No sé cuantos de vosotros usáis Comixology, pero si cuando hace años la compró Amazon nos temiamos lo peor, lo peor acaba de ocurrir; Amazon ha absorbido por completo la tienda de Comixology y la ha integrado de la peor forma en su web, con lo que las bibliotecas, suscripciones y listas de lectura de muchos usuarios se han visto completamente trastocadas cuando directamente no han desaparecido. Paralelamente a todo esto, Nintendo ha anunciado que las tiendas virtuales de sus dos consolas anteriores van a cerrar en unos pocos meses, cerrando el acceso de muchos usuarios a unos cuantos juegos que no podrán adquirir de ninguna forma legal. Bienvenidos a los inconvenientes de lo digital…
Cuando a finales de la primera década de este siglo se fundó Comixology, tengo que confesar que aquello me pareció un esperpento sin ningún sentido; ¿pagar a precio de grapa cómics en digital? ¿En serio? ¡Eso seguro que era otra mamarrachada como los motion comics, no tenía ningún futuro! Yo era y sigo siendo idiota, sí, pero en aquel momento tampoco se me podía culpar demasiado; veniamos de experimentos como los cómics digitales de Marvel -aquellos horribles que iban de viñeta a viñeta en modems de 56kb, o aquellos primeros números de Ultimate-Spiderman que te iban haciendo zoom a cada viñeta y a cada bocadillo, la cosa nunca había acabado de funcionar- o peor todavía, los motion cómics que convertían tebeos normales -o todo lo normal que podía ser un tebeo de Joss Whedon- en pseudopelículas de animación que, por pesados que se pusieran algunos, ni eran el futuro ni queríamos verlo ni en pintura. Mientras tanto y para no variar, los escaneos a resoluciones ridículas -pero legibles- en páginas como X-Men Underground, los scanlations de mangas o las galerías de eMule de cierta mansión se habían impuesto entre el fandom, escaneos completamente artesanales que empezaban a formalizar su propósito de no solo darle a la gente contenido «por la cara», si no de también tratar de preservar y hacer accesibles cómics que ya eran inaccesibles para el lector medio.
Cómics como Miracleman, joyas de Bruguera completamente perdidas por el tiempo y jamás reeditadas, mangas como City Hunter que fracasaban en ventas por sus pésimas ediciones… Eran escaneos rácanos, de muy poca resolución, pero el empeño de conservación empezó a provocar que se empezara a pasar a resoluciones bastante más aceptables hasta llegar a los 300dpi o más, mientras que las editoriales no se ponían de acuerdo en la forma de dar acceso al público a sus contenidos de forma legal y haciendo que los autores cobraran; como ya había pasado aquí con los ebooks, la perspectiva de que las editoriales pudieran vender sus cómics digitales mucho más baratos que el precio de portada por no contar con los costes de distribución, impresión y comisión de los minoristas aterraba a estos tres grupos, provocando que los cómics digitales salieran al mismo precio que sus contrapartidas en papel pero sin que estos tres grupos se llevaran un solo céntimo. Era una lucha inútil contra el tiempo, porque se sabía que lo digital se acabaría imponiendo tarde o temprano gracias a páginas como Amazon -ugh- así que muchos de los intentos de aquella época como los libros digitales o Comixology parecía que iban a fracasar; no eran ni los primeros ni iban a ser los últimos en hacer la «apuesta digital», pero la cosa esta vez iba a ser distinta…
Porque Comixology, en aquellos tiempos entre MySpace y Facebook, apostó por crear una comunidad, por darle un servicio a sus usuarios. En Comixology tu podías tener un servicio de biblioteca parecido a Wakhoom, introduciendo los cómics en papel que tenías en tu casa, los que querías comprar y combinarlos con tus compras digitales. Ibas a la web porque te daban un servicio -un servicio que cualquiera que tenga tebeos sabe que buena falta le hace, que tire la primera piedra el primero que no haya comprado el mismo cómic dos veces por error- y te quedabas por la comunidad, por los cómics digitales que caían de vez en cuando, porque poco a poco te dabas cuenta de que consultar tal o cual cómic en digital era más rápido que meter a rebuscar por las cajas del armario…El que poco a poco los cómics en papel empezaran a regalar una copia digital fue un plus que acostumbró a muchos, una vez llegaron los smartphones y tablets, a tener acceso a buena parte de su biblioteca en cualquier parte, un servicio que ya superaba a lo que se ofrecía por canales alternativos, que como no te montaras un servidor en tu casa o te pagaras una nube no había manera de que lo consiguieras. Y así es como Comixology triunfó, y como Amazon parece que quiere hacerla fracasar.
Amazon ya intentó integrar Comixology en Kindle -su servicio de libros electrónicos- el año pasado, pero la apabullante respuesta negativa de los lectores provocó que dieran marcha atrás. Sin embargo y a mediados de este mismo mes, casi sin que nos diéramos cuenta, Amazon pulsó el botón rojo y se acabó lo que se daba, forzando a todos a fusionar sus cuentas de Comixology con las de Amazon Kindle (puaj) y haciendo desaparecer cual chasquido de un titán loco todas las personalizaciones que ofrecía el servicio original incompatibles con Kindle; uno de los casos más lamentables es precisamente el hecho de que Amazon, al no funcionar de forma internacional si no «regionalmente», de sopetón se cargó todos los preorders y todas las suscripciones de usuarios de fuera de EEUU, informándonos de que las suscripciones solo están disponibles en Amazon.com para usuarios de EEUU. Que los demás usáramos la función «seguir a» para estar al día de nuestras series favoritas, perdiendo la comodidad -y rechazando nuestro dinero, que debe de importarles poco- de tener la suscripción automática. Esto provocará perdida de ventas para las editoriales, que los lectores se encuentren completamente perdidos, que la base de datos de Comixology desaparezca porque no se adapta a la de Amazon… Pero lo peor estaba por venir.
Porque todos conocemos el lamentable estado de la base de datos de libros de Amazon, mezclando autores con traductores y demás barrabasadas que han hecho que cada vez que hagas cualquier tipo de búsqueda de un libro que no sea un best seller de moda en Amazon tengas que asegurarte de que compras lo que estás comprando a base de mirar el ISBN en páginas de terceros, con lo que con esta jugada hemos perdido también la base de datos de Comixology. Por completo, borrada del mapa, convertida en un caos sin ningún sentido. Lo que es peor, el lector de cómics de Kindle es incapaz de mostrarte páginas dobles, porque las saca en miniatura, y ni siquiera te deja ya usar otro lector porque no te deja bajarte una versión libre de DRM. Seguro que Amazon está trabajando en ello y con el tiempo recuperará muchas de estas funcionalidades -aunque yo no apostaría por ello, no dejan de tener un semimonopolio y no hay prisa- pero ahora mismo leer lo que era Comixology es una experiencia tremendamente frustrante hasta el punto de que más de uno va a dejar de comprar cómics en digital y tendrá que volver al papel y, de no poder hacerlo, las editoriales habrán perdido otro lector. Y no, no están los tiempos para perder lectores, pero eso a Amazon le da igual.
Soy el primero que le ve ventajas a lo digital, porque si no fuera por ello muchos de los artículos que se han escrito por estos lares no existirían; si tuviéramos que escanear todos los cómics de los que hablamos para sacar capturas con las que ilustrar los artículos tardaríamos mucho más tiempo y seguramente se nos quitarían las ganas de meter tanta imagen, y estoy convencido de que está bien cercano el día en el que Amazon no te deje sacar capturas de las páginas de los cómics igual que ahora mismo la mayor parte de los servicios de streaming de video tienen algún sistema de DRM para evitar que saques capturas de pantalla que seguro que les harían perder un montón de dinero porque claro, el que la gente haga memes y ponga capturas en redes sociales les debe de hacer perder una burrada de dinero.
Tal vez sea ya la puñetera hora de crear un archivo digital como es debido, lo que debería ser archive.org pero regulado como es debido y protegido legalmente, ¿dónde hay que firmar? Porque ni cultural ni económicamente podemos permitirnos estos vaivenes que lo único que hacen es beneficiar a gente que ni le importan los cómics, ni sus autores ni sus lectores. Y donde digo cómics, estoy hablando también de libros, películas, videojuegos, prensa y de lo que haga falta; que la idea del depósito legal se reformule para los nuevos tiempos, que no se pierdan obras culturales porque «no dan dinero» o por ahorrar unos céntimos. Y dile ahora a los nativos digitales que empiecen a leer en papel, con lo monstruosamente caro que se ha puesto…