Jojo Rabbit: Niño, ¡no me seas nazi!

Corren unos tiempos en los que hasta la perfecta Federación de Star Trek acaba cayendo en la mezquindad de negarse a rescatar a unos refugiados, con lo que una película sobre como el colectivo se vuelve imbécil y termina permitiendo las peores canalladas nos viene que ni pintada. Jojo Rabbit, la última película de Taika Waititi, es precisamente eso: contarnos desde el punto de vista de un niño como es vivir la locura dentro de un mundo que se ha vuelto loco. Más o menos.

Nazis cabrones

Me fastidia tremendamente reconocer que no conocía Caging Skies, la novela que publicó Christine Leunens en 2000 y en la que se basa esta película, porque si que estoy familiarizado con la mucho más simplona El Niño del Pijama de Rayas, esa novela de 2006 que nos sorprendía al contarnos la rutina diaria de un crío y darnos cuenta poco a poco de que en realidad el niño nos está describiendo la Alemania Nazi y el «furias» tan simpático que viene a comer a su casa no es otro que Hitler. El único mérito que tenía la novela era precisamente ese, porque por lo demás era bastante tontorrona y su adaptación cinematográfica hasta se cargó el giro en cuestión al ponerte ya en el poster de la película un campo de concentración. Jojo Rabbit es mucho más espabilada que todo esto y también está contada desde el punto de vista de un crío, solo que en este caso el crío es miembro de las juventudes nazis y tiene como amigo imaginario a Adolf Hitler. Taika Waititi pisa así arenas movedizas, porque quieras que no puede caer en su adaptación en los errores del Niño del Pijama de Marras o peor, caer en el esperpento de Roberto Benigni con La Vida es Bella, un espanto que no hay por donde agarrarlo; sí, no se si lo habéis notado, pero ninguna de estas historias que mezclabn infancia y nazismo me han hecho nunca mucha gracia, ni siquiera El Tambor de Hojalata y eso que la escribió todo un premio Nobel que fue miembro de las juventudes de marras y sabía bien de lo que hablaba. Pero Jojo Rabbit me ha gustado.

Sí, la gente estaba tan loca que consideraba un campamento militar como algo bonito y educativo.

Y me ha gustado porque, a pesar de ser una comedia, es tremendamente consecuente consigo misma, con la situación que está contando. No muestra a los nazis como una especie de demonios despiadados que solo están de fondo, ni tampoco muestra a los niños como idiotas inconscientes que no se dan cuenta de lo que está pasando. Los últimos años de la guerra son malos tiempos para ser un nazi, sí, y los niños nazis cargan con abnegado esfuerzo las consecuencias de la locura de sus mayores, pero a la vez la película humaniza a todos los personajes presentes, te deja claro que ellos creen que están haciendo lo que deben, que aunque sean nazis y se dediquen a colgar gente por sus ideas, creen que es lo que se debe de hacer, que eso es lo más normal del mundo, y de ello sale la comedia. Porque según empieza la película, Jojo es el más nazi de todos los nazis, nazísimo, y aunque su capacidad de ser nazi se vea mermada por su torpeza -es un crío y tiene las patas cortas, que le vamos a hacer- el sigue empeñado en agradar a Hitler, su amigo imaginario que lo anima en todo momento.

Jojo y su mejor amigo descubriendo que corren malos tiempos para ser un nazi.

Y así es como Jojo (Roman Griffin Davis) va descubriendo junto a sus amigos nazis que tal vez las cosas no son lo que parecen, que tal vez Alemania no debería estar por encima de todo lo demás, y la puesta en escena teatral que utiliza Waititi en la mayor parte de las escenas de la misma no deja de reforzar esa idea; las situaciones en las que Jojo va despertando de ese sueño, de esa inmensa borrachera, son teatrales, mientras que las más «reales», esas en las que la realidad se come a los ideales nazis, son mucho más caóticas y a ratos recuerdan a (ojo, no son como) los falsumentales de Waititi como What we do in the Shadows o Flight of the Concords. Y es que si algo ha demostrado Waititi es que sabe mezclar drama y comedia, y aunque a más de uno se le atragantara el Thor «humorístico» de Ragnarok, nadie podría decir que la parte dramática de la película naufragara entre tanto chistecito y secundario cómico. Pues bien, en Jojo Rabbit Waititi ha desarrollado esa habilidad mucho más y los personajes de Sam Rockwell o Rebel Wilson pueden parecernos cómicos, pero a la vez son nazis en toda su dimensión canalla.

Las dos alemanias y Jojo.

Y en el otro lado del espectro tenemos el personaje de la madre de Jojo, encarnado por Scarlett Johansson y que a ratos se viste con lo que parece un traje típico alemán; si escarbamos un poco en las tripas dramáticas de todo el tinglado, nos venimos a dar cuenta de que tanto la una como el otro son encarnaciones de Alemanía, por un lado la aventurera pensadora libre y por el otro el borracho egoista, siendo los dos figuras paternales para un Jojo que trata de ser lo que le dicen que tiene que ser pero poco a poco va perdiendo las ganas de serlo, para desesperación de su amigo imaginario. Otro paralelismo estupendo lo vemos ya en los títulos de crédito iniciales, cuando Waititi tiene la mala baba de hacer paralelismos entre Hitler y la Beatlemanía, dejándonos claro que en la Alemania de los años 30 la figura de Hitler en particular y el partido nazi en general despertaban ese tipo de pasiones y así se siente el joven Jojo en aquel momento, como un fan de Hitler más.

Un retrato cojonudo de la nazimanía y una forma estupenda de meternos en la cabeza de Jojo, oiga.

Sin embargo, y a pesar de que recomiendo muchísimo la película tengo que ser honesto, porque hay algo que no ha acabado de funcionarme de la película (SPOILERS) toda la parte de Jojo con Elsa me parece que necesitaba un poco más de trabajo, porque aunque Elsa me parece un personaje con una mala leche que proporciona a la película alguna que otra escena la mar de divertida, al final el personaje no da mucho de sí. A su favor tiene el no ser una simple víctima y que, al estar la película contada desde el punto de vista de Jojo, es hasta justificable que ella sea más una figura de hermana mayor al igual que la madre de Jojo está idealizada hasta el horror, pero claro, en el caso de la madre tenemos una tridimensionalidad y una serie de elementos implícitos que, sumado a que Scarlett Johansson es una actriz como la copa de un pino -que parece que a algunos ya se les está olvidando- hacen que el resultado final sea mucho más interesante.

¡No me seas nazi, niño!

Pero a pesar de todas estas dudas, Jojo Rabbit es una película la mar de disfrutable, bien hecha y que nos viene la mar de bien para los tiempos que corren, tanto para entender lo que pasa por muchas cabezas como para evitar que pase en la nuestra.

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4 años han pasado desde que se escribió esto

«peor, caer en el esperpento de Roberto Benigni con La Vida es Bella, un espanto que no hay por donde agarrarlo»

A mis brazos.

Make Mine Marvel
Make Mine Marvel
4 años han pasado desde que se escribió esto

Fui a verla en el instituto y a mi profesor de Historia no le gustó mucho. A mí como elemento para mostrar la historia desde una óptica de un niño o cómica no me pareció desacertada. Pero había bastante desequilibrio.

En Jojo todo está muy bien llevado.

Flippy Mcflipe
Flippy Mcflipe
4 años han pasado desde que se escribió esto

«sumado a que Scarlett Johansson es una actriz como la copa de un pino -que parece que a algunos ya se les está olvidando-»

Entiéndelo, es que de 2010 a este año, la Scarlett no hizo más que salir en refrito palomitero tras refrito palomitero interpretando personajes bien planotes, y claro, parecía que aspirara a ser la nueva Angelina Jolie o algo así y toda su etapa del 2004 al 2008 (que fue la que la catapultó a la fama) quedó algo borrada de la memoria colectiva. Un poco como lo de Mcconaughey pero a la inversa.

Zatannasay
Zatannasay
4 años han pasado desde que se escribió esto

La vida es bella es una película que intente verla varis veces. ¡Y ni pa Dios! Me resulta insoportable. Fue una de esas películas que se supone que te tiene que gustar por Decreto, era imposible dedicarle una crítica que no fuese entusiasta.

Benigni me resulta cargante hasta el hartazgo, y la unica emoción que me generaba era la de verguenza ajena.
Pero es que me tenía que callar, como con Bravehearth y otras películas que no hay por donde coger pero que el colectivo establece como paradigma de lo bueno.

Aguja Dinámica
Aguja Dinámica
4 años han pasado desde que se escribió esto

El unico problema que tuve con la pelicula fue que el inicio me dio un subidón de adrenalina el cual se me bajo de golpe tras el accidente con la dinamita (lo cual se justifica por lo mismo), pero se me bajo tanto que bostece un par de veces.
Fuera de eso me agradó bastante y concuerdo con lo sobreidealizada que estuvo la madre, pero creo que se justifica con el hecho de que es desde el punto de vista de jojo.