Esa lacra de los cómics que persiste hoy en día: Las minúsculas

Y es que es una vergüenza que sigan existiendo hoy en día, porque durante los más de cien años de historia del cómic moderno habían aparecido en mayor o menor medida y el consenso histórico había sido el de condenarlas a un sabio ostracismo; de hecho en el cómic americano era algo casi impensable, de gente indie muy rara que debía de darle a drogas muy raras. Pero no hace tanto la cosa cambió en EEUU…

Las minúsculas, una vergüenza durante toda la historia del cómic. Y sí, prefiero Asterix a Tintin, porque usa mayúsculas.

Fue hace cosa de veinte años, Joe Quesada llegó a Marvel y se puso a revolucionarlo todo en plan «voy a tirar todos los tabiques y todo será cocina, salón y baño, estoy loquísimo», aunque en realidad lo que estaba haciendo era continuar las líneas maestras del plan de gente como Bill Jemas o Ike Perlmutter. Fueron tiempos raros en los que se experimentó con absolutamente todo y muchos autores tuvieron carta blanca para realizar horrores y construir alguna que otra obra maestra, pero entre golpes publicitarios y declaraciones estridentes, en Marvel se les ocurrió romper un paradigma del que hasta entonces nadie se había atrevido a dudar dentro del género de superhéroes: hacer cómics usando minúsculas. El horror.
Y no es porque alguien las hubiera pedido, porque la gente se quejó de absolutamente todo de Ultimate Spider-Man, pero a nadie se le pasaron por la cabeza las dichosas minúsculas.

El año 2002 vería empezar guerras y conflictos que todavía duran hoy en día, como si nos metiera en un bucle espaciotemporal del que todavía no hemos conseguido salir. Las canallas minúsculas, que empezaron asomando por algunos títulos aislados como US War Machine o los de la línea Ultimate, fueron reptando y extendiéndose por todas las series de Marvel, con lo que unos meses después llegaron a envenenar etapas como la Morrison y Claremont en X-Men, Los 4 Fantásticos de Waid y Wieringo, el Spiderman de Straczynski -cuando todavía era bueno- o el Black Panther de Christopher Priest. El veneno, el mortal veneno, se extendió por todas aquellas series durante meses, contaminando la línea Ultimate durante todos los años que duró -pocos recuerdan ya que el primer año de la línea contó con inmaculadas mayúsculas- y comenzando una lenta muerte en el universo marvel regular durante el verano de 2004, más o menos paralelamente a la marcha de Chuck Austen de Uncanny X-Men y Avengers.
Los 4 Fantásticos conocen a Jack Kirby, todo muy bonito, muy emotivo, todo perfecto… PERO CON MINÚSCULAS.

Y aunque aquel horror que no llegó a tocar a la inmaculada DC Comics -que bastante tenía ya con lo suyo, que Dan DiDio ya andaba por allí y la archipolémica Identity Crisis estaba al caer- si que tonteó de manera vulgar y soez con la entrañable Image Comics, editorial historicamente caracterizada por coquetear con las tendencias del momento y que, al estar dividida en distintos estudios propiedad de cada autor, permitía que cada uno hiciera experimentos tipográficos dignos de una pesadilla del doctor Mengele. Series emblema de la editorial como Spawn, Savage Dragon, Invencible o The Walking Dead se libraron con buen juicio de la plaga, pero otras como las de la línea Shadowline o los primeros trabajos de Hickman para la editorial como Transhuman mostraron las perversas minúsculas, a pesar de que el propio Hickman era diseñador gráfico y debería haber tenido el suficiente criterio para darse cuenta del crimen capital que estaba cometiendo; mención aparte merece el caso desgarrador y abominable de Pax Romana, un cómic la mar de interesante destrozado de mala manera por una rotulación mecánica que lo vuelve casi ilegible.
Y sí, está dibujado por Jonathan Hickman.

El paso del tiempo fue borrando paulatinamente las minúsculas de nuestras viñetas, y he de reconocer que una de las pocas cosas buenas que nos trajo Secret Wars fue la desaparición por completo de las minúsculas de la línea Ultimate, con lo que el pobre Miles Morales por fin pudo hablar por una tipografía «humana». Sin embargo, lo malo de las plagas es que nunca desaparecen, si no que se agarran por donde pueden y por allí sobreviven. A día de hoy todavía podemos encontrarnos en algunos títulos de Dynamite o Boom las dichosas y groseras minúsculas, pero aunque siguen utilizándose más de lo debido para los cuadros de pensamiento -ay como añoro los bocadillos de pensamiento, que razón tiene Ann Nocenti- podríamos decir que el mundo ha recuperado la cordura y las insoportables minúsculas han pasado a mejor vida… Excepto por algunos talibanes.
Las minúsculas provocaban ensaladas tipográficas como esta; ¿como pueden ser tan monstruosos como para hacerme preferir la rotulación mecánica a las minúsculas?

Hay autores a los que respeto. Son buenos autores, saben hacer su trabajo, funcionan bien y hasta he escrito aqui mismo sobre su maestría en el oficio y lo mucho que me han gustado muchas de sus obras. Por eso me decepciona profundamente cuando un autor que admiro y respeto decide -puaj- usar las putas minúsculas, las miserables minúsculas, las rastreras minúsculas. Brian K Vaughan, el adoradísimo por M’Rabo Brian K Vaughan, el tipo incapaz de hacer una mala historia, de cometer un error, el promotor junto a Marcos Martín de The Panel Syndicate, el autor de obras como Pryde of Bagdad, Y The Last Man, Ex-Machina, Runaways, Mystique -sí, sí, que me acuerdo yo- o las más recientes We Stand on Guard, Paper Girls o Saga -además de ser uno de los creadores de la gran Linda Esquivel, que cojones-, ése señor calvo al que admiro tanto, es un miserable minusculófilo y que con su tontería está provocando que me cueste cada vez más ponerme al día con Saga.
Demostrado, ¡dios los cría y ellos se juntan!

Y lo peor es que el virus -porque los virus son minúsculos, je- se extiende a otros autores, y el Sex Criminals de Fraction y el gran Chip Zdarsky también cuentan con esa lacra. Lo que es peor, la última serie de Kieron Gillen -DIE, que se estrenó justo la semana pasada- se ha pasado también al enemigo, con lo que me cuesta mucho menos leer su Uber a pesar del discretísimo dibujo que el darle una oportunidad a la nueva serie. Y fíjate tu, que llevaba yo los últimos tiempos preguntándome por qué me costaba tanto ponerme al día con ciertas series, por qué se me caían ciertas grapas y ciertos paperbacks de los dedos tan facilmente y es por las dichosas minúsculas, que son un insulto a la tradición y a la legibilidad. A que mi ya de por sí cansado cerebro y a estos pobres ojos que diariamente tienen que enfrentarse al ultraje estético que supone M’Rabo -tanto en lo teológico como en lo geométrico- se les suma el intolerable esfuerzo de tener que entornarse para contemplar esa birria de letrillas, esas disruptoras de la sinfonía visual que debe suponer la lectura de un cómic.
A ti te pueden llamar la atención muchas cosas de esta imagen, a mi lo que me llama la atención es ese borrón ridículo que alguien osó llamar rotulación.

Lo he dicho por activa y por pasiva y lo repetiré siempre: un cómic es una mezcla perfecta de dibujo y tipografía. Genios del medio como Eisner, Moebius o Kirby lo comprendían a la perfección, y eran capaces de combinarlos, de saber que un color demasiado enrevesado perjudicaba al conjunto por muy preciosista que fuera, que si Alex Toth o Mazzuchelli meten tan poca línea es por algo y no por vicio. Hay muchas opciones estéticas a la hora de hacer un cómic, muchos caminos a seguir sin necesidad a recurrir a las serifas, a las rotulaciones mecánicas y a las canallescas minúsculas. Las puedo admitir como un recurso puntual en los cuadros de pensamiento y sin abusar demasiado, pero lo que no voy a tolerar como lector es que me hagan leer un tebeo entero, una serie entera, escrita en minúsculas, así, por sistema. Y mira que me gusta Saga y me parece un tebeo estupendo, pero estoy harto, estoy cansado. No os podéis ni imaginar lo que es para mi repasar alguna que otra etapa de Marvel de mediados de la década pasada y encontrarme que casi todo lo contemporáneo los 4F de Waid tienen las dichosas minúsculas. Que los rerotulen, cambiaré encantado todas mis ediciones originales, las quemaré si es preciso y las sacrificaré encantado en el altar al dios del buen gusto, pero por favor, dejad de arruinar buenos tebeos con las minúsculas de los cojones.
Excepto a ti, tú puedes usar minúsculas todo lo que quieras.

 
 

Suscribirse
Notifícame de
guest

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

25 Comments
más antiguos
más recientes más votados
Inline Feedbacks
Ver todos los comentarios
Save
Save
5 años han pasado desde que se escribió esto

Al que deberías preferir a Tintín es a Spirou.

Save
Save
5 años han pasado desde que se escribió esto

Nada, no te paso una.
Pd.: ¿Se sabe con quién iba Stravinkai en el partido de ayer?

Stravinkay Modelarus
Stravinkay Modelarus
5 años han pasado desde que se escribió esto

¡A mi tampoco me gustan las minúsculas! Y si toca hablar de furbo yo hablo de furbo ¿Quién es mas jipster aquí; yo o M’Rabo? XD

M'Rabo Mhulargo
Admin
5 años han pasado desde que se escribió esto

Cree el ladrón…

M'Rabo Mhulargo
Admin
5 años han pasado desde que se escribió esto

rebota, rebota, en tu culo explota!

Stravinkay Modelarus
Stravinkay Modelarus
5 años han pasado desde que se escribió esto
Responde a  Save

¿La final de Libertadores que fue el único partido tras la fase de grupos que vi (mi equipo quedó fuera en la fase de grupos como si no le interesara jugar la Libertadores y luego hizo lo mismo en la Sudamericana y luego hizo lo mismo con el campeonato local)?
Pues con el campeón, porque el perdedor además de ser la excusa para jugar la final en Europa tiene un jugador que me genera un odio irracional; su presencia en un campo de fútbol es una afrenta a la lógica y ataca todos y cada uno de los conceptos ya no del deporte sino de la realidad misma. XD. Además Gallardo me dio varias alegrías en sus comienzos como DT.

Save
Save
5 años han pasado desde que se escribió esto

Excelente, yo también iba con River. O contra Boca, no lo tengo muy claro.

Stravinkay Modelarus
Stravinkay Modelarus
5 años han pasado desde que se escribió esto
Responde a  Save

En los partidos así las simpatías suelen acabar con el equipo que enfrenta al que nos cae más mal o con el que arranca en desventaja. Y River tuvo las dos cosas en el partido. Incluso con el juez que era de aquí y arbitró exactamente como esperaba; horriblemente.
Y por molestar a M’Rabo ya que bastante molesto a Diógenes; Primer tiempo chato, segundo mejor, el alargue que elevó la imagen del partido en la memoria colectiva, un golazo para cada uno y un resultado justo.

Save
Save
5 años han pasado desde que se escribió esto

Se juntan las dos cosas: simpatía madridista por River (Di Stefano pesa mucho) y bastante antipatía a Boca.
El ambiente en las gradas fue maravilloso. No ha había una atmósfera así en el Santiago Bernabeu desde al menos 2002 (visita del Bayern).

Save
Save
5 años han pasado desde que se escribió esto

¿M’Rabo tiene obsesión con años posteriores a 1989? I don’t believe you.

M'Rabo Mhulargo
Admin
5 años han pasado desde que se escribió esto

Sabes de sobra que ese año fue raro!

Stravinkay Modelarus
Stravinkay Modelarus
5 años han pasado desde que se escribió esto
Responde a  Save

Es que es una final de Libertadores, donde se juegue sigue siendo la mayor consagración del fútbol de clubes de América. Y para colmo un clásico.
Se me había pasado la conexión Bernabeu-Di Stefano-River. Antes que eso me sale River-Francescoli-Zidane-Madrid. Es muy rara, pero algo más contemporánea (y de pequeño me encantaba Zinedine).

Save
Save
5 años han pasado desde que se escribió esto

Normal, Zinedine estéticamente era una cosa bárbara.

Save
Save
5 años han pasado desde que se escribió esto

Habría que hablar también de los destrozos tipográficos en reediciones. En la (si no recuerdo mal) última de Krazy Kat perpetraron rotulación horrible.

Jordi Sempere i Vicedo
1 año han pasado desde que se escribió esto

Hola! Ellen Lupton dice (con mucho acierto) que leemos mejor aquello que más leemos. Por lo tanto, una duquesa de Cornualles del s. XII leería a la perfección su precioso libro de horas sin que tú puedas adivinar ni tan siquiera su título.

Digo esto sin ánimo de ofender, por descontado.

Te guste o no, las minúsculas se leen MUCHO MEJOR. Y no hago como tú, que lo justifico con opiniones personales. Está científicamente de sobra demostrado; mira texos de María Ramos, Gerrit Noordzij, Gerard Unger u Octavio Pardo entre muchísimos otros).

Esto se debe a las diferencias de forma de las palabras y de las ascendentes y descendentes de cada letra. Reconocemos palabras por su contorno (difícilmente reconocibles en mayúsculas, cuyo contorno es siempre el mismo).

Entiendo que la defensa de las mayúsculas es una cuestión de tradición puntual. Nos hemos acostumbrado a leerlas en los cómics (o no). Pero nadie imagina una novela (El nombre de la rosa, por ejemplo) TODA en MAYÚSCULAS. SE HARÍA DIFÍCIL DE COMPRENDER, ¿NO CREES?

Saludos en minúscula! 😉

Jordi Sempere i Vicedo
1 año han pasado desde que se escribió esto

Hehehehe… Estamos más cerca de lo que crees. Y eso es lo que me motiva al debate.

Discrepo en tu justificación por la costumbre, pero lo puedo entender.

Como calígrafo e ilustrador (así por separado, nunca hice cómics en serio) estoy MÁS QUE DE ACUERDO contigo en la concordancia estilística e intencional entre texto-imágenes.

Y como diseñador gráfico «sensible» a la caligrafía, a la tipografía a la ilustración (y al cómic por supuesto) NUNCA metería una fuente digital (o mecánica cómo tú las llamas) a menos que diese el «pego» de una rotulación manual. Y menos si es en minúscula.

La rotulación debería ser una parte importante en la práctica/formación y en la profesión del mundo del cómic. En eso estarás de acuerdo conmigo en que la rotulación se deja como una tediosa tarea que puede fastidiar todo el planteamiento de la obra.

Si se exploran alternativas desde el conocimiento (cursivas clásicas, estilo inglés comercial, itálicas americanas expresivas, estilos brushpen, etc.), la misma obra puede ganar en personalidad y enriquecer su mensaje (sea éste el que sea y ya sea mayúsculas o minúsculas) sin contar con el hecho que se pueden crear «voces narrativas» (tú apuntas unos buenos ejemplos)

Formalmente entiendo que en espacios tan comprometidos y con formas tan cambiantes, los textos son muy difíciles de encajar en los bocadillos. Y más difícil aun, que resulten legibles siendo éstos tan pequeños . Por eso es más fácil poner mayúsculas; son textos más cortos y pueden «soportar» las mayúsculas (que se podrían denominar «versales» también).

Lo que me lleva a plantear la relación del texto corrido con todo el arte del lettering en onomatopeyas, cabeceras, etc. y el dibujo en sí.

En definitiva, no creo que lo dogmático sea algo bueno para la evolución de nada… El conocimiento (y la transgresión allí donde sea necesaria, sí)

Un SALUDO… en caja alta o baja, me da igual… ;D