismo se encuentra en prisión por ellos, se ha empeñado en que si Superman tiene que existir es mejor que haga su trabajo bajo su supervisión.
Pero aunque no es la primera vez que tenemos a Luthor intentando ser de los buenos, que no anda muy lejos aquella etapa en la que le dio por ser el nuevo Superman enfundado en una armadura a juego, en esta ocasión la actitud de Luthor es mucho mas coherente con su personalidad. Aquí le vemos reprochando a Superman que cada minuto que pasa en su identidad de Clark Kent hay vidas perdiéndose en alguna parte, que a la hora de derrotar a sus adversarios le aconseja que es mejor centrarse en estos y olvidarse de proteger a los viandantes inocentes que se encuentren por allí, en resumen, que trata de volverle loco y de meterle en la cabeza que si quiere ser mas eficiente debe ser mas frio y tener menos escrúpulos.
Y por si eso fuese poco, y para seguir manipulando a Superman e intentar convencerle de que lo mejor es trabajar juntos, Luthor a puesto todo su imperio a disposición de Superman, renombrando Lexcorp como Supercorp, nombrando a Mercy Graves la nueva ayudante de Superman y con todos los recursos de la empresa destinados a hacer el trabajo de Superman algo mas fácil. Algo que siendo Luthor como es le ha hecho a Superman una de esas ofertas que no se pueden rechazar, y si Superman no trabaja con su equipo Luthor cerrara todas sus empresas y despedirá a todos sus empleados, dejando a mas de media Metrópolis en la ruina. Si, este Luthor querrá en la superficie ayudar a Superman (que sabemos que hay gato encerrado) pero sigue siendo una sanguijuela despreciable.
El resultado de todo esto es un primer numero que pese a no ser algo rompedor ni extraordinariamente innovador, me ha dejado muy satisfecho. Se trata sencillamente de un cómic con un sabor tremendamente clásico al que este nuevo giro introducido en la relación entre Superman y Lex Luthor promete no solo dar lugar a numerosísimas fricciones, sino aportar un punto de vista algo novedoso en el enfrentamiento entre ambos y evitar que ese clasicismo de la propuesta se convierta en un simple “mas de lo mismo”. Ahora solo queda esperar que el buen nivel de este primer numero se mantenga y estemos ante una de esas etapas del personaje que valga la pena releer en el futuro.