Otro día de cuarentena que seguimos por aquí con Diógenes acurrucado bajo la cama abrazado a una foto de Obi-Wan que el cree que es una estampita de Jesucristo esperando a que pase todo esto mientras otros miramos a la actualidad a la cara a través de cómics viejos. Y hoy de nuevo toca, como tocara toda la semana, fijarnos en Superman, un héroe que es muy invulnerable a muchas cosas pero por lo visto no a las enfermedades. Hoy en concreto nos toca viajar hasta el año 1950 y al numero 66 de su serie regular, donde William Woolfolk y Al Plastino mostraron a sus lectores los últimos días de Superman…
Un buen día como cualquier otro Clark Kent pasea por las calles de Metrópolis cuando se encuentra con un atraco a un banco, banco por el que también pasaban casualmente Lois Lane y Chuck el fotógrafo (Jimmy Olsen debía tener el día libre). Pero antes de que Clark pueda cambiarse de ropa y detener a los ladrones en su identidad de Superman, una repentina debilidad le deja incapacitado para actuar, una debilidad provocada por un broche de Kryptonita que se encontraba entre las joyas robadas de alguna caja de seguridad (la de toneladas de Kryptonita que debieron caer en la Tierra para que esta sea tan abundante) Pero incluso sin la ayuda de Superman el atracador es detenido no sin antes atacar al pobre Chuck.
Aunque de alguna forma Clark sigue debilitándose, su salud es cada vez peor y acaba desmayándose en las oficinas del periódico. Lois llama rápidamente a un medico que tras examinarle el pulso y las pupilas, sin hacerle ningún aprueba exhaustiva ni análisis de sangre o examinarle en un hospitalal con el equipo apropiado, dictamina que Clark debe tener alguna enfermedad mortal, así en genérico. Menuda mierda de seguro medico tenia el Daily Planet para sus empleados.
La desesperación de Lois hace que el doctor llame a algunos de sus colegas para corroborar su diagnostico, y aun sin llevarle a ningún hospital, le diagnostican la Enfermedad de Walker y que solo le queda un mes de vida. Y vale que hablamos de un cómic de hace setenta años, pero estoy seguro de que en los años 50 los médicos debían tener mas medios para diagnosticar a un paciente que tomarle el pulso y mirarle los ojos.
Pero Clark sabe que el es invulnerable a las enfermedades (ja) y que lo que le afecta debe ser la Kryptonita, hasta que se da cuenta con horror de que en la oficina no había Kryptonita por ningún lado. Así que decide investigar por su cuenta empollándose un montón de libros de medicina y llega a una conclusión similar a la de los doctores, que tanto exponerse a la Kryptonita a lo largo de los años le ha provocado síntomas similares a los de la Enfermedad de Walker y que solo le queda un mes de vida. Que es una deducción lógica a la altura de las que tenían Adam West y Burt Ward ante los acertijos del Acertijo en su serie de televisión.
Una vez aceptado su fatal destino (sacado de auto diagnosticarse tras leer unos libros) y espiar a Lois por la ventana de su apartamento, Superman medita que puede hacer en ese mes que le queda que beneficie a la humanidad.
De esa forma para ayudar a la humanidad decide pasarse los siguientes días extrayendo carbón y petroleo para que no haya escasez de estos combustibles en el futuro… ¡Gracias por la contaminación y efecto invernadero! ¡Ya podrías haberte dedicado a inventar alguna energía renovable y limpia!
Y tras asegurarse de que las generaciones futuras tendrán problemas para respirar aire limpio, Superman se encuentra a una desolada Lois en Metrópolis que le suplica que haga todo lo posible para salvar a Clark, y en un alarde de empatia decide largarse volando dejándola con la palabra en la boca. Que vale que no puedes salvarte a ti mismo, pero al menos consuela a la pobre Lois cacho animal…
No obstante vamos a suponer que no quiere perder el poco tiempo que le queda, y por eso decide pasar por las oficinas del Planet a saludar a la gente y de paso sufrir otro ataque de la enfermedad que le consume.
Un ataque que le anima a solucionar mas crisis energéticas y para ello crea una gigantesca planta de energía solar capaz de suministrar energía limpia a todo el país (si, país, el resto del mundo que se joda) Algo que hace que nos preguntemos si no podría haber hecho esto desde el principio y olvidarse de extraer tanto carbón y petroleo…
Aunque el escaso tiempo de vida que le queda a Superman no parece suficiente ya que no tarda en descubrir que hay un planeta viajando en dirección a la Tierra y que en el lejano futuro de 1987 chocara contra nuestro mundo destruyéndolo (snifs, Superman salvo los 80) Así que sin perder mas tiempo vuela hacia las profundidades del espacio y destruye ese planeta para asegurarse de que en el futuro la gente pueda disfrutar de Aventuras en la gran ciudad, el Guerrero Americano 2 o Loca Academia de Policía 4.
Sin embargo a Superman le sigue preocupando que pese a dejar la Tierra (Estados Unidos en realidad) bien aprovisionada de energía y sin la amenaza del planeta errante, la humanidad no sepa comportarse decide dejar para la posteridad un mensaje grabado en la luna en el que le pide al mundo que sean buenos los unos con los otros, que así todo el mundo puede ser un Superman, y lo firma revelando que en realidad era Clark Kent.
Y una vez que ha dejado atado el futuro de la humanidad (de Estados Unidos) Superman regresa al Daily Planet para reencontrarse por ultima vez con sus compañeros de trabajo. Pero tras sufrir de nuevo otro ataque, Superman siente una revelación como las que tenia House en el ultimo tramo de cada episodio y se da cuenta de lo que realmente esta provocando su enfermedad, por lo que para confirmar sus sospechas examina con su visión de Rayos-X la cámara de Chuck y descubre en ella un fragmento de Kryptonita que debió quedar allí encajado cuando el atracador le golpeo con la bandeja de joyas. ¡Superman nunca estuvo enfermo!
Actuando con rapidez Superman prende fuego a la cámara de Chuck y Lois hace lo lógico en esa situación, lanzar la cámara ardiendo por la ventana, que seguro que en una gran ciudad como Metrópolis no esta pasando nadie pro la calle en ese momento… Por suerte Superman utiliza su superaliento para lanzarla al océano prometiéndose a si mismo comprarle una cámara nueva a Chuck (quien debía limpiar poco la cámara si no había visto ese trozo de Kryptonita)
Pero aun queda algo que hacer, algo que Superman casi olvida (la supermemoria no debía ser aun uno de sus poderes) y a punto esta de dejar que llegue la noche con su mensaje en la luna revelando su identidad secreta al mundo, pero no es nada que no se pueda arreglar lanzando unas piedras al mensaje para borrar parte de su firma.
Tras esto Clark pasa de nuevo un examen medico con los doctores, quienes no se explican como pudieron diagnosticarle la enfermedad de Walker si ahora goza de un estado de salud excelente (igual es porque han estudiado en la facultad de medicina del Doctor Nick Riviera, en la de Zoidberg o algo así) Y aunque Clark se alegra muchísimo al ver lo feliz que se encuentra Lois al saber que no va a morir, lo que toma como confirmación de que ella le quiere (Que digo yo que uno puede alegrarse de que sus amigos no se mueran sin estar enamorado de ellos, digo yo) pero pronto se lleva el chasco de descubrir que Lois sigue teniendo ojo solo para Superman y el no tiene forma de saber a quien quiere de verdad… (¡Dile quien eres de verdad!)
Vale, técnicamente no era un virus sino una misteriosa enfermedad aparentemente no contagiosa, y en realidad no era ni eso, pero tematicamente cuela lo suficiente y es un buen recordatorio de que Superman es entre otras cosas quizás no vulnerable a las enfermedades pero si a la sugestión y a la auto diagnosis. Una temática que continuara mañana con otro cómic titulado Los Últimos Días de Superman… Mmm, este titulo me suena…