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M’Rabo VS Diógenes : Empress(II)

A diferencia de Diógenes yo tengo un alma y sentimientos y soy capaz de disfrutar de las cosas, por lo que yo he quedado mucho más satisfecho que el con la lectura del Empress de Millar e Immonen. Más que nada al comprobar como el escoces sigue imparable en su carrera por alejarse todo lo posible de esa imagen que se había forjado de vendedor de violencia y gore desmedidos, para lo cual no deja de publicar una miniserie tras otra siempre con un toque optimista y divertido y acompañado por alguno de los mejores dibujantes del momento y creando conceptos que poder vender al cine (¿para qué escribir una propuesta si puedes presentar al estudio un bonito tomo?) Y como ya comento Diógenes ayer al pisarme el tema hoy toca hablar de su penúltimo lanzamiento, Empress, esa divertida Space Opera con un sabor muy clásico que quizás no destaque por su originalidad, pero que si uno esta mínimamente vivo por dentro puede disfrutar mucho de su lectura.

¡Bienvenidos aquellos que a diferencia de Diógenes saben disfrutar de la vida y de los cómics!

Hace sesenta y cinco millones de años la Tierra era un lugar muy diferente al que conocemos. Capital de un descomunal imperio gobernado con puño de hierro por el despiadado Rey Morax, un monstruo despiadado e imparable que disfrutaba con el sufrimiento de otros y que no consentía el más mínimo desafío a su autoridad. Un régimen de terror del que su esposa, la Reina Emporia, está harta y solo quiere huir de todo ello para que sus hijos no tengan que pasar ni un momento más bajo la influencia de su tiránico padre. Pero escapar del mayor dictador del Universo conocido no será fácil, ni siquiera contando con la ayuda del Capitán Dane Havelok, miembro de la Guardia Real y escolta personal de la Reina y sus hijos desde su matrimonio con Morax cuya lealtad absoluta es para ella y no para el Imperio. En su desesperada huida a la búsqueda de un nuevo hogar se encontraran un sinfín de dificultades, pintorescos aliados y una amenaza tras otra, pero nada derrotara sus ansias de libertad…

Y así de fácil se convierten en los fugitivos mas buscados de todo el Universo

Un gigantesco escenario en el que la fantasía y la ciencia-ficción se confunden, malos muy malos, buenos muy buenos, mercenarios con un corazón de oro y personajes que ocultan más de un secreto sobre su pasado… Millar no se sonroja en absoluto al abrazar todos los tópicos posibles del género para contarnos una historia a la que no se puede acusar de ser absolutamente original y en la que muchos elementos nos suenan a ya vistos, pero que pese a ello (o quizás gracias a ello) funciona. Básicamente Empress es un comic muy divertido que bebe y mucho de fuentes como Star Wars y el resto de esa ciencia-ficción que a ratos parece más bien una historia de fantasía con elementos futuristas cosméticos, una “familiaridad” que hace que nos metamos en la historia de cabeza y que consigue que nos dé un poco igual incluso lo muy predecibles que son muchos elementos de la trama.

Y que no falte ese héroe con un punto de fanfarronería que toda historia de este tipo necesita

Y aquí esos elementos fantásticos ajenos a la ciencia-ficción más “dura” son más evidentes si nos fijamos en el personaje que lleva el peso de la acción durante casi toda la trama, el Capitán Dane Havelok. Durante toda la historia parece que es simplemente el estereotipo de soldado caballeroso, valiente y leal que oculta sus sentimientos y que se deja guiar por su honor. Un personaje del que se nos revela al final de este primer volumen que bajo esa fachada se esconde un personaje bastante diferente, y  es que Millar ha aprovechado para contarnos con algo de disimulo su particular versión de los mitos Artúricos. No hace falta hilar muy fino para ver a Dane como Lancelot, a Emporia como a Ginebra y  a Morax como a una versión diabólica de Arturo, pero es que si escarbamos un poco más y hurgamos en la literatura inglesa de caballería del siglo 13 nos encontramos con la historia de “Havelok the Dane” (Havelok el Danés) que nos cuenta como Havelok, príncipe y legítimo heredero al trono de Dinamarca, ha sido desterrado y dado por muerto por un usurpador y como tras encontrar el amor en una tierra lejana (Inglaterra) regresa a su hogar, libera a su pueblo y se convierte en el rey de la tierra de su esposa. Una historia que no me cabe duda de que será el hilo conductor de ese segundo volumen de Empress del que espero que no tardemos demasiado en poder disfrutar.

Pues básicamente parece que el Capitán Dane es un príncipe Vikingo futurista

Yo sigo encantado con esta nueva etapa en la carrera de Mark Millar en la que pese a que se nota y mucho que cada nuevo comic suyo es prácticamente una propuesta que intentar vender al cine, no deja de presentarnos una idea tras otra con una gran variedad temática y en la que afortunadamente ha dejado muy atrás su etapa “dark & gritty”. Si, en sus comics sigue existiendo la violencia y personajes terribles, pero eso ha dejado de ser el centro de sus historias y ya no se regodea con aquella violencia y gore extremos que a ratos nos hacía sentir como si estuviésemos viendo la adaptación de una “snuff movie”. Ahora el eje de su nueva etapa parece ser la diversión y la aventura, una tendencia que espero que se contagie por ahí en las grandes editoriales y se den cuenta de que existe algo más que el dramón deprimente.

Violencia sigue habiendo, pero en proporciones mucho mas racionales

Y como no podía ser de otra forma Millar de nuevo demuestra tener un gusto y un ojo exquisito y en Empress está acompañado por uno de los mejores profesionales del medio (y lo mejor que hace porque en demasiadas ocasiones estos son lo mejor de sus comics), Stuart Immonen. Este se mueve como pez en el agua en esta historia, demostrando en cada página su gran adaptabilidad a toda historia que se le ponga por delante  y que parece estar pasándoselo en grande con todo lo que Empress le permite dibujar. Monstruos grotescos, dinosaurios, todo tipo de vehículos espaciales y docenas de mundos y especies alienígenas diferentes. Nada se resiste al lápiz de este sensacional dibujante que además maneja como nadie unas espectaculares escenas de acción que para si las quisieran muchos directores de cine.

Para que negarlo, Immonen es lo mejor de todo el cómic y sin el, o alguien de su nivel, seguramente no nos hubiéramos leído los siete números

Como decía al comienzo Empress ya ha concluido, pero a diferencia de otros títulos recientes de Millarworld, aquí nos ha presentado un final mucho más abierto de lo habitual al que espero que no tarde mucho en seguir una secuela para seguir disfrutando de las aventuras de esta peculiar familia y explorar los misterios que deja abiertos el final de este comic (misterios que  no lo son tanto si investigamos un poco el origen del nombre de algún personaje que otro) Y mientras llega ese momento seguiré esperando con ganas cada nuevo comic que surja de este “nuevo” Mark Millar que se ha dado cuenta de que a veces los lectores solo quieren pasárselo bien un rato con algo divertido.

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