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Guardianes de la Galaxia 14 – Una excusa tan buena como cualquier otra para reivindicar a Kevin Maguire

Hace  un par de semanas se publicó el número 14 del volumen actual de la serie de los Guardianes de la Galaxia de Brian Michael Bendis, un número de relleno que sirve de respiro entre los crossovers con Civil War II y la nueva etapa del grupo como exiliados en la Tierra. Y este es un comic al que normalmente no le hubiera prestado la más mínima atención, ya que el aburrimiento que me ha provocado la etapa de Bendis con estos personajes hace ya tiempo que me hizo abandonar la serie del todo. Pero este número tenía algo diferente que lo hacía destacar sobre los anteriores, era un número que dibujaba Kevin Maguire. Así que con este comic como excusa voy a aprovechar para reivindicar a un grandísimo autor que últimamente ha sido muy injustamente menospreciado y maltratado y que merecería un trato mejor por parte de la industria.

Algo bueno debían tener los Guardianes de Bendis…

Tras una de las muchas (sin demasiado sentido) batallas de la segunda Civil War, la nave interestelar de los Guardianes de la Galaxia ha sido destruida y esto se han visto atrapados en la Tierra sin posibilidad de volver a surcar las estrellas (porque no deben tener a nadie a quien poder llamar para que les recojan  y nadie jamás en la Tierra ha tenido acceso a ese tipo de transporte…) Así que mientras Mapache Cohete ahoga sus penas en alcohol y comida basura, este recuerda con amargura el motivo por el que odia visitar el planeta de origen de su camarada Star-Lord, el odiado Spiderman…

Si, la Tierra a veces da mucho asco

Básicamente todo el comic es un flashback situado en la época en la que Agent Venom aun formaba parte del grupo y la Cosa aún no se les había unido y en el que Mapache recuerda un enfrentamiento contra unos Skrulls, pero en este caso el trabajo de Bendis al guion es lo de menos. Aquí lo realmente importante es que se trata de uno de esos ahora escasos trabajos de Kevin Maguire, algo que se ha convertido en todo un acontecimiento como tristemente el propio artista nos recordaba en su Twiter.

Esto es de lo mas triste que me he encontrado en Twitter en mucho tiempo

Si, la carrera de Kevin Maguire ha pasado por épocas mejores. Muy lejos quedan esos días en los que yo, como tantos otros, le descubrí en las páginas de la Liga de la Justicia Internacional y  quede enganchado a su trabajo. Y es que incluso en aquella época en la que apenas entendía nada de dibujo (y tampoco es que entienda mucho ahora) la forma en la que Maguire era capaz de mostrar la acción, la cotidianidad o esa forma de manejar las expresiones de sus personajes casi como si fuesen gente real me hicieron darme cuenta de que estaba ante uno de esos dibujantes cuya carrera había que seguir.

Para que luego se quejen del humor en los superheroes…

Pero pese a ser un grandísimo dibujante con incontables admiradores, su suerte en el terreno profesional no ha sido excesivamente buena. Su bache más gordo se podría decir que comenzó a finales de 2013, cuando DC anuncio que el esperadísimo comic de la Justice League 3000 que reuniría de nuevo al genial equipo creativo de la JLI, Kevin Maguire, Keith Giffen y JM DeMatteis, iba a sufrir un cambio de dibujante y Maguire fue reemplazado por Howard Porter. Una decisión absolutamente incomprensible que no solo lastro lo que podría haber sido un grandísimo comic y que fue la gota que colmó el vaso de Diógenes, quien con esto decidió dejar de leer comics de DC durante una larga temporada.

Podríamos haber tenido esto pero en DC fueron demasiado idiotas

El golpe bajo recibido por parte de la editorial con la que había colaborado durante varias décadas pareció aliviarse un poco cuando Brian Bendis se lanzó a ofrecerle su ayuda, algo que muchos esperábamos que acabase siendo otra gran etapa en la trayectoria profesional de Maguire y que acabo siendo poco más que un espejismo reducido a un par de números de relleno. Desde entonces la producción de Maguire cayó en picado de tal forma que da pena ver su bibliografia de los ultimos años. Desde el 2014 casi toda su producción se ha limitado a portadas variantes y números de relleno aquí y allá (incluso volviendo ocasionalmente a DC), y no demasiados, haciendo que sus trabajos de todo el 2016 casi se puedan contar con los dedos de una mano.

Y esto parecía el comienzo de algo grande pero se quedo en nada

Y esto es algo que por desgracia hemos visto demasiadas veces en el pasado, grandísimos autores que ya sea por modas, porque su estilo ya no se considera “hot” por parte de los editores o porque hay una mayoría de lectores ignorantes que no reconocerían el trabajo de un buen dibujante aunque les golpeases repetidamente en la cabeza con un Omnibus, se quedan desaprovechados sobreviviendo en muchos casos a base de “commissions” a los fans, una salida con la que por desgracia los escritores no pueden contar. Y todo ello mientras auténticas nulidades sin idea de dibujo, de narrativa, anatomía o que sencillamente parecen “dibujar” con una mesa de calcar no paran de publicar un trabajo tras otro.

Jerry Ordway es otro que pese a ser capaz de dibujar así hoy en día no es considerado lo suficientemente bueno

Pero lo peor en muchos de estos casos es que ni siquiera hablamos de autores acabados  cuyo mejor momento hubiese pasado hace mucho. Este comic de los Guardianes de la Galaxia es la prueba perfecta de que Maguire es tan bueno como siempre, quizás incluso más de lo habitual (la triste realidad de no tener más trabajos y poder dedicarle más tiempo a lo poco que te surge), que su trabajo no ha perdido la más mínima frescura y que muchos mal llamados profesionales de esto del comic no le llegan ni a la suela de los zapatos. No hay más que ver como personajes tan poco humanos como Mapache Cohete, Groot o los Skrulls cobran vida bajo sus lápices y tienen una expresividad como pocas veces les hemos visto tener, pero por lo visto ser bueno en tu trabajo ya no es suficiente para ganarse el favor de los lectores y editores.

Que alguien capaz de todo esto no tenga una serie regular es un crimen

Quizás la solución para todo esto seria, como han hecho muchos otros autores, liarse la manta a la cabeza, abandonar las dos grandes editoriales y crear sus propios comics en alguna de las llamadas “independientes”. Pero esta es una salida que aunque ha dado muchos buenos resultados a otros creadores, por lo general estos suelen ser guionistas estrellas a los que parece que no les faltan candidatos que quieran dibujar sus cómics, una aparente facilidad para lanzar sus propios proyectos con la que no cuentan los dibujantes en solitario o quizás es que sencillamente estos están tan acostumbrados a trabajar por encargo que no saben cómo poner en marcha algo de este calibre.

Si la solución seria que se juntasen los tres de nuevo y sacasen sus propios comics

Desde aquí lo único que podemos hacer es desearle a Kevin Maguire y al resto de profesionales que se encuentran en su misma situación la mejor de las suertes y que este nuevo año que se encuentra a la vuelta de la esquina sea para ellos mucho mejor que este 2016 que parece que no se acaba nunca. Y a toda a esa masa de lectores ignorantes, les deseamos que aprendan de una vez lo que es un gran dibujante y dejen de encumbrar a la fama a tantos de esos  vendehúmos que luego tenemos que soportar por todas partes mientras que a los auténticos profesionales les cuesta llegar a final de mes. Yo por mi parte creo que voy a desempolvar mis comics de la JLI que después de esto necesito reírme un poco aunque sea de forma agridulce. Y si alguien se lo puede permitir (quien pudiera) Maguire tiene a la venta por aquí autenticas obras de arte que ya me gustaría poder tener colgadas en mis paredes.

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