Tras este paréntesis soso de Diógenes hablando de su nostalgia ochentera y de librerías que el hace décadas que no pisa, toca lo bueno, lo que todo el mundo estaba esperando, enfermedades infecciosas y epidemias. Y hoy lo hacemos con una historia muy especial protagonizada por Superman, pero no por un Superman cualquiera, sino por su nieto, el conocido como Superman 2020 (de que me sonara a mi ese año) quien tendrá que hacer todo lo que este en su mano para evitar que las celebraciones del nuevo año 2021 no se conviertan en un funeral masivo…
Metrópolis se encuentra a punto de celebrar la entrada del año nuevo 2021 con un acontecimiento muy especial, el descenso de la ciudad flotante de New Met para el chequeo anual de sus sistemas y que los mas viejos del lugar comparan con la bajada de la bola del Times Square. Viejos como el muy familiar periodista Clark Kent, quien se encuentra narrando las celebraciones desde los estudios de Galaxy News.
Aunque esas celebraciones no tardan en tomar un giro preocupante cuando nadie sale de New Met para comenzar las celebraciones. Y cuando unos pocos curiosos se atreven a entrar en la ciudad flotante se encuentran con una dantesca imagen, todos los habitantes de la ciudad parecen haber caído muertos…
Pero en medio del caos dos hombres no parecen estar asustados por lo sucedido, sino mas bien contrariados. Y es que estos son los responsables de haber dispersado un letal microbio en el suministro de oxigeno de la ciudad, infectando a todos los habitantes de New Met, y que este no debía activarse hasta entrar en contacto con otro microbio existente en la superficie terrestre. Y aunque ellos creen que nadie esta escuchándoles no podrían estar mas equivocados, ya que uno de los supuestos cadáveres a sus pies parece estar escuchándoles con su supersuperoido…
Y el misterioso a la par que familiar desconocido no es otro John Hudson, controlador de trafico y en secreto hijo y nieto de Superman II y Superman respectivamente (a quien la entradilla de la historia llama Superman 2020 pero que aquí se hace llamar Superman III). Este había detectado el microbio con sus poderes y había creado a su vez el suyo propio para poner a todos los habitantes de la ciudad en animación suspendida y así retrasar su muerte hasta encontrar una solución a la enfermedad que les afectaba. Una enfermedad que como su oído capta ha sido introducida por miembros de la organización terrorista y racista de Los Puristas, quienes se oponen al cruce entre humanos y alienigenas.
Estos corren tratando de inducir el pánico en los ciudadanos para ver si así al menos consiguen provocar algunos muertos durante el ataque de histeria y de paso extender su propaganda racista. Por suerte Superman III esta ahí para evitar la tragedia y tras un rápido cambio de ropa debajo de un aerocoche (no el lugar mas glamuroso para ello) este vuela para evitar una masacre.
Tras congelar los vehículos de los ciudadanos y evitar de paso la huida de los terroristas, estos tratan de culpar a Superman III y a su origen alienigena de lo sucedido, aunque sin demasiado éxito.
Y antes de que puedan hacer nada mas, Superman III se los lleva volando hasta el lugar que suele ocupar New Met en los cielos para interrogarles con unos métodos que no se yo si su abuelo aprobaría y que son mas propios de cierto vigilante de Gotham.
Viendo como su compañero se ha precipitado al vacío hacia su aparente muerte (sin saber que ha caído sin problemas sobre un colchón de aire creado por Superman III) el segundo terrorista cuenta todo lo que sabe, revelando incluso la localización de su base secreta.
Superman III vuela raudo hacia su base convencido de que si han inventado la enfermedad también deben tener la cura. Y aunque no se equivocaba en ello, se encuentra con la actitud desafiante del líder de los Puristas, a quien no le sorprende la irrupción de Superman III y que no parece dispuesto a aceptar la derrota.
Y asi, para tratar de evitar la victoria de Superman III, hace añicos el recipiente que contenía la cura con la esperanza de firmar así la sentencia de muerte de los habitantes de New Met. Pero eso no supone ningún problema para el hombre de acero, quien absorbe con su superaliento el antídoto y tras asegurarse de que los terroristas no podrán escapar de su base vuela hacia New Met para soltar la cura.
Convertido en una especie de aspersor viviente Superman III suelta el antídoto dentro de la cúpula que envuelve la ciudad despertando a sus conciudadanos de su letargo justo a tiempo para celebrar la entrada del año nuevo 2021 como retransmite Clark Kent desde su estudio.
De nuevo Superman (su nieto mas bien) se ha enfrentado a una enfermedad creada en laboratorio (que técnicamente sigue contando como plaga) Y aunque la historia de Bob Rozakis no es precisamente una de las mas memorables de la historia del personaje (no dejaba de ser una historia de relleno de 8 paginas) si que tiene algún punto de interés que otro. Quizas lo mas destacable es la existencia de estos terroristas de los Puristas (quienes habían aparecido ya en las historias previas del nieto de Superman) y que aunque los presentan de una forma un tanto simplista, no dejan de ser una panda de asesinos racistas dispuestos incluso a exterminar ciudades enteras con tal de conseguir “limpiar” la Tierra de lo que ellos consideran indeseables (para que luego digan que antes no se metía contenido político en los cómics) Así que por ese lado bien por Rozakis (y por Cary Bates y Curt Swan creadores de la organización y bastante menos sutiles que Rozakis y Saviuk.
Y por otro lado tambien quiero destacar esa entrañable inocencia de que en 1982 pensasen que el 2020 seria así, con coches y motos voladoras y ciudades flotantes. Menudo optimismo tenían en los ochenta y con lo que nos tenemos que conformar nosotros (al menos tenemos drones, sigh) Pero aunque nuestro 2020 no sea tan espectacular como el de Superman III, al menos tenemos comics que leer, entre ellos el que tocara mañana, con el que a dejaremos descansar a Superman y a su familia para saltar a la competencia y recordar aquella ocasión en la que Spiderman tuvo que hacer frente a uno de sus mas terribles enemigos… el resfriado común.