Green Lantern (el de verdad) ha sido el protagonista de algunos de los crossovers más extravagantes de los últimos años. No hace mucho pudimos verle compartir aventuras con la tripulación del USS Enterprise en su primer crossover con Star Trek del que ahora mismo se está publicando su secuela. Una secuela que se está publicando en paralelo con otra miniserie en la que Hal Jordan sigue los pasos de Charlton Heston y visita nada más y nada menos que el Planeta de los Simios. Y esta semana ha llegado el que espero que sea uno más de una larga lista de crossovers raros, uno en el que el más grande de los Green Lantern Corps se encuentra con todo un clásico de la ciencia-ficción televisiva que fue diseñado por uno de los más grandes autores de cómic que han existido, el Space Ghost.
¡Ya podrian haber hecho algo así en los 80!
Cuando desde un rincón perdido del universo extra-dimensional llega una llamada de alerta advirtiendo del peligro que supone una nueva arma, los Green Lantern Corps envían a su mejor hombre para investigar la situación y detener cualquier amenaza que pueda suponer esa misteriosa arma. Pero esa llamada de auxilio ha llegado a oídos de otro gran héroe espacial, el último de los Peacekeepers, el misterioso Fantasma del Espacio, quien también hará todo lo que esté en su poder para detener cualquier amenaza contra el universo. El único problema es que pese a que estos dos grandes héroes no deberían tener ningún problema en detener cualquier amenaza que se encuentren, primero tendrán que dejar de pelearse entre ellos el tiempo suficiente para darse cuenta de que están en el mismo bando.
Snifs, la espera ha valido la pena
Este especial no es más que uno de los especiales que han reunido a personajes de DC Comics con los de Hanna-Barbera y de los que veremos más en las próximas semanas, encontrándonos reuniones tan rocambolescas como la de Booster Gold con los Picapiedra o ese en el que descubrimos que tras el final de la miniserie de La Muerte de Hawkman, Adam Strange terminó en el mundo de Johnny Quest. Unos crossovers enajenados que hacen que me resulte muy difícil ser imparcial, más que nada porque mi yo infantil hubiese matado por ver juntos a Hal Jordan y al Fantasma del Espacio en acción.
En DC están muy locos
Y aunque este comic no deja de ser una anécdota más o menos inspirada, ha sido suficiente para satisfacer a mi niño interior. Una historia en la que James Tynion IV y Christopher Sebela, además de juntar a estos dos grandes héroes para que se peguen entre ellos y unir fuerzas para derrotar a un enemigo contra el que de poco sirve la fuerza bruta, se han tocado por encima temas como lo peligrosa que es la ignorancia para el pueblo y lo beneficiosa que resulta para las dictaduras. Y de paso han aprovechado para colar un discreto homenaje al personaje que inspiro a Alex Toth para diseñar parte del característico look del Fantasma del Espacio.
Solo hay que probar a imaginarse a Batman sin las orejas puntiagudas…
Aunque lo mejor, y tristemente también lo peor, de este comic, ha sido su apartado gráfico. Quiero dejar claro que a mi Ariel Olivetti es un dibujante que me encanta desde que, si no me falla la memoria, le descubrí, o al menos empecé a estar pendiente de todo lo que hacía, cuando vi su trabajo precisamente en una miniserie del Fantasma del Espacio. Y aquí encontramos todo lo bueno de Olivetti, ese estilo ultradetallado y realista suyo, la forma de colorearse (o más bien de pintar), todo lo que hace que sea un placer para la vista leer un comic dibujado por él.
Cuando quiere, Olivetti es muy bueno…
Pero también encontramos lo malo de Olivetti, esa aparente pereza que en ocasiones le lleva a utilizar como fondos fotografías vagamente retocadas o a meter a cada rato robots y vehículos que parecen haber sido modelados en 3D (y por lo que comentaban no hace mucho a raíz de su Venom: Spaceknight, modelos sacados de videojuegos y similares) e igualmente poco retocados posteriormente, haciendo no solo que la integración con el resto del comic sea mala, sino que rompen por completo la armonía del mismo y casi sacan a uno de la historia por ese aspecto de pegote barato que uno no espera de un profesional con tan larga trayectoria, y menos cuando en sus propios comics se ve que es capaz de dibujar maquinaria compleja o fondos detallados.
Pero cuando no quiere, da un poco de vergüenza ajena
Si, este Green Lantern & Space Ghost no deja de ser un divertimento intrascendente sin mayor repercusión, pero uno con el que se puede pasar un buen rato sobre todo si uno es capaz de dejarse llevar por la nostalgia. Aunque yo personalmente espero que esto no quede así y que este especial no sea más que el primero de una larga serie de crossovers. Algo con bastantes posibilidades de ser una realidad viendo el interés que tienen en DC de explotar al máximo esto de los crossovers absurdos, que en el horizonte ya tenemos otra tanda de especiales que reunirá a los superhéroes de la casa con los personajes de los Looney Tunes, así que me atrevería a decir que en los próximos años podemos esperarnos cualquier cosa.