Nunca me he cansado de decir que Gil Kane es uno de mis autores de cómics favoritos,pero no solo por el innegable gran talento que poseía como dibujante, sino porque en las escasas ocasiones en las que tuvo la oportunidad de escribir demostró que podría haber sido también un gran guionista de haber tenido mas oportunidades. Y es que al final este Talos of the Wilderness Sea es otra oportunidad perdida en la carrera de Gil Kane, otro proyecto con un gran potencial que por causas ajenas a el no tuvo la oportunidad de desarrollarse como se merecía y que no llego a despegar. Pero pese a ello Talos es también un cómic que, aunque se quedo en poco mas que en un prologo, vale la pena descubrir y recordar con el el enorme talento de un autor que no siempre tuvo la suerte que hubiese merecido.
Si, es solo un prologo, pero menudo prologo
En un mundo devastado y consumido por la radiación, donde la flora, la fauna y la propia humanidad se han visto obligadas a transformarse para sobrevivir, sigue rigiendo la ley del mas fuerte, y en las costas del Mar Yermo no hay nadie mas fuerte que el dictador Zar Totth. Este y su pueblo forman uno de los últimos reductos de humanos sin mutar, unos que consideran inferiores a todos aquellos a los que llaman despectivamente “Hombres Bestia” y quienes son poco mas que mano de obra esclava para las minas. Pero en este violento escenario ha nacido un niño muy especial, un niño que sera arrebatado de entre los suyos pero a quien el destino le ha otorgado el papel de ser el que libere a su pueblo del yugo de sus opresores, un niño a quien el mundo conocerá como Talos.
Ya sea en el presente o en el futuro parece que la humanidad no aprende
No es ningún secreto que pese a que le debía su popularidad a ellos, a Gil Kane no le apasionaba el genero superheroico precisamente, algo que queda claro al ver los temas que escogió en sus aventuras en solitario, la fantasía heroica, la ciencia ficción o el espionaje. Y este Talos se enmarca en en el primero de esos géneros pero con un par de giros argumentales peculiares. Por un lado nos encontramos con que de nuevo Gil Kane (con la colaboración del escritor Jan Strnad) regresa a un tema que debía interesarle bastante ya que era uno que había tocado ya en el pasado, el de darle un enfoque de ciencia ficción a lo que en la superficie parecía ser simplemente una historia mas dentro del genero de espada y brujería (nada enteramente novedoso pero que no se ve tanto como me gustaría). Y es que al igual que sucedía en su Blackmark (y en menor medida aunque invirtiendo los roles en Sword of the Atom o en Superman: Blood of My Ancestors o Superman: Distant Fires), Kane mezcló aquí los dos géneros y en lugar de ambientar su historia en un pasado remoto donde reinaba la magia la ambientó en un distante futuro post-apocaliptico en el que una Guerra Nuclear había provocado que la humanidad descendiese a la barbarie (aunque esto no resultase demasiado evidente en esta historia que recordemos era solo un prologo).
Esta claro que eso de que sus héroes cabalgasen a lomos de caballos le parecía muy mundano a Gil Kane
Pero es una historia a la que Kane ademas añadió unas fuertes connotaciones bíblicas. Y es que como ya se puede intuir por la sinopsis, el niño que acabara convirtiéndose en Talos no deja de ser un trasunto de Moisés. Separado de su familia al nacer, criado como un príncipe por el monarca que oprime y esclaviza a su pueblo y mas tarde convertido en aquel que liberara a su gente de la esclavitud, los paralelismos son mas que evidentes y Kane no se esforzó demasiado en disimular (ya en el epilogo explicaba como había estructurado su historia a partir del Éxodo por si no había quedado claro). Y si menciono solo a Kane es porque por trabajos posteriores como el Superman: Blood of My Ancestors, donde de nuevo Kane recurrió a mezclar temas bíblicos con la ciencia ficción y la espada y brujería, era el quien realmente estaba interesado en estos temas.
No le encontraron flotando en el Nilo pero casi
Y de esta curiosa mezcla de temas surgió un cómic con mucho potencial que se quedo en nada de nuevo por causas ajenas al propio Kane. Al igual que le sucedió con Blackmark y con His Name Is… Savage, Talos no llego a pasar del prologo, en esta ocasión por culpa de DC Comic. Según el propio Kane pese a que la idea original era que este proyecto fuese una maxi-serie de doce números que narraría toda la vida del personaje desde su nacimiento a la madurez, DC les fue dando largas durante años, provocando que Jan Strnad, quien ya había colaborado con Kane en Sword of the Atom y que aquí guionizaba sobre las ideas de Kane, abandonase el proyecto y que el propio Kane empezase a perder interés en el mismo. Pero finalmente en 1987 Kane y DC acordaron utilizar el material ya creado contando el origen de Talos, publicarlo en un especial de 48 paginas y probar con ello el interés del publico para continuar la historia. Pero la reacción de los lectores y las ventas no debieron ser todo lo buenas que DC y Kane esperaban ya que las aventuras de Talos nunca tuvieron una continuación.
Al final al Talos adulto solo pudimos verlo en estos pin-ups
Esto debió suponer un duro golpe para Kane, quien en aquellos años había manifestado públicamente que había regresado al mundo del cómic para trabajar en sus propias historias. Esto llevo a que durante la casi totalidad de su carrera hasta su fallecimiento en el año 2000, Kane se limito a trabajar sobre personajes creados por otros, principalmente Marvel y DC. Siendo la única excepción a esto el personaje de Edge, creado en 1994 junto con Steven Grant para Malibu y que pese a ser una miniserie de cuatro números, solo los tres primeros llegaron a publicarse (aunque si que se publico una década después en el TPB The Last Heroes), convirtiéndose en el ultimo ejemplo de la mala suerte que persiguió a Kane cada vez que trato de realizar algún proyecto propio.
Irónicamente su ultimo proyecto personal fue sobre superheroes, aunque no demasiado convencionales
Aunque problemas editoriales a un lado lo que no se puede negar es que Talos of the Wilderness Sea era un cómic con un tremendo potencial. La historia pese a no ser enteramente original (después de todo estaba inspirada en la Biblia) funcionaba a la perfección quizás por su iconicidad y sencillez, un héroe noble que se alza en contra de las injusticias del mundo para proteger a los mas débiles frente a sus opresores. Pero Talos funcionó sobre todo por la tremenda fuerza del dibujo de un Gil Kane que a los sesenta años que tenia por aquel entonces se encontraba en la plenitud de su talento y no tenia nada que envidiarle a dibujantes a los que doblaba en edad. Su habilidad a la ahora de narrar o de crear mundos fantásticos era aquí tan impresionante como siempre, pero por encima de todo destacaba lo que para mi era una de sus mejores cualidades, esa habilidad suya en la composición de paginas superponiendo elementos y personajes y que se convertían en un espectáculo visual.
Si es que solo por poder admirar cosas como estas vale la pena descubrir este comic
Pero aunque nunca sabremos que es lo que el futuro habría deparado a este personaje, este especial nos queda como testamento a un grandísimo autor que nunca dejo de intentar crear sus propias historias y que siempre hizo gala de una profesionalidad impecable incluso cuando trabajó en géneros que no eran del todo de su agrado. Aunque también es un triste recordatorio de que Kane, como muchos de sus contemporáneos, no tuvo la suerte de vivir en una época como la actual, en la que las posibilidades para los creadores de sacar adelante sus proyectos propios son mayores y sencillas que nunca y no dependen solo de los caprichos de las grandes editoriales, y que a saber de que grandes cómics hubiésemos podido disfrutar de haber sido diferentes las cosas por aquel entonces.