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Fear of Faith, Bread and Circuses y algunas historias cortas: Batman en Tierra de Nadie (III)

Fear of Faith y Bread and Circuses podrían haberse llamado perfectamente La caída del Pingüino, dos historias que se continúan una directa a la otra en la que distintos autores nos contarán como Batman empieza a hacerse notar de verdad. Si tomar el control del territorio del Ventrilocuo no fue un mensaje suficientemente claro, es en Fear and Faith donde Batman empezará a coordinarse con otros personajes y empezará a crearse una verdadera red de resistencia…

¡La Cazadora sin Oráculo no es nada!

Y es que al principio de Tierra de Nadie, Batman decide prescindir por completo de la «batfamilia», y ordena a Nightwing y Robin que permanezcan fuera de la ciudad. Tiene la convicción de que la ciudad se ha vuelto demasiado peligrosa, y como el es un señor muy macho y tremendamente duro, prefiere quedarse el solito y que se vayan los demás. Sin embargo, gente como Oráculo o la Cazadora deciden quedarse, mientras la ya mencionada Batgirl asoma por primera vez, por lo que Batman se ve obligado a trabajar con esta gente para poder salir adelante. Fear and Faith se centrará sobre el personaje de Helena Bertinelli, que durante el tiempo en el que Batman estuvo manteniendo un perfil bajo e informándose de la nueva situación de la ciudad, ella ha estado creando su propio territorio y supervisando una iglesia en la que el padre Christian, un cura tremendamente idealista, ha empezado a alojar y a alimentar a todos los refugiados de Gotham que quisieran entrar allí. Todo esto parece muy bonito hasta que el Espantapájaros decide asomar por allí para hacer un estudio antropológico…

Hay gente capaz de cualquier cosa para maltratar a unos refugiados…

Mientras tanto, Gordon empieza a descubrir como entre sus filas hay gente que no quiere seguir los métodos tradicionales y quiere llevar la expresión de «estado policial» hasta sus últimas consecuencias. El miedo a las matanzas indiscriminadas empieza a extenderse entre algunos pandilleros, que empiezan a entregarse a la policía de Gotham, provocando que de la noche a la mañana pasen a controlar buena parte del sur de la ciudad. Por su lado, Batman empieza a hacer equipo con Batgirl y a avanzar hacia el territorio de Black Mask, pero la cosa no podrá avanzar mucho porque las manipulaciones del Espantapájaros empiezan a romper la utopía del padre Christian y se descubre que el párroco ha acabado aceptando guardar armas del Pingüino a cambio de comida. Cuando se corre la voz de todo esto y la gente de Black Mask trata de hacerse con el botín, la iglesia termina convertida en un campo de batalla en el que Batman tendrá que intervenir y evitar que las bandas se lleven a los feligreses por delante.

¿Hace algo la petarda esta en toda esta historia? Más allá de berrear y quejarse, digo.

Bread and Circuses viene a contarnos como Batman, tras los sucesos de Fear and Faith, decide hacer una aparición pública en el Iceberg Lounge del Pingüino y dejar claro que ha vuelto a la ciudad, retando a los gladiadores del pingüino a cambio de las vidas de la gente inocente que tiene presa vete tu a saber para qué. Batman se da de tortas con todo y acaba tomando el control del territorio del Pingüino, que pasará a estar a sus ordenes en una historia que acaba demostrando ser de lo más floja. Ni el guionista Ian Edington ni el dibujo de D’Israeli acaban de ser los más adecuados para esta historia, limitándose a cumplir la papeleta convenida por los editores de DC. Una auténtica pena, porque el Pingüino siempre fue un personaje al que se le saca menos jugo del que debieran.

No, no es el estilo más adecuado para la historia que están contando.

Batman Chronicles era el Unlimited de Batman, una serie cuatrimestral con historias cortas del personaje. En el número 16 vemos como Denny O’Neil nos explica que ha sido de Harold, el chapuzas de la Batcueva, Scott Beatty nos cuenta que es lo que pasa cuando los supervivientes de Gotham saquean la guarida abandonada de un supervillano -el Joker, nada menos- pero la historia realmente importante es Two Down, una historia de Greg Rucka situada antes de Tierra de Nadie en la que la detective Renee Montoya se encuentra con un Dos Caras que está ayudando a los supervivientes del terremoto porque en su moneda misteriosamente siempre sale cara. Es un primer contacto de Rucka con los personajes y el principio de una historia que se irá alargando a través de más de un lustro, con la redención de Harvey Dent llegando a tener cierta importancia en 52 y la propia Renee llegando a ser uno de los personajes fetiche de Rucka a lo largo de su carrera en DC.

Ya sé que Renee es un personaje creado para la serie de animación, pero este estilo igual no es el más apropiado para esta historia…

Mosaic -Batman 565 y Detective Comics 732- es una historia que supone la entrada de Greg Rucka en Tierra de Nadie después de su colaboración en el prólogo. Rucka será el escritor principal del resto del crossover, y en esta ocasión escribe una historia que completar el primer acto de Tierra de Nadie con la caída de Black Mask, además de explicarnos qué es lo que hace Batman con la gente que va capturando; los encierra en Black Gate bajo la supervisión de Lock Up y la KGBestia, dos males menores de los que Batman tendrá que encargarse en un futuro pero que por el momento ejercen de mal menor. Mientras tanto, Barbara Gordon tendrá un shock emocional al encontrarse que hay una nueva Batgirl en Gotham y ni ella ni Batman le han pedido permiso para usurpar su antigua identidad. No es que Mosaic sea el gran estreno de Rucka en el personaje, pero no se puede negar que está un poco por encima de las otras dos sagas anteriores.

Me encanta como en esta ilustración consegumos el mismo efecto que todos los dibujantes anteriores y posteriores que se empeñaron en ponerle a Batman una capa monstruosamente grande.

Mejor está Rucka en Balance, una historia corta que se publica en Legends of the Dark Knight 118 y nos viene a contar que ha estado haciendo Alfred mientras Batman estaba desaparecido. Por su lado, en Shadow of the Bat 86 nos cuentan el día a día de un veterano de veterano de la Segunda Guerra Mundial que al más puro estilo Gran Torino va tratando de mantener su cesped limpio de matones, hasta que recibe la visita del mismísimo Joker y la cosa acaba como acaba. Finalmente, en Detective Comics 733 recuperamos a Bob Gale y certificamos que sin Alex Maleev la cosa pierde bastante, porque «Shades of Grey», una historia corta sobre Thomas Wayne y lo que puede sacar Batman de las experiencias de su padre, es una historia tontorrona y prescindible que tampoco avanza mucho la trama.

Aunque sólo por esta escena el 53 de Azrael merece la pena.

Tras estas tres historias cortas de distinta calidad pero todas ellas prescindibles, algunas guías de lectura nos hablan de dos cómics de Azrael (52 y 53) en los que el personaje vuelve a Gotham, pero en realidad son bastante prescindibles; eso sí, hay que reconocer que el 53 tiene su gracia con el Joker desesperándose porque no hay manera de aterrorizar Gotham con la ciudad destruida. Igual de prescindible es Young Justice Special 1, en el cual tenemos a los chavales intentando echar una mano mientras Batman los echa a patadas. Y poco más que contar, la semana que viene seguiremos con el repaso y a ver si empezamos a librarnos de la morralla y podemos acabar diciendo que esto si que fue un buen crossover y no solo una historia con muy buen arranque y un buen final con relleno entre medias.

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