Pese a que la serie de televisión de Puño de Hierro/Iron Fist no estuvo a la altura de mis expectativas algo bueno salió de todo aquello, un aumento en la popularidad del personaje que no solo le ha devuelto serie propia, sino una segunda con sidekick incluida, más su participación en los Defensores de Bendis y Márquez. Pero hoy quiero hablar de la única de esas series que ha salido por el momento, el Iron Fist de Ed Brisson y Mike Perkins, un comic que esperaba con muchas ganas y que aunque no es un mal comic, de momento no ha sido exactamente lo que esperaba…
¿He comentado ya lo mucho que detesto este traje?
Danny Rand se siente perdido y vació. La destrucción de K’un-Lun que se vio incapaz de evitar y con ella la pérdida de su conexión con el Chi de la mística ciudad y sus poderes le han dejado sin propósito en la vida. Así que ahora Danny vaga por el mundo malgastando su talento como artista marcial en peleas de mala muerte contra contrincantes que no son dignos ni de desafiarle, mientras busca algo que ni el mismo sabe lo que es, quizás una forma de volver a sentirse completo. Pero en su viaje conoce a un extraño que le hace una intrigante proposición, viajar con él a la isla de Liu-Shi para enfrentarse a en un torneo a adversarios dignos de su talento y tal vez encontrar ese algo que le complete de nuevo…
Pele anunciaba unas pastillas para estos casos…
No quiero que nadie me entienda mal, esta nueva serie de Iron Fist no es un mal comic ni mucho menos, la historia es interesante y está bien contada, parece que se va a indagar más en los secretos del lado más místico del personaje y el dibujo está a la altura de lo que se cuenta… Pero no es exactamente lo que yo esperaba. Tras el anterior volumen del personaje a cargo de Kaare Andrews esperaba un cambio de tono con el personaje, un alejamiento de ese “dark & gritty” en el que se han empeñado en envolver a un personaje, pese a que es cierto que no desentona del todo con el (no hay más que recordar sus orígenes) Pero yo esperaba un cambio temático, un equilibrio entre humor, aventura y drama y no lo que parece una continuación semi-directa del anterior volumen.
Al final va a ser verdad aquello que decían de que Iron Fist es como Iron Man pero con artes marciales…
Tampoco me convence demasiado que la premisa inicial (confiemos en que haya un giro inesperado) sea de nuevo la participación de Danny Rand en un torneo de artes marciales contra oponentes que practican artes marciales místicas. Soy el primero que tiene en un altar el Inmmortal Iron Fist de Fraction, Brubaker y Aja, pero esto de momento me está recordando demasiado a una mezcla entre el Torneo de las Siete Ciudades Celestiales y Operación Dragón pero contra adversarios poco carismáticos que casi me hacen sentir como cuando en Dragón Ball los torneos perdieron todo el sentido. Y de lo de que Danny se dedique a robar el Chi de sus oponentes derrotados prefiero ni hablar, porque eso ya es convertir al personaje en Serpiente de Acero…
¡No puedes ir por ahí robandole el Chi a desconocidos!
Pero pese a todo, incluyendo esos pequeños problemas y manías personales, estoy disfrutando del comic. Brisson está consiguiendo que el comic sea interesante (aunque no demasiado original) y estoy bastante convencido de que esto al final será otra de esas historias en las que se hunde al personaje del todo solo para hacer que se levante de nuevo, pero echo de menos al Puño de Hierro optimista que sonreía y tenía sentido del humor. Pero tocara esperar a ver en que acaba todo esto y sobre todo confiar en que las ventas aguanten lo suficiente como para poder ver esa hipotética evolución.
Al menos de vez en cuando vemos asomar al otro Danny Rand
A los lápices tenemos a Mike Perkins, un dibujante que posee un estilo que me recuerda a algo (salvando las enormes distancias) a medio camino entre Michael Lark y Steve Epting, un estilo perfecto para retratar el mundo sórdido y brutal en el que se ha sumergido Danny en esta etapa de su vida, y un dibujante además que se mueve con bastante soltura a la hora de dibujar los combates de artes marciales. Aunque por desgracia, y con toda probabilidad no es culpa suya, sigue conservando aquel horrible rediseño de Kaare Andrews (uno que habrá que soportar también en Defensores, sigh) y que casi me hace añorar la serie de Netflix y su total ausencia de disfraz.
No con esas pintas…
Así que eso tenemos, un buen comic con el que personalmente no he sido capaz de conectar del todo pero que es una lectura bastante disfrutable que sin duda será del gusto de muchos. Yo por mi parte seguiré esperando a encontrar un comic que me devuelva al Puño de Hierro que me gusta (de momento Bendis es mi única esperanza) y confiare en que tiren a la basura ese uniforme de una vez por todas.
Esto si que fue un rediseño bien pensado