Ya, ya sé que ya hemos hablado de Jack Kirby esta semana, pero escribiendo el post de ayer me pasó algo curioso, porque iba yo con toda la seguridad del mundo a enlazar nuestro post sobre Funky Flashman… ¡Y resulta que el post no existía! ¡Algo completamente imperdonable, sobre todo cuando hemos estado hablando tanto sobre el enfrentamiento entre Lee y Kirby durante las últimas semanas! Así que he decidido que, como no me cabía ya dentro de la serie principal sobre Kirby, voy a acabar con este efecto Mandela y hablar un poco sobre ese gran genio que es Funky Flashman, vamos con ello:
Funky Flashman sólo aparece en un cómic, ¡pero que pedazo de cómic! Es un cómic fantástico, asombroso, espectacular y a ratos insólito, el número 6 de Mister Miracle, esa serie de la que habla tanto la gente últimamente porque la está guionizando un tal Tom King. Pero en 1972 Jack Kirby y Mike Royer nos presentaban a una criatura que vivía en el mundo de las sombras que se halla entre el éxito y el fracaso, un villano -o héroe- sin valores que hace presa de todo lo que pilla como si fuera un caníbal. Una criatura con la que, como la muerte y los impuestos, tendremos que enfrentarnos tarde o temprano, un ser decadente llamado Funky Flashman.
Como véis en la imagen, Flashman vive de una pensión que le da un tal «Coronel Mockingbird», que mantiene su estilo de vida decadente al frente de una antigua mansión esclavista medio en ruinas, acompañado por el lujo de glorias pasadas junto a su esbirro Houseroy, un tipo bajito de gafas redondas que sueña con el día en el que Funky Flashman se retire a hacer labores más elevadas y pueda heredar la plantación. Mientras tanto ayuda a su amo a asearse, a ponerse la peluca y las barbas y a configurar su aspecto extravagante con el que es capaz de provocar la adoración de las masas y conseguir nuevos artistas a los que «representar» y de los que vivir a su costa sin dar ni golpe.
Efectivamente, Funky Flashman es el mismísimo Stan Lee, o por lo menos la versión de Jack Kirby del mismo realizada con muy mala leche. Kirby contrapone a Flashman con Mister Miracle, un tipo con auténtico talento, y nos viene acontar como el tipo trata de conseguir un contrato de representación y de paso subestima a Big Barda -que lo pone en su sitio en cero coma- o maltrata de forma canalla al pobre Oberon, al que trata de patear en cuanto Scott se da la espalda (costumbres del antiguo régimen, supongo). Scott acepta trabajar con Funky -anda el hombre desesperadillo- y le hace una demostración de sus habilidades en su mansión, cometiendo el error de revelarle la existencia de su madrecaja.
Funky no trata de hacerse con ella -pero sin mala intención, segurooooo- y es incapaz de entender el uso de esa «lata de sardinas musical», por lo que la tira con desprecio porque «como música, prefiere escuchar grabaciones de su melodiosa voz», con lo que Houseroy procede a encender el magnetoscopio para que su amo pueda disfrutar de una de esasa grabaciones. Afortunadamente, el concierto en onanismo mayor de Flashman no duraría mucho, porque las Furias Femeninas de Apokolips andaban rastreando la madrecaja en cuestión para dar caza a Scott y Barda, con lo que de sopetón Funky Flashman y su mayordomo Houseroy se encuentran enfrentados a las asesinas más sanguinarias de Abuela Bondad. Flashman, que es un tipo de recursos, no tarda en reaccionar y tirarles encima a Houseroy para que se entretengan, dando por hecho que el valor del muchacho capeará con el temporal hasta que alguien más capaz se encargue de sus asaltantes.
Al estrambótico trilero le da tiempo de escapar de la casa por poco antes de que se venga abajo por la furia de las furias -je- y Funky Flashman saldrá para siempre de nuestras vidas lamentando la pérdida aquel hogar lleno de bonitos recuerdos de fiestas y alegres esclavos cantando para toda la familia, aunque admirando el rojo pasión del fuego ondulando un ciclópeo humo negro en una clara maravilla -Marvel- de contraste. Houseroy es rescatado en el último momento por Scott y Barda, y Mister Miracle se da cuenta por fin que por muy desesperado que esté, no debería trabajar con un canalla como Flashman. Y colorín colorado, este cómic se ha acabado.
Pero no sería así como acabaran las aventuras de Funky Flashman, no. Porque en 1976 y en Secret Society of Super-Villains#4, David Kraft recupera al pintoresco personaje como relaciones públicas del grupo primero y llegando a convertirse en una suerte de «líder». No hacen mucho con el personaje más allá de usarlo como recurso cómico, y Flashman acaba siendo despedido para el número 11 de la serie. Después tendría apariciones esporádicas aquí y allá hasta que en los 80 y ya con la Liga de Giffen y DeMatteis, Mister Miracle recupera su propia cabecera y Len Wein recupera a Funky Flashman, que serviría otra vez como secundario cómico hasta que Oberón -y Doug Moench- lo mandaran a través de un boom túnel a la antártida. Y tras esto, más apariciones esporádicas hasta que James Tinion IV lo volvió a sacar hace un par de meses en Detective Comics 958 en una timba de póker con Bruce Wayne. Todavía es pronto para saber si el hombre tiene más planes para Flashman, pero lo que parece claro es que los autores de DC no parecen querer pasar página a la «broma» de Jack Kirby con Stan Lee…