Se suele decir que cuando lees algo (o lo ves, lo escuchas, etc) por primera vez es como si fuese nuevo, y esto es doblemente cierto en casos como el que hoy nos ocupa, con un cómic que pese a haberse publicado hace mas de cuarenta años resulta tan actual que casi parece que se haya realizado hoy en día, las Crónicas de la III Guerra Mundial de Florenci Clavé. Un cómic que a través de multitud de historias cortas hace un crudo retrato de los horrores de la guerra, de quienes las sufren y quienes se benefician de ellas y lanza un mensaje anti belicista que tristemente sigue siendo tan actual hoy en día como lo fue en su día y como sin duda lo será en el futuro.
Aunque Florenci Clavé, como muchos otros de su generación, hizo sus pinitos en el mercado británico a través de Selecciones Ilustradas, fue en Francia, a donde se había ido a vivir en los años sesenta queriendo alejarse de la dictadura, donde le recibieron con los brazos abiertos y llegó a trabajar incluso en la Revista Pilote de René Goscinny. Pero tras la muerte de franco regreso a España y comenzó a colaborar con la revista el Papus, donde comenzó la publicación de estas Crónicas de la III Guerra Mundial que en 1982 la editorial Ediciones de la Torre recopiló en un álbum dentro de su colección Papel Vivo, encontrándose desde entonces descatalogada (y es un crimen pensar la cantidad de aquellos álbumes que no se han vuelto a editar).
Por medio de las historias contenidas en este álbum Clavé nos lleva a través de una guerra sin bandos identificables y situada en un futuro no demasiado lejano en el que encontramos una constante eterna, el sufrimiento de una gran mayoría para beneficiar a unos pocos. Civiles y soldados de a pie llevados al frente bajo falsas promesas de una vida mejor o cegados por un patriotismo en el que sus superiores no creen, sufren los efectos directos de una guerra que solo beneficia a aquellos que lejos de todo y a salvo en sus despachos juegan con las vidas de los demás mientras se reparten los beneficios que les proporciona esa guerra sin fin que alimenta las fabricas de armamento y la circulación de sobornos.
Y la brevedad del formato de dichas historias, en la mayoría de ocasiones de una sola pagina, permitió (o quizás obligó) a Clavé a no andarse con rodeos e ir derecho al grano, aunque considerando la temática de la obra y la mala leche de su enfoque seria mas apropiado decir que fue directo a la yugular. Cada una de estas pequeñas historias nos deja caer en medio de esas miserias comunes a todas las guerras y con un posicionamiento clarísimo y sin disimulo en contra de ellas y de los motivos que las provocan.
Pero a pesar de la dureza del tema que trata aquí Clavé y de la forma tan descarnada con la que lo hace, en todas estas pequeñas historias destaca por encima de todo una mala leche y un humor negrísimo (que para algo se publicaba en el Papus) que hacen de la lectura de este cómic algo mas llevadero pese al tema que trata. Algo que combinado con el formato y ese vago aire de ciencia ficción que poseen muchos de sus capítulos, consiguen que a ratos sintamos estar leyendo uno de los Future Shocks de 2000 A.D.
Y aunque Clavé no llego a trabajar en aquella cabecera (aunque si hizo algo de cómic bélico para la revista Commando de D.C. Thompson) leyendo estas Crónicas de la III Guerra Mundial esta claro que hubiese encajado como un guante. No es solo que con su humor negro y su evidente ideología se hubiese sentido allí como en casa, sino que incluso su estilo en esta obra, con ese trazo de apariencia suelta y rápida y ese acabado algo feista y sucio, casi como dibujado con la misma rabia que se deja sentir en sus guiones, no hubiera desentonado para nada nada por allí.
Y probablemente de haberse quedado a trabajar allí le hubiesen apreciado tanto como lo hicieron en Francia y mucho mas que por aquí, donde parece ser un gran desconocido. Algo que debo reconocer con algo de vergüenza que también lo era para mi, ya que estas Crónicas de la III Guerra Mundial son el cómic con el que he descubierto lo grande que fue Florenci Clavé. Teniendo todo esto en cuenta esta claro que una reedición de este álbum (Y del resto de la obra de Clavé ya que estamos) es a día de hoy de lo mas necesaria, no solo por ese tristemente eterno y universal mensaje anti belicista, sino porque las nuevas generaciones de lectores se merecen poder disfrutar de la obra de este gran autor por cuyos trabajos parece que no pasan los años.