Sin duda todo el mundo estará de acuerdo conmigo en que el crimen es una de las mayores epidemias que ha sufrido y sigue sufriendo la humanidad a lo largo de su historia. Una epidemia que toma múltiples formas y que tarde o temprano nos acabara afectando a todos y que hace del Button Man de John Wagner y Arthur Ranson un cómic perfecto con el que disfrutar durante esta cuarentena de la que poco a poco estamos saliendo (aunque no lo bastante rápido para Don Diógenes y sus gritos de ¡Queremos ir al casino!) Así que vamos a ver que nos ofrece este clásico moderno del cómic británico que como no podía ser de otra forma nació en las paginas de 2000 A.D.
Harry Exton, ex miembro de las fuerzas armadas y ex mercenario ha dejado atrás su pasado violento y vive una apacible y solitaria vida en el campo. Pero ese impulso de matar nunca le ha abandonado del todo, y por ello cuando un viejo amigo le propone participar en “En Juego” no se lo piensa demasiado antes de aceptar. Un “juego” organizado por una élite de hombres poderosos, millonarios y aburridos que enfrentan a sus respectivos campeones entre si mientras realizan jugosas apuestas con las vidas de estos y disfrutan con el derramamiento de la sangre ajena. Pero cuando Harry se da cuenta de que jamas podrá abandonar ese juego voluntariamente el sentido de este cambiara drásticamente y esas misteriosas voces al otro teléfono que han jugado con su vida y con la de tantos otros se darán cuenta de que quisieron jugar con el hombre equivocado.
“The Most Dangerous Game”, la película de 1932 basada en el relato del mismo nombre escrito por Richard Connell debe ser una de las historias mas influyentes del pasado siglo y lo que llevamos de este. Son incontables las variantes y derivados de esta historia en la que un millonario con demasiado tiempo libre decide cazar seres humanos que han inundado todas las ramas de la ficción durante décadas. Y en Button Man John Wagner nos ofrece un nuevo giro de este clásico en el que los millonarios aquí no se quieren manchar las manos directamente y delegan sus cacerías a las manos de sus emisarios, los Button Man, disfrutando de sus enfrentamientos a distancia segura, por circuitos cerrados de cámara o pidiéndole a estos que les cuenten cada violento detalle de sus enfrentamientos.
Pero como suele suceder en estas historias, el error fatal de estos pseudo cazadores consiste en subestimar a la ultima de sus presas. Una presa que John Wagner ha sabido construir muy bien y que al igual que sucede con otros de sus famosos personajes no debemos confundir las definiciones de protagonista y héroe. En este caso Harry es un antiheroe que aunque no es tan despreciable como los hombres que quieren darle caza, trata de no hacer daño a los “civiles” ajenos al juego y es alguien que se hubiese conformado con retirarse a algún lugar tranquilo si le hubiesen dado esa opción, sigue siendo alguien que no es capaz de dejar de matar, que no conoce la piedad con quienes considera sus enemigos y que no parece tener remordimientos por el rastro de cadáveres que ha dejado tras de si a lo largo de los años.
Con estos elementos Wagner y Ranson nos presentan una violentisima historia de venganza que a lo largo de tres arcos argumentales publicados entre 1992 y 2001 en 2000 A.D. (mas un cuarto en 2007 en el que Harry pasa a ser un secundario, Frazen Irving se encarga del dibujo y que quiero dejar para otra ocasión) nos muestra como la presa se convierte en cazador y esas misteriosas voces al otro lado del teléfono no acaban de darse cuenta de que hubiese sido mejor para todos dejar desaparecer a Harry en paz. Una historia que no por convencional deja de ser adictiva y en la que Wagner nos demuestra que se mueve con la misma soltura por el genero negro como en la ciencia ficción manejando como quiere los recursos del genero.
En el apartado gráfico tenemos a un Arthur Ranson que aunque nunca me acabo de convencer del todo su estilo prácticamente foto realista cuando se encargaba de narrar las historias de personajes como la Juez Anderson (no por falta de calidad, sino por una preferencia personal por algo menos realista cuando se trata de los personajes del mundo de Dredd) ese estilo encaja aquí como un guante, siendo perfecto para reflejar toda la sordidez del mundo en el que se mueven Harry y sus presas y mostrando la violencia extrema que ejercen sus personajes con una naturalidad increíble pero sin recrearse en ella de forma morbosa, sino consiguiendo que sea tan real como la vida misma y que la inmersión en la historia sea total.
Por todo ello Button Man es una obra de lo mas indicada para los amantes del genero negro y perfecta para estos días en los que uno necesita abstraerse mas que nunca. Un cómic que el día que se pueda volver a rodar con seguridad se convertirá en una película en Netflix con la que no dejare de pensar en lo triste que este proyecto no existiese cuando Rutger Hauer era joven.