Continuando con el recuerdo de la figura y obra de Jack Kirby, hoy quiero acercarme a uno de los personajes mas populares que creó para DC Comics y que estos días se encuentra muy de actualidad gracias a su nueva serie, Mister Miracle. Pero hoy no quiero hablar de su serie en términos generales, sino de una pequeña historia muy concreta en la que Kirby introdujo a no solo a un personaje tan importante como Big Barda, sino que sirvió como precedente directo para una de sus historias mas populares unos años mas tarde y en la que este demostró una vez mas lo visionario que era. Una pequeña historia en la que Mister Miracle tendrá que enfrentarse a los diabólicos efectos de la Pastilla de la paranoia del Doctor Bedlam.
Un gigantesco edificio de oficinas, idéntico a tantísimos otros repartidos por todo el país, parece algo inocuo e inofensivo, simplemente un lugar en el que cientos de personas, con sus sueños esperanzas e ilusiones trabajan para ganarse la vida. Y así es hasta que el diabólico Doctor Bedlam de Apokolips, quien ha llegado a la Tierra para capturar a Scott Free, decide convertir ese edificio en una diabólica trampa mortal de la que ni el mayor artista en fugas del universo podría escapar. Una trampa que no depende de ingeniosos y retorcidos mecanismos, sino de algo mucho mas sutil e insidioso. El convertir, gracias a su ciencia alienigena, a todos y cada uno de los ocupantes de ese edificio en un engranaje viviente de su trampa…
Como ya dijo Diógenes la semana pasada,Mister Miracle era una de las series mas redondas y que mejor funcionaba de todas las que Kirby creó para DC precisamente por ser la mas superheroica de todas. Y eso es algo que cumple con creces esta saga que mantiene un ritmo frenético, con un Mister Miracle que no para de escapar de un peligro inminente solo para caer en otro aun peor y unas fugas a cada cual mas imaginativa. Pero pese a ese aparente convencionalismo y tono algo mas ligero que el resto de su producción de la época, Kirby se las arregló para seguir innovando y rompiendo esquemas, algo que en esta mini saga quedo representado en Big Barda. Y es que en aquellos años, y salvo contadas excepciones, buena parte de los personajes femeninos en el cómic de superhéroes (sobre todo cuando eran pareja de otro superhéroe) seguían respondiendo al estereotipo de la damisela en apuros. Pero Big Barda había llegado para ayudar a cambiar eso.
Barda no solo rompía con los estereotipos de la época, siendo un personaje fuerte tanto físicamente como también en su personalidad (inspirado a medias por la cantante y actriz Lainie Kazan y su propia esposa Roz) , sino que su relación con Mister Miracle invertía por completo los roles habituales del genero. Barda era mas formidable que su pareja (mucho mas alta y musculosa que el) y lo habitual era que ella jugase el papel de protectora y rescatadora en la relación. Algo que en aquella época debió ser bastante rompedor, ya que los tiempos en los que Canario Negro tenia que rescatar a Larry Lance habían quedado muy atrás, personajes como Thundra, Valquiria, Ms. Marvel o Hulka aun no existían, y las ya existentes, salvo casos aislados como Wonder Woman (que al ser la protagonista de su propia serie no jugaba tanto ese papel estereotipado, pese a que demasiado a menudo muchos de sus guionistas no sabían tratarla adecuadamente) seguían relegadas a ser el objeto de amor del héroe al que había que rescatar periódicamente. Y pese a que todo esto era una evolución lógica e inevitable debida a los cambios en la sociedad, es difícil no pensar que Kirby de nuevo jugó un papel importante en el medio influyendo en sus compañeros de profesión.
Ademas esta saga contiene un elemento curioso que como decía mas arriba, es un predecesor clarisimo de uno de sus cómics mas populares de los 70 (y uno de mis favoritos). El Doctor Bedlam aquí utiliza algo que el llama “Paranoid Pill”, una pastilla que se disuelve para convertirse en un gas que se extiende por los conductos de ventilación del edificio afectando a todos sus ocupantes y convirtiéndoles en unos maníacos violentos que solo quieren destruir todo lo que se encuentre a su alcance. ¿Resulta familiar? Si, esta”paranoid pill” no es mas que un prototipo de la “Bomba Loca” que Kirby introdujo en su etapa en Capitán América cinco años después. El artefacto en si es diferente, pero los efectos son casi idénticos y enfrentan al héroe al mismo problema, como detener sin hacer daño a incontables personas inocentes que no son responsables de sus actos. Una buena prueba de que Jack Kirby no desaprovechaba ninguna idea.
Y aunque quizás esto que voy a decir ahora sea rizar el rizo algo mas de la cuenta, al leer esta historia no he podido evitar pensar en lo profético que fue Kirby introduciendo aquí un elemento que con los años se ha vuelto bastante mas popular. Tenemos a un héroe solitario atrapado en un edificio y rodeado de gente que quiere acabar con el. Es difícil ver eso y no acordarse inmediatamente de películas de acción con una base argumental bastante similar como la Jungla de Cristal, Alerta Máxima, The Raid o Dredd, películas. Y aunque no quiero que mi admiración por Kirby me ciegue hasta el punto de afirmar que el fue la influencia detrás de estas historias, si que quiero reivindicarle como un visionario que vio las enormes posibilidades de esa idea mucho antes que nadie, algo que se repitió muy a menudo en su carrera.
Como no nos hemos cansado de repetir estas ultimas semanas, Jack Kirby fue alguien que nunca dejó de experimentar, de probar nuevas cosas, explorar nuevos caminos y de cambiar poco a poco el mundo del cómic a base de demostrar una y otra vez que el medio solo tenias las limitaciones artísticas que uno quisiese ponerse. Algo que mañana continuare recordando remontándome a lo que para mi fue el principio de todo, a la primera vez que descubrí el trabajo de este genio que tantos buenos ratos me ha hecho pasar a lo largo de los años.