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Bravo for Adventure – Bravo por Alex Toth

Hay pocos autores de cómics tan unánimemente reconocidos, admirados y queridos como Alex Toth. Un genio del cómic dotado que ha despertado el entusiasmo de todo aquel que ha admirado su trabajo y que ha inspirado a generaciones de dibujantes que han tratado de seguir sus pasos. Pero también es un autor que a diferencia de otros genios (y voy a usar a menudo esa expresión porque el lo merece) de su campo, no cuenta con demasiadas etapas largas o definitivas con ningún personaje, sino multitud de pequeñas joyas repartidas a lo largo y ancho de numerosas décadas, editoriales y series de televisión. Pero de entre toda esa ingente obra hay una que destaca sobre las demás no solo por lo increíble del trabajo de su autor, sino por la triste promesa de lo que pudo ser y lamentablemente no fue. Pero mejor dejar la tristeza a un lado, ya que con Bravo for Adventure Toth busco precisamente todo lo contrario, dar a los lectores una serie de divertidas y clásicas aventuras que cuarenta años después de su creación siguen cumpliendo su objetivo a la perfección.

Era difícil parece aun mas un aventurero clásico


Jesse Bravo lo ha sido todo en la vida, piloto, soldado, aventurero, especialista en el mundo del cine y una cara habitual en las fiestas de la gente del cine Pero sobre todo es un tipo de una pieza, decente, muy amigo de sus amigos y que sufre constantes quebraderos de cabeza para mantener a flote su pequeño negocio de aviación privado. Un peculiar personaje que se vera envuelto muy a su pesar en líos de faldas y problemas con la mafia de los que saldrá volando muy alto como solo el sabe hacer.

Un personaje que podría haber dado mucho mas de si… sigh

A finales de los años 70 Alex Toth se encontraba muy descontento con el mundo del cómic debido al giro hacia un tono mas oscuro y lleno de antiheroes que la industria estaba llevando (me pregunto que debió pensar de los 90 si es que llego a prestar atención a lo que se publicaba) y en el que veía poco futuro para si mismo. Por ello cuando gracias a una oferta de dos de los co-fundadores de la revista francesa Metal Hurlant, Bernard Farkas y Jean-Pierre Dionnet, Toth tuvo la oportunidad de crear con total libertad un nuevo cómic, se volcó a lo mas clásico, al trabajo de su admirado Milton Caniff y al cine de aventuras de su niñez. Y así nació Jese Bravo, un héroe que sin disimulo alguno es básicamente Errol Flynn (un parecido con el que Toth ya jugaba en su historia) viviendo aventuras que podrían estar sacadas de cualquier clásico del legendario actor.

¿Para que disimular?

Pero pese al inmenso talento detrás de la historia y que esta tenia todos los elementos para haber triunfado, las mala suerte trunco las aventuras de Jesse Bravo incluso antes de que estas se publicasen por primera vez, con unas pobres ventas de sus primeras publicaciones que llevaron a los editores a cancelar toda aquella nueva linea editorial prácticamente en sus inicios. Toth no se rindió tan fácilmente y se paso varios años tratando de que Bravo for Adventure viese la luz, algo que finalmente sucedió en los 80 cuando se publico por entregas en el Rook Magazine de la Warren y como álbum en Francia. Pero cuando el personaje parecía que por fin despegaba, y tras haber creado un par de nuevas historias publicadas en la revista Voyages (en las que Toth aprovechó para homenajear a algunos de sus héroes como Milton Caniff o Hugo Pratt), de nuevo la mala suerte ataco a Toth y los planes de publicar todo el material coloreado en un solo tomo se fueron al garete al hundirse la editorial que pensaba publicarlo. Y aunque para finales de los 80 la editorial canadiense Dragon Lady Press publicó todo el material en un tomo en blanco y negro, Toth debía andar ya tan decepcionado que no volvió a hacer nada con el personaje mas allá de bocetos y dibujos para los fans en convenciones.

Pero ni esto consiguió salvar el futuro del personaje

Así un personaje que podría haberse convertido en un clásico, quedo reducido, gracias a una racha de mala suerte constante en poco mas que una promesa, en un prologo que nos presentaba a un personaje y un mundo de aventuras de los que jamas podremos disfrutar. Pero por triste que resulte esa perspectiva, no podemos olvidar que Toth lo que buscaba era llevar diversión sin complejos al lector, y en honor a ese espíritu lo que nos toca es disfrutar de lo que nos lego por poco que sea, ya que eso fue lo único que siempre pretendió.

Tristemente esto fue todo lo que hizo Toth con el personaje después de tantos intentos fallidos.

Y eso es justo lo que nos encontramos en Bravo for Adventure, diversión sin complejos tremendamente clásica en una serie en la que mezclando todos los clichés del cine, el cómic y los pulps de aventuras de los años 30, Toth creó a un personaje imperecedero que merecía haber corrido mucha mejor suerte. Porque pese a nacer de la mezcla de multitud de tópicos y estereotipos del genero de aventuras, y pese a que las historias que nos dejo son poco mas que una presentación de los personajes y su mundo, Toth fue capaz de conseguir que Jesse Bravo fuese un personaje fresco (incluso cuatro décadas después de su creación) que cumplía exactamente con lo que el pretendía, alejarse de aquella moda que Toth veía acercarse con temor y dar a sus lectores un héroe como los de antes.

Jesse Bravo era todo lo opuesto a lo que Toth temía que iban encaminados los héroes del cómic

Aunque tampoco podemos negar que si Bravo for Adventure realmente funciona no es simplemente por su mezcla de convenciones del genero, sino por haber tenido detrás a todo un genio con mayúsculas del noveno arte como Alex Toth. Así lo que podría haber sido una serie de aventuras intrascendente sin mas, en sus manos se convirtió en todo un espectáculo visual digno de ser estudiado por cualquiera que aspire a ser dibujante y admirado por los que nos tenemos que conformar con ser simples lectores. Prácticamente cada pagina es una lección magistral a la hora de narrar, de manejar la expresividad y el lenguaje corporal de los personajes y sobre todo de un uso casi sobrenatural de las luces y sobre todo de las sombras, un arte en el que pocos han alcanzado el nivel de maestría de Toth con la tinta negra.

Las palabras se quedan cortas para expresar como de grande era Alex Toth

Por todo ello vale mucho la pena redescubrir este clásico, sobre todo ahora que es fácil encontrarlo tanto en ingles como en español en una cuidada y lujosa edición repleta de extras que nos permite recordar que el mundo del cómic tuvo la suerte y el privilegio de contar con alguien como Alex Toth, a quien nunca podremos dejar de echar de menos pero cuyo legado vivirá para siempre.

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