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DC y los servicios por suscripción: Pasitos de bebé

Hoy arranca en EEUU y otros países anglosajones DC Universe Infinite Ultra, un servicio de suscripción de lectura de cómics online de nombre horrendo que viene a ser un paso más en la dirección correcta porque supuestamente nos permite leer buena parte del fondo editorial de DC a placer. O algo así.

Explora el multiverso… O más bien una parte.

Pues sí, porque empiezan con una oferta por 100 dólares anuales (o más bien 99’99, que son unos liantes), lo que vienen a ser 8’3 dólares mensuales. Por supuesto, al ser una oferta limitada y blablabla, más tarde se reservan el subir el precio, pero todo el que siga suscrito mantendrá esa tarifa hasta que se de de baja. Una operación idéntica a la de HBO max en su estreno por estos lares vaya, que acude a la necesidad de tener una buena base de suscriptores durante el primer año para justificar la existencia del servicio ante los inversores. Como recordaréis, DC ya había tenido un servicio de suscripción bastante decente en los tiempos de DC Universe, combinando tebeos con películas y series de sus superhéroes, pero la «unificación» de HBO mandó el servicio al traste y a estas alturas todavía estoy esperando que Batman The Animated Series asome por el HBO max de estos lares, pero supongo que puedo esperar sentado.

La bajona que llevo con esto como suscriptor de HBOmax es tremenda, oiga.

Alguno me dirá, «¡pero Diógenes, DC Universe Infinite ya existía!» y tendrá razón. Lleva casi dos años de existencia y vale unos 8 dólares, pero la gran novedad de Ultra es que tiene un porrón más de cómics de Black Label y Vertigo y algunos más; porque sí, para los profanos os tengo que comunicar que el servicio no incluía estas líneas, porque estaba centrado en el pijameo. Además, Ultra también tiene otra ventaja sobre Infinite a secas, ya que mientras en el segundo tardábamos seis meses en tener los cómics nuevos respecto a su salida en librerías, en Ultra solo tardaremos un mes. Lo venden como la revolución y es cierto que es una mejora respecto al Unlimited de Marvel (por 99 dólares tarda tres meses) pero el servicio sigue sin estar disponible por estos lares y no lo olvidemos, por muchos descuentos que den en merchandising y tonterías, el fondo editorial de ambos servicios sigue siendo escaso y muy centrado en «los últimos veinte años». Sería un sueño tener al alcance de tu teléfono móvil cualquier cómic de Marvel y DC, y ambos servicios no dejan de ser meritorios, pero si la idea es que la gente lea tebeos… Shueisha lo sigue haciendo mejor.

Vamos, que es un premium y te dan los cómics del mes pasado.

Y lo hace mejor porque controla la conversación; en su servicio Mangaplus puedes leer las tres primeras y tres últimas entregas de cualquiera de sus series. Si pagas suscripción -bastante más barata que la de Marvel o DC- puedes leerlas enteras, pero si no pagas un céntimo y sin siquiera registrarte, puedes leer la última entrega de series como Spy Family o Chainsaw Man y comentarlas por las redes sociales como si de una serie de TV se tratara. Tras años de no poder controlar la piratería, Shueisha entrega las series gratis a los lectores consciente de que el lector de cómics es uno que acaba comprando el tomo recopilatorio, que es coleccionista. Por supuesto, Shueisha juega con ventaja con respecto a los yanquis o la mayor parte de los europeos, porque todas estas series las publica primero en revistas contenedor como Shonen Jump mientras que en occidente el cómic mensual suele publicarse aparte y tiene valor de coleccionista en si mismo. Y ahí quería yo llegar…

¡Hay que crear afición chavales!

Porque lo vimos en kioskos y ahora lo vemos en las librerías, la grapa se muere y la gente se va al tomo. La grapa cada vez es más cara y el tomo es más seductor, sobre todo porque la grapa en casos como el de DC han perdido casi todo su atractivo porque ya no incluyen artículos o correos -si acaso alguna entrevista publicitaria, poco más- mientras que el tomo incluye todas las portadas, artículos y en algunos casos hasta material extra. La grapa ya solo se publica por una cuestión de coleccionismo/especulación, pero a su vez también tiene la cualidad de estar «a la última» y dominar la conversación entre los fans, de mantener una serie «viva» en la opinión pública. Para muchos lectores, éso es tan importante como el cómic o serie en si misma, y si no no hay más que ver al merluzo de M’Rabo exigiendo que Netflix deje de poner temporadas enteras y pase a emitirlas semana a semana «para poder ir comentándola». Es una realidad, esa chusma está ahi.

Si hay personajes europeos que siguen presentes es por algo.

Y, teniendo en cuenta que hoy en día se escriben las historias de seis en seis cómics pensando claramente en el tomo, yo no le veo sentido al semana a semana más que por esa cuestión publicitaria ya mencionada. Que ojo, ya digo que Shueisha ha llegado a la conclusión de que es importante, porque llevamos casi veinte añazos con scanlations en el día poniendo a disposición de todo el mundo el cómic según sale en Japón. Y lo mismo pasa con el cómic americano, cuya distribución es bastante más directa porque puedes comprarlo en digital en el día, pero «el debate público» ya se produjo durante los años anteriores porque aquí se pirateba como si no hubiera un mañana, aunque solo fuera por tener prisa por leerlo antes de que le llegara a tu libreria. Y tanto japoneses como americanos se quejan de que hay una recesión, que el mercado de los cómics se va comprimiendo, pero el que se ha prácticamente atomizado es el mercado europeo, precisamente el mercado que no tiene «éso». Y lo mismo habría que mirárselo.

Sí, la revista ya no vendía, ¿pero no sería mejor adaptar la idea a los nuevos tiempos? ¿No habría sido mejor hacer una revista online o una web con Mortadelo, Superlopez y algunos personajes (y autores) más?

Porque que alguien me diga como, por poner un ejemplo, se puede uno poner a leer Corto Maltés. Sí, están los weblogs, la presencia en librerías, catálogos gratuitos y demás, pero Corto se publica en álbumes que salen uno cada dos años, mientras que Corto originalmente se había publicado por entregas en una revista; tenía una pervivencia en el mercado de la que ahora mismo no dispone. Es algo que nunca me cansaré de decir, a ser posible los cómics deberían ser semanales, no mensuales. Crear el hábito en el lector es lo que hace que siga comprando la serie, y éso los japoneses lo han entendido perfectamente y los editores europeos también lo entendían fenomenal, pero el modelo de revista se dió por obsoleto allá por los 80/90 y aquí estamos, incapaces de darnos cuenta de que algo debería haberla sustituido. El streaming es un camino, es una solución. Ya sea de forma gratuita o por suscripción, la última entrega de la historia debería estar disponible para ser leída, para que la gente «pruebe» cosas nuevas, pero si se insiste en modelos caducos o directamente se prescinde de ellos sin sustitución posible… No, buena pinta no le veo a esto.

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