Yo no sé como cuernos es posible que Marvel nos haya soltado el eventazo del verano y ni el pipas esté hablando de ello. Es que no veo que la gente esté peleándose por ello, ni saltando de alegría ni nada, total y completa indiferencia como si no fuera con ellos. Y no, no estoy hablando del Infinity Wars -que si queréis un día hablamos de ello, aunque tampoco parece que haya mucho interés- ni del regreso de Lobezno -ay que regreso más pocho-, ni siquiera del vergonzoso despido de James Gunn, estoy hablando del… Amazing Spider-Man de Nick Spencer y Ryan Ottley. Y aquí es donde empiezo con los spoilers.
Porque camaradas, si su número uno se traducía en el fin de la era Slott, con el número dos se ha consumado el fin de la era del Mefistazo. O no, que igual estoy haciendo un M’Rabo y me estoy adelantando a los acontecimientos, pero la cuestión es que el número uno de Amazing terminaba -más o menos- con esta escena:
Y el número dos empezaba con esta:
Y claro, no podemos hacer otra cosa de correr de un lado a otro como pollos sin cabeza, abandonando por completo nuestra recia y cínica postura para empezar a dar saltitos como las colegialas y las señoras de mediana edad que realizan los llamados «shippeos»: ¡PETER Y MARY JANE HAN VUELTO, PETER Y MARY JANE HAN VUELTO! Tras diez años de oir a la gente rasgarse las vestiduras hasta conseguir que Gerry Conway les contara su versión de Spidergirl, Marvel (y Joe Quesada) parece que ceden y la parejita vuelve a estar junta. Porque vuelve a existir el amor, porque volvemos a sentir la dulce brisa del viento en nuestras caras, porque Mefisto no… Un momento, ¿y que pasa con Mefisto? ¿No se suponía que si Peter y Mary Jane volvían a estar juntos les iba a ocurrir algo terrible como si fueran la alineación original de los Defensores? ¿Les pasará la cosa horrible o Spencer la retconeará como hizo Peter David con lo de los Defensores? Aunque bien pensado, a Peter ya le están pasando cosas horribles…
Porque de entrada el primer número de Spencer y Ottley -sí, el dibujante de Invencible- es una colección de penurias para Peter. Desde su nuevo compañero de piso -que no es otro que Boomerang, un villano con el que Spencer ya tuvo bastante rodaje en la siempre recomendable Superior Foes of Spiderman- hasta el volver a ser desprestigiado al descubrirse que había plagiado su tesis y volver a ser despedido del Daily Bugle, Peter se ha vuelto a quedar sin oficio ni beneficio y el cómic parecía que iba a terminar como siempre, con Spiderman apalizando al supervillano de turno y otro jurando matarlo de forma horrible. Pero no:
Y claro, mientras M’Rabo salía a la calle desnudo con una botella de cava rellena de don simon blanco -¡ah la ironía!- yo me he quedado un tanto preocupado. Primero porque la reunión no ha tenido tanto impacto como se supone que debería tener, y segundo porque me parece artificial, rara. De repente Mary Jane y Peter vuelven a estar juntos, y aunque digan que es porque están hechos el uno para el otro y el sector moñas se lo crea a pies juntillas, Mary Jane apenas había salido en la serie, estando más ocupada de Iron Man y de salir con otros señores que de «estar en esto junto a Peter». Y claro, no consigo dejar de acordarme de aquellos tiempos en los que Peter tonteaba con la Gata Negra y un día así de sopetón se le ocurre pedirle matrimonio a MJ porque Stan Lee iba a casarlo en la tira de prensa y a Jim Shooter le pareció un buen golpe publicitario. Sí, es el sorpresón que mete Spencer para su primer número, un cómic que de por sí es realmente bueno y no necesitaba a priori ningún artificio, pero está claro que con ello consiguen enganchar al lector para el próximo número. Pero repito, el cómic no lo necesita para nada.
Porque de entrada trata uno de los puntos ciegos de la etapa Slott, el hecho de que un tipo tan torturado por su conciencia como Peter Parker pueda aceptar un título regalado como si fuera una Cifuentes cualquiera. Peter sabe que está mal aceptar el título que el Doctor Octopus se sacó mientras estuvo usando su cuerpo, y aun así no solo no trata de renunciar a él, si no que lo usa para propulsar su carrera de imitador de Tony Stark. Spencer ataca esa debilidad de Peter con muy mala saña, consiguiendo elaborar a partir de ella una historia en la que hasta la Tía May está decepcionada con Peter. Especialmente descorazonadora es la escena en la que Robertson tiene que despedirlo del Bugle, porque tanto Spencer como Ottley nos muestran a un Robbie al que solo le falta gritar «sé que eres Spiderman y que eres inocente, ¡déjame ayudarte!».
Para el segundo número progresa el culebrón y la relación entre los tortolitos, pero a la vez empiezan a crecer en mi las inquietudes; ¿para qué pone Spencer a Boomerang de compañero de piso de Peter si va a volver a liarlo con MJ? ¿Porque no se irán a vivir juntos? Estando Misterio de por medio y un villano «alucinógeno», ¿no podría ser que…? Y mientras M’Rabo se tapa los oidos y grita «¡eres todo miseria, nunca serás feliz!» me doy cuenta de que el que Peter y Mary Jane sigan juntos nunca fue tan importante como el tener un buen tebeo de Spiderman al que echar el diente. Y si encima se construye sobre los sólidos cimientos de Superior Foes of Spider-Man, pues como que empezamos a tener posibilidades de estar ante una buena etapa de Spiderman. Veremos.