Si ayer tocaba rescatar un clásico del cine español hoy toca rescatar otro clásico patrio pero esta vez del mundo del comic: Custer, de Carlos Trillo y Jordi Bernet. Un comic de 1986 que en muchos aspectos fue muy adelantado a su época y predijo algunos comportamientos que tristemente se han vuelto realidad, aunque es cierto que (de momento) no con la misma intensidad que en su comic. Y como nunca es tarde para descubrir grandes clásicos, vamos a ver que nos ofrecieron hace treinta años (deben estar mal mis cálculos, los años 80 no fueron hace tanto) esta pareja de grandes autores.
Y que wordpress no nos banee la cuenta por esta portada
En un futuro tan sórdido y deshumanizado en el que la vida humana no tiene valor alguno y en el que el gobierno ha tenido que poner horarios y lugares específicos para disponer de los incontables suicidas que se quitan la vida cada día, un programa de televisión de la CBN arrasa con las audiencias cada semana. ¡Custer! La vida real de una mujer seguida paso a paso por la TV. Así promociona la cadena el reality show cuyas cámaras siguen a Custer las 24 horas del día y muestra toda su intimidad sin tapujos a los espectadores. Una vida muy diferente a la que ella tenía hace años cuando firmó el contrato por el que renunciaba a su privacidad a cambio de tener el resto de su vida económicamente resuelta. Pero ya no hay salida para Custer y su vida se ha convertido en un espectáculo público en el que cada día es una pesadilla en la que su fama la ha convertido en una paria a la que nadie se acerca si no es de forma interesada. Pero el espectáculo debe continuar y las cámaras no pueden dejar de grabar…
Al otro lado de las cámaras no hay tanto glamour como parece
Hace una semana se comentaba por aquí a raíz de un artículo como a veces la realidad supera a la ficción y como muchas veces los comics han “predicho” el futuro, y aunque por suerte la realidad aún no ha superado del todo la ficción que nos presenta Custer, sí que se ha acercado demasiado como para que resulte del todo cómoda su lectura. Y es que con este comic que en su momento se público por entregas en la revista Zona 84 y que nació del deseo de Carlos Trillo de trabajar con Jordi Bernet, ambos autores demostraron ser unos adelantados a su época. Más de una década antes de que se estrenase la película de “El Show de Truman” o de que “Gran Hermano” llenase la pequeña pantalla de telebasura, estos dos autores plantearon un mundo en el que la vida privada de una persona se convertía en un gran espectáculo para disfrute de los más morbosos.
Custer no tardara demasiado en darse cuenta de que ni todo el dinero del mundo puede pagar el altísimo precio de perder toda su intimidad
Pero aunque aquí Custer es plenamente consciente y voluntaria de su participación en el programa, su fama la ha hecho pagar un altísimo precio. El renunciar a su privacidad la ha dejado completamente sola, amigos y amantes renuncian a estar cerca de ella ya que al hacerlo también ellos pierden su privacidad, y solo consigue relacionarse con aquellos que buscan aprovecharse de su fama para convertirse en estrellas mediáticas o quienes son enviados por la propia cadena para animar la trama del programa. Pero es una vida de la que no puede escapar, el contrato que Custer firmó con la cadena fue a perpetuidad y no le queda más remedio que continuar hacia adelante una vida sin esperanzas en la que la muerte casi parece una salida aceptable…
Y como suele pasar en estos casos la «realidad» televisada dista mucho de ser real
Y todo eso sucede en un mundo futuro completamente deshumanizado en el que la vida carece por completo de valor. Por las calles de las diversas ciudades en las que transcurre la trama son constantes las vallas publicitarias que promocionan productos que admiten que son dañinos para la salud pero que también dicen que de algo hay que morir y que al menos no engordan, carteles con horarios y zonas predeterminadas para suicidarse o grupos de música que como parte de su espectáculo cuentan con descuartizamientos en directo. Un futuro negro, desolador y muy pesimista en el que al igual que sucede en muchas otras obras contemporáneas en comic, literatura, cine y televisión, sus autores no creen que sea necesario ningún evento apocalíptico para llegar a él.
No, en ese futuro la vida humana ya no vale nada
Pero el perturbador y casi profético guion de Carlos Trillo no estaría completo sin el grandísimo trabajo del no menos grande Jordi Bernet. Este hace suyo el desolador futuro de Custer mostrándonos unas ciudades sucias, inhóspitas y sin esperanza alguna. Un autor que, al igual que ya hizo en Torpedo durante años, no se corta un pelo en mostrar con toda la naturalidad y el detalle del mundo la brutalidad de la que es capaz el ser humano. Y que pese a que como siempre es capaz de dibujar unas mujeres bellísimas sin censura alguna que valga, aquí consigue transmitir una tristeza enorme en escenas que en manos de autores menos capaces no pasarían de pseudo-erotismo de baratillo. Pero claro, por algo es uno de nuestros autores más importantes y su talento es reconocido internacionalmente.
Si por algo Bernet es un maestro
Tristemente Custer no duro demasiado, Trillo y Bernet la dejaron con un final lo suficientemente ambiguo como para poder retomarla en un futuro (algo que nunca sucedió) y se dedicaron a otros proyectos juntos como Light & Bold e Iván Piire. Pero nos ha quedado una obra bastante redonda que ya se ha reeditado en formato álbum en un par de ocasiones por parte de Toutain y Glenat. Y aunque pese a los tres lustros transcurridos desde esta última aun es relativamente fácil conseguir esas ediciones, igual una tercera reedición de este comic que en algunos aspectos esta más de actualidad que nunca.