Después de que Diógenes se haya pasado la semana hablando de cómics viejos (y luego me critica a mi el muy hipócrita), toca hablar un poco de actualidad. Y para ello nada mejor que hablar de la nueva etapa de Hulk en la que Donny Cates y Ryan Ottley han tomado las riendas del personaje. Una etapa en la que ambos autores se enfrentan a la complicada tarea de estar a la altura de la recién terminada Immortal Hulk y en la que reinventan al personaje de una forma bastante original y que de momento ha conseguido ganar por completo mi interés.
Desde el momento de su nacimiento Hulk ha sido muchas cosas, un monstruo, un héroe incomprendido, un alma en pena que solo quería que le dejasen en paz… Pero por encima de todo siempre ha sido esa amenaza en potencia que no dejaba del todo tranquilo a nadie, ni siquiera a sus ocasionales aliados. Pero., ¿ Y si esa percepción no fuese del todo exacta? ¿Y si Hulk no es a quien hay que temer? ¿Y si la autentica amenaza que debería tener a todo el mundo aterrorizado es… Bruce Banner?
Donny Cates y Al Ewing se enfrentaban a una complicada y peculiar tarea, estar a la altura de las respectivas etapas de Venom y Hulk de su compañero ahora que ambos han intercambiado series. Algo a lo que por ahora, habiéndose publicado dos números de cada nueva etapa, ambos están consiguiendo de forma notable y no especialmente sorprendente. Y es que no debe ser fácil llegar a una serie para reemplazar a un equipo creativo que ha cosechado un éxito tan unánime por parte de critica y publico. Y aunque ya habrá tiempo de hablar de la nueva serie de Venom, es el Hulk de Donny Cates y Ryan Otley la serie que de momento me tiene mas enganchado.
El caso de Hulk es uno curioso dentro del Universo Marvel, ya que aunque los cambios de tono e incluso de temática no son algo ajeno a prácticamente ningún superhéroe, Hulk es uno que entre otras cosas se caracteriza por una reinvención constante. La dualidad entre Banner y Hulk, mas todas las variantes y combinaciones de ambos han permitido a lo largo de los años que disfrutemos tantas grandes etapas de Hulk como variaciones ha tenido este. El matón violento inteligente y cruel que era Mr. Fixit, el Hulk inocente como un niño que solo quería que le dejasen en paz, las distintas variaciones heroicas en las que la influencia de ambos aspectos del personaje se complementaban en mayor o menor medida convirtiéndole en Vengador o Defensor o las mas aterradoras, aquellas en las que se combinaban algunos de los peores aspectos de ambos para dar lugar a encarnaciones como el Maestro, Doc Green o Devil Hulk.
Así que teniendo entre manos a un personaje tan “maleable” Cates y Otley han optado por no limitarse a ser continuistas con la etapa anterior o repetir glorias pasadas. Lo que han hecho es reinventar una vez mas al personaje, alterando de una forma bastante drástica y original la forma en la que interactúan las diferentes personalidades del personaje para dar lugar a un Hulk como ninguno que hayamos visto antes y en la que se nos plantea algo con lo que otros autores han jugado en el pasado, que quien es realmente peligroso en esa ecuación gamma es Bruce Banner y no ninguno de sus musculosos alter-egos.
Y pese a que la premisa de esta reinvención es una completa enajenación sobre el papel, la peculiar naturaleza del personaje y el talento de Cates y Otley consiguen que esa locura funcione e incluso que tenga sentido. Una premisa que ha embarcado al personaje en una misión que le esta llevando a lugares donde nunca había estado, no solo simbólicamente sino físicamente, en la que la relación entre los diferentes aspectos que le conforman es una bomba gamma de relojería que uno esta ansioso por ver explotar, ya que esto no puede desembocar en ninguna otra cosa.
Un cómic que además le viene como anillo al dedo a alguien como Ryan Otley, a quien su larga experiencia dibujando Invencible (cómic que aunque me acabo aburriendo hacia el final no fue precisamente por culpa de Otley) le ha preparado de sobra para dar rienda suelta a la violencia extrema que esta nueva encarnación de Hulk va a ejercer y también a recibir. Por no hablar de que da gusto verle recrearse en los aspectos mas fantásticos de la historia o en lo bien que se lo ha debido pasar colando algún homenaje que otro a personajes de la competencia.
Si se mantiene el nivel de estos primeros números podríamos estar ante otra gran etapa de este personaje que sea capaz de ponerse a la altura de los grandes momentos de los que ha disfrutado Hulk en el pasado, comenzando por el Immortal Hulk que acabamos de despedir. Y teniendo en cuenta los antecedentes de este equipo creativo no me cabe duda de que tenemos razones de peso para confiar en que sera así.