Desde que comenzó el New52 y salvo contentísimas excepciones no puedo decir que haya disfrutado demasiado con la caracterización de Batman a lo largo y ancho del Universo DC. Caracterizaciones genéricas que se quedan en lo superficial del personaje, autores con mas fama que talento haciendo cosas que cada día me costaban mas reconocer como Batman o versiones alternativas del personaje que no estaban mal del todo pero no eran lo que buscaba… Pero entonces llego Tom King y me devolvió la fe en el personaje a base de escarbar para llegar a lo que se esconde bajo la superficie. Y obviamente cuidado porque hay numerosos SPOILERS de toda su etapa.
No es ningún secreto que no soy nada fan del trabajo de Scott Snyder (que manía le tengo a ese apellido) en Batman y en que lo ha convertido, llegando en ocasiones a rozar la parodia con su caracterización del personaje. Un trabajo que ha sido tan tremendamente popular que ha terminado por provocar que mas de un autor siga los pasos de esa caracterización, Aunque es cierto que han habido notables excepciones como el trabajo de James Tynion IV (irónicamente estudiante de Snyder y mejor que su maestro) en Detective Comics, donde hemos podido disfrutar de un Batman mas autentico que sin embargo, al tratarse en la practica de una “serie de grupo” (que no han tenido nombre hasta hace un par de números), no ha podido centrarse tanto en Batman como me hubiese gustado.
Pero por suerte Tom King apareció para devolverle a Batman la profundidad y complejidad que había ido quedando de lado en favor de la espectacularidad y el esperpento. Atrás quedaron las conspiraciones, las organizaciones secretas dentro de organizaciones secretas, los hermanos malvados y los desvarios cósmicos. Tom King fue devolviendo poco a poco a Batman a lo básico y a lo clásico, consiguiendo hitos como que Bane resultase un personaje realmente amenazador a la par que trágico o que nos importe lo que le sucede a un villano de cuarta fila como Kite Man. Pero donde realmente ha destacado King es en dos aspectos fundamentales en el personaje y su “universo” que mas de una vez se han dejado de lado, la humanidad del mismo y Catwoman.
King se ha dedicado a explorar y desmontar la imagen de Batman para revelarnos al hombre bajo la mascara y la capucha, llegando a burlarse sin mucho disimulo del famoso y en ocasiones manido “Soy Batman”. Un hombre complejo y roto que no se cree con derecho a ser feliz, que cree que su misión de evitar que otros sufran lo que el sufrió debe estar por encima de todo y que cualquier sacrificio personal es poco para lograr su objetivo… Temas que no son nuevos ni mucho menos y que muchísimos autores han tocado a lo largo de las décadas, pero que King esta consiguiendo que funcionen como hacia mucho que no lo hacían. Y todo gracias principalmente a la relación de este con Selina Kyle.
Creo que no exagero al decir que estamos ante la mejor Catwoman desde los tiempos de Brubaker, Cooke, Pulido y compañía, y aquella ya era la mejor Catwoman que había existido en décadas. Tristemente eso no era tan complicado porque Catwoman era otro de esos personajes que sufrió bastante con el New52, pero desde que se la ha devuelto a su lugar natural, el “Bat-verso”, poco a poco ha ido recuperando lo que la hizo grande y sobre todo la relevancia, que nunca debería haber perdido. Dos personajes que aquí King nos recuerda que en el fondo son muy similares, dos personas que han sufrido mucho a lo largo de su vida, que se han reinventado a si mismos para sobrevivir y que pese a haber seguido dos caminos tan diferentes estaban condenados a encontrarse de nuevo.
Y aquí es donde King se ha atrevido a dar un paso mas allá que hacia muchísimo que ningún otro guionista se atrevía y nos ha contado como Batman, cansado de reprimir sus sentimientos le ha pedido a Catwoman que se case con el y ella como no podía ser de otra forma le ha dicho que si. Se acabo el Batman que solo tiene tiempo para ser Batman, toca recuperar al Batman que también es un hombre y lo hace de la mano de la mejor pareja posible. Una historia, con la que al igual que con todo lo que ha tocado King desde que llego a Batman, esta siendo todo un placer leer, consiguiendo que un duelo a espadas entre Catwoman y Talia o todo un numero dedicado a dos mujeres tratando de convencer a los cabezotas de sus maridos de lo muy amigos que son (un numero que se merecería su articulo aparte) , contengan mas emoción y profundidad que todas esas sagas pretendidamente profundas y épicas que nos ha tocado sufrir.
Pero lo mejor de todo esto es que no se que esperar de esta historia. Hace una década hubiese estado convencido de que al final de esta etapa sucedería algo que rompería el compromiso y que obligaría a los personajes a seguir caminos separados, pero ahora no estoy tan seguro. La figura de Batman como padre esta mas asentada que nunca (aunque técnicamente ya lo estaba desde que Dick Grayson entro en escena) gracias a la existencia de Damian, y que el publico haya aceptado tan bien a un Superman que no solo por fin vuelve a estar casado con Lois (maldito New52) y que también es padre, me hace creer que quizás realmente se van a atrever de nuevo a casar a Batman y a Catwoman, pero esta vez no en un mundo paralelo donde se permitían mas libertades, sino en la continuidad principal, y las posibilidades que abre eso son enormes.
En relativamente muy poco tiempo Tom King se ha convertido en uno de mis escritores favoritos a base de algo tan sencillo (y tan complicado) como mantener un altísimo nivel en todo lo que hace, un nivel que de momento no tienen visos de decaer. Por ello, y aunque no sabemos cuanto tiempo se va a quedar en Batman , yo tengo los dedos cruzados para que su estancia sea lo mas larga posible, porque su presencia en la serie ha revitalizado al personaje de una forma que le venia haciendo falta desde hacia demasiado tiempo. Y ya de paso que nadie se pierda su Mr. Miracle, que también es de lo mejorcito que esta publicando DC ahora mismo.