El frenético e inhumano ritmo de vida al que me somete Diógenes cada día hace que en demasiadas ocasiones vaya posponiendo la reseña de comics, libros, películas o series de las que he disfrutado, a veces tanto que un día me doy cuenta de que me he leído ya veintiocho números de un comics que quería haber reseñado en cuanto salió el primero. Una situación que no me cabe duda de que se debe a un intento de este de obligarme a dejar de reseñar cosas que acabo de descubrir. Pero como se suele decir, más vale tarde que nunca, y aunque hayan pasado unos tres años desde que leí el primer número del Letter 44 de Charles Soule y Alberto Jimenez Alburquerque, el comic me tiene tan enganchado como el primer día a base de algo que a veces parece tan difícil de conseguir como tener una trama en la que rara vez decae el interés.
El pobre presidente no sabe lo sobresaltado que va a ser su primer día de trabajo
Stephen Blades acaba de jurar su cargo como nuevo Presidente de los Estados Unidos, un momento lleno de orgullo para él y su familia que para él es casi un sueño. Un sueño que se convierte en pesadilla cuando en su primer día en el Despacho Oval encuentra la tradicional carta escrita por su predecesor, una carta que le revela un terrible secreto que pondrá patas arriba todo lo que creía saber. Siete años antes la Nasa descubrió una gigantesca nave alienígena en el cinturón de asteroides construyendo alguna clase de artefacto descomunal y envió en secreto a un grupo de científicos y astronautas a bordo de la nave espacial Clarke para investigar lo que estaba sucediendo. Una misión para cuya segunda fase el Ex Presidente había sumido a su país en una escalada militar sin precedentes con la que justificar el increíble gasto del desarrollo de nuevas armas y tecnologías con las que combatir a los alienígenas si estos se decidían a acercarse a la Tierra. Una revelación que pone al Presidente Blades en un grave dilema ¿Debe revelar la verdad a la humanidad y dejar que cunda el pánico o es mejor mantener el secreto y seguir preparándose para lo peor?
Por desgracia para el y para el resto del planeta la carta es muy real
Charles Soule es uno de esos guionistas con los que soy muy precavido porque en todos los años desde que conozco su trabajo son más los comics suyos que no me han gustado que los que sí, casi hasta el punto de poder decir que podría contar con los dedos de una mano los comics escritos por el con los que he disfrutado (She-Hulk, Daredevil, Letter 44 y… poco mas) Pero como en el fondo aun me queda algo de optimismo y en aquel momento aún no me había encontrado tantos comics de Soule que no me hubiesen gustado, le di una oportunidad a Letter 44. Una decisión que me alegro de haber tomado ya que de lo contrario me habría perdido uno de los títulos de ciencia-ficción más interesantes del momento.
Si, eso pequeñito de abajo es la nave de la Nasa, la otra monstruosidad de arriba son los aliens
El mayor mérito de Soule es la labor de “equilibrista” que hace con la trama al mantener al mismo tiempo dos tramas paralelas repletas de personajes, una de ciencia-ficción más “pura” en la que encontramos elementos de exploración espacial, primer contacto con una civilización completamente ajena a la humana y el drama humano y claustrofóbico de una misión solo de ida, y una segunda trama en la tierra que toma elementos de thrillers políticos y conspiraciones pero también de géneros tan dispares como el bélico o el de desastres. Una disparatada mezcla de géneros que no debería funcionar pero lo hace y en la que estas dos tramas que han ido convergiendo poco a poco a lo largo de estos tres años han servido para demostrar que Charles Soule, cuando quiere, es capaz de ser un guionista realmente bueno (y que básicamente este comic es la razón por la que le sigo dando oportunidades a cada nuevo proyecto suyo).
Casi todo tiene cabida en Letter 44
Un comic en cuyo apartado grafico estamos pudiendo disfrutar (interludios argumentales aparte) del trabajo del madrileño Alberto Jiménez Alburquerque. Un dibujante que comenzó su carrera trabajando para el mercado francés antes de dar el salto al otro lado del charco y desembarcar en Estados Unidos, donde su trabajo más destacado ha sido este Letter 44. AJA, como se hace llamar a veces, tenía una complicada labor por delante al tener que dibujar una historia que básicamente requería de el enfrentarse a una amalgama de géneros que le obligaba a dibujar largas conversaciones de gente en despachos, escenas bélicas dignas de lo más espectacular del género y entornos y criaturas alienígenas tan alejadas de la humanidad como fuese posible. Una complicada tarea en la que Alburquerque, pese a que a veces le salen unas caras un tanto raras, consigue salir muy bien parado, adaptándose sin problemas a todo lo que le pide a un complicado guion en lo que parece que no es más que otro paso en una prometedora carrera.
Hay que reconocerle a AJA que imaginación no le falta a la hora de representar todo lo que Soule ha metido en su historia
Creo que tras haber estado leyendo este comic durante los últimos tres años Diógenes no podrá echarme en cara que me precipito en mis conclusiones al decir que estamos ante un gran comic cuya lectura nadie debería dejar pasar. Un comic que además nos sirve para recordar que no deberíamos dejar que nuestros prejuicios contra algunos autores nos hagan evitar disfrutar de grandes obras como estas y que son pocos quienes ya han perdido del todo el derecho a tener otra oportunidad. Yo por mi parte voy a seguir disfrutando de esta épica saga de ciencia-ficción y recomiendo a todo el que disfrute de este género que haga lo mismo, sobre todo antes de que a Diógenes le dé por leerla y nos intente envenenar con su negatividad.