Ms Marvel es Carol Danvers, de eso no había duda alguna. Por mucho que volvieran a traer a Jamie McKelvie a diseñar un nuevo traje y trataran de certificar que Carol iba a traicionarse a si misma tomando el título de Capitana Marvel -recordad el «no quiero ser tu» que le dijo a MarVell- poniendo a una novata usurpando su auténtico nombre, Kamala Khan parecía destinada a ser uno de esos personajes fugaces, otro experimento fallido. Pero cinco años después aquí está.
Y hay que tener en cuenta que en aquel momento, en 2013-4, en las oficinas de Marvel se hacían muchísimos experimentos del estilo, con la propia G. Willow Wilson planeando junto a la editora Sana Amanat una superheroína musulmana que probablemente no duraría más de diez números, otra «falsa» serie limitada que no iba a ninguna parte. Debe ser la cosa algo generacional, porque diez años antes y con el mismo dibujante, Adrian Alphona, Brian K Vaughan también sacó una serie con protagonistas juveniles con escasas perspectivas de futuro que acabó convirtiéndose en un éxito. Porque eso es exactamente Kamala Khan, uno de los escasos personajes recientes de Marvel completamente nuevos que realmente es un éxito.
Cuando suelo decir que Kamala Khan es el Peter Parker del siglo XXI -y sí, también Peter Parker es el Peter Parker del siglo XXI- me refiero a que el personaje ha conseguido destilar lo que hacía funcionar aquel Spiderman de Lee y Ditko y orientarlo a los nuevos tiempos, a algo nuevo y distinto en un género azotado constantemente por la monotonía. Kamala es una adolescente de dieciséis años adicta a World of Warcraft -o a Elder Scrolls Online, dependiendo a que MMO estuviera enganchada Wilson en aquel momento- que trata de sobrevivir al hecho de vivir en una sociedad que constantemente le dice como tiene que vivir mientras en casa sus raíces pakistaníes le dicen que tiene que hacer otra cosa. En su planteamiento los personajes parecen perfectos estereotipos -su padre el inmigrante patriarcal, su madre la abnegada musulmana, su hermano que solo piensa en rezar y le parece todo impuro- pero a lo largo de la serie vamos descubriendo que son mucho más de lo que parecen; Wilson elabora un juego con el lector casi perverso, porque en un principio te da el estereotipo de familia pakistaní que se tiene desde fuera y poco a poco te va mostrando que, como todo en esta vida, las cosas no son siempre lo que parecen, y con la tontería ha enseñado a una generación de lectores como vive en una familia pakistaní en EEUU.
Y ese cambio en nuestra forma de ver los personajes no responde nunca a giros de guión sorprendentes, simplemente la vida va a ocurriendo y sus reacciones son lo que hace que los conozcamos y aprendamos a apreciarlos. Pasa lo mismo con muchos de los amigos de instituto de Kamala, que a priori parecen cortados por el mismo patrón de los de Peter Parker -Bruno podríamos decir hasta cierto punto que parte del propio Peter Parker- y todos ellos van evolucionando, descubriendo cosas sobre ellos mismos y aprendiendo a ver a los demás de otra forma. Sumamos a todo esto personajes secundarios de New Jersey, gente pequeña que en otro cómic no volvería a asomar por ningún lado y que Wilson recupera una y otra vez hasta hacer que les cojas cariño como el viejo veterano de la segunda guerra mundial y su silla de ruedas motorizada o el vendedor de perritos calientes, verdadero héroe en la sombra capaz de decirle a Kamala cuando ha comido ya suficientes perritos calientes. Son personajes que enriquecen la historia y recuerdan el aspecto «friendly neighborhood» de héroes urbanos como Daredevil o Spiderman y que tristemente parece que hoy en día está muy poco de moda.
¿Y que puedo decir sobre la propia Kamala? Pues que es un personaje tremendo que absolutamente nadie ha sabido escribir más allá de su propia creadora, lo cual es tremendamente triste. Yo, que soy un tipo que normalmente detesta a Miles Morales -y Ganke- y solo me ha gustado en Into the Spiderverse, me encuentro que cuando aparece Miles -y Ganke- en Ms Marvel no solo no me parecen desagradables si no que hasta me caen bien, lo cual dice mucho del trabajo de los guionistas y de la capacidad que tiene Kamala como personaje bien llevado de mejorar todo lo que toca; vamos a dejarlo claro, la capacidad de construcción de personajes de Wilson, su habilidad para hacerlos «reales», es una de las cosas que más echo en falta por no tener un cómic mensual de Chris Claremont, y Wilson es probablemente la única escritora actual capaz de llegar a ese nivel. Es una auténtica lástima que ella no se viera capaz de guionizar un grupo de superhéroes, porque creo que de todos los guionistas actuales que no son Chris Claremont, G. Willow Wilson es la ideal para llevar X-Men.
Pero claro, no creo estar siendo justo. Porque normalmente los guionistas de Marvel se ven sometidos a crossovers y demás monstruosidades de las que sus editores no les defienden gran cosa, mientras en el caso de Ms Marvel Sana Amanat parece haber cubierto las espaldas de Wilson en todo momento, y a pesar de que tanto Secret Wars, Civil War y hasta Secret Empire tocan la serie, la serie se puede seguir sin ningún problema y el que venga el fin del mundo o los nazis salgan hasta de debajo de las piedras da absolutamente igual, «esto es New Jersey». De hecho, y a medida que el éxito de Kamala se hacía más grande, el personaje se unió a Los Vengadores y luego creó los Champions, algo que en el desarrollo de la serie chocaba frontalmente, porque Kamala había ido creciendo a su ritmo y el estar de repente rodeado de todos los superhéroes guays no era precisamente lo que se pedía en aquel momento. Y sin embargo la forma de afrontarlo es dejar claro que Kamala no tiene tiempo para su vida familiar, escolar, personal, defender su ciudad y a la vez ser miembro de los Vengadores, con lo que sus relaciones personales se deterioran y Wilson es capaz de sacar más de un año de la serie hablando del tema, haciendo que Kamala vaya sobreponiéndose a ello y aprendiendo.
El que se acaben estos cinco años de Kamala Khan escrita por G. Willow Wilson es triste, pero a la vez era una consecuencia lógica. Tras cinco años la serie había perdido frescura desde la aparición de villanos como Doc.X y, aunque en los últimos números se veía una mejoría, se notaba que a la guionista se le iban acabando las ideas y necesitaba ya un cambio de aires. Deja unas botas demasiado grandes como para que pueda llenarlas Saladin Ahmed, porque Kamala no deja de ser una criatura muy personal y repito que cualquiera que ha intentado escribirla sin ser G.Willow Wilson ha encallado. Me gustaría que el personaje sobreviviera y siguiera creciendo, sobre todo porque Kamala es uno de esos personajes creíbles a los que te gusta leer, así que lo único que puedo hacer ahora es desear que Ahmed le pille el punto al personaje -no, todavía no lo ha hecho- y darle las gracias a G. Willow Wilson por su trabajazo. Felicidades porque Kamala Khan es Ms Marvel, sí. Se lo ha ganado.