Supongo que todo fue culpa de Gerry Conway; y es que Gerry Conway es un tipo estupendo que mató a Gwen Stacy o puso en circulación a Frank Castle, el mayor asesino en serie de la historia del Universo Marvel -porque desengañémonos, en Marvel todo es Nueva York «y las afueras». Tengo que decir que con el amigo Conway me pasa como con Roy Thomas, hay historias suyas que me gustan más que otras, pero nunca me ha parecido un tipo que estuviera al nivel de los grandes a pesar de haber hecho cosas importantes en personajes como Spiderman. La historia que os voy a contar tiene mucho que ver con Conway, los movimientos sociales y la forma en la que Marvel intentaba sacar tajada de ello… En los años 70.
Y es que tras unos años 60 en los que Stan Lee miraba de lado las protestas sociales y hasta sacaba a Iron Man en Vietnam o a Peter Parker quejándose de las manifestaciones universitarias por obra y gracia de la mentalidad ultracapitalista de Steve Ditko, Marvel se volcaba a buscar el mercado de las minorías con personajes negros como Luke Cage o el mismo Pantera Negra, que se llamaba Pantera Negra antes de Malcolm X y se mantuvo al margen del movimiento que compartía su nombre. Tuvieron que matar al reverendo King para que la gente espabilara, y como la cosa parecía funcionar y hasta los chinos -esos que estaban para ser villanos o para limpiar el suelo- parecían dar dinero con tanta película de Kung Fu, las cabezas pensantes de Marvel empezaron a poblar sus cómics de miembros de todos los movimientos sociales que se les pasaban por la cabeza, llegando a colocarnos hasta el sueño húmedo de un motero con Ghost Rider o hasta una superhéroina feminista (recreada por Conway) con Ms Marvel. Todo el mundo da por hecho que el primer intento de heroína feminista de Marvel estuvo en Carol Danvers, pero la realidad es un tanto más turbia, y empieza con Roy Thomas y una tal Thundra…
Era diciembre de 1972 cuando Roy Thomas había heredado el trono de Stan Lee y trataba de mantener su legado escribiendo Los 4 Fantásticos como buenamente podía. Contaba para ayudarle en esa labor el mejor dibujante a aquel lado de Jack Kirby, un John Buscema que ya había colaborado con el en Vengadores llevando a cabo la mejor etapa del grupo hasta aquel momento. Cualquiera diría que los 4 Fantásticos iban a ser coser y cantar para semejante equipo creativo, pero el grupo se les estaba atascando porque ni Thomas ni Buscema tenían el punto de locura genial de un Lee/Kirby desatado. Eran autores que tenían los pies más en el suelo, y sus personajes no eran el torrente de emociones desacomplejado al que estaban acostumbrados los lectores del grupo durante casi toda la década anterior. Por eso enfrentan al grupo a amenazas más convencionales para un grupo de superhéroes como Los 4 Temibles, una versión malvada del grupo que a su vez contaba entre sus filas a Medusa, una tipa con el pelo muy largo que había resultado ser la reina de los Inhumanos y había entablado buenas relaciones con la tropa de Reed Richards, con lo que los 4 Temibles tenían que buscarse un reemplazo pronto si no querían perder el dominio de su web o algo parecido.
Por lo visto tuvieron la inmensa suerte de encontrarse con una Wonder Woman salida de madre llamada Thundra, una amazona salida de la nada que andaba por allí buscando «al hombre más fuerte de ese mundo». El Mago, Pete Pote Pasta y el Hombre de Arena la acogieron con la promesa de que se enfrentaría a ese hombre y la liaron a tortas con la Cosa sin pasárseles por la cabeza que el más fuerte de toda la vida siempre ha sido Hulk, pero la chica se da de tortas con Ben Grimm tan a gusto y tan bien que acaba derrotándolo y hasta protegiéndolo porque -y aquí viene lo bueno- Thundra viene de un futuro en el que la mujer ha ganado la guerra de los sexos y la mujer domina al hombre, con lo que considera que matar a alguien que pertenece al «sexo débil» que se encuentra en total indefesión. Así que la moza se lía a tortas con todos los que amenazan con matar a un «pobre hombre desvalido», cosa que a los 4 Temibles no les acaba de cuadrar porque siguen siendo muy gañanes y mucho gañanes.
Toda esta historia venía enmarcada en una crisis matrimonial entre Reed y Sue, en la que a la Susan le da un tabardillo y se lleva al niño después de que Reed quisiera impedir que Johnny dejara el grupo para irse a vivir con Crystal, la inhumana esa que en aquel momento se estaba liando con Mercurio y… Bueno, vamos a dejarlo en que los personajes femeninos no eran el punto fuerte de Thomas, y que los masculinos tampoco es que fueran gran cosa. Todos los miembros de los 4 Fantásticos actuan de forma irracional y puramente emocional en esta historia con la excepción de Ben Grimm, que se pasará un par de números pegándose con Thundra y flipando con lo idiota que es Reed Richards por no querer pararse un momento a hablar con Susan. El grupo acaba hecho unos zorros al final del número 130 y Thundra, el personaje que nos interesa en todo este follón, decide abandonar la pelea al descubrir el sentimiento paternal de Ben Grimm hacia sus compañeros de grupo; ella buscaba un enfrentamiento honorable con el sexo débil, no a una criaturita desesperada por defender sus polluelos.
Thundra volvería a aparecer en el número 133, ya con Gerry Conway en los guiones, en una historia que se reduce a la amazona retando a Ben Grimm a una pelea en un estadio de beisbol. Como La Cosa no parece muy interesado, ella decide raptar a su novia Alicia y darle un motivo, olvidándose de que la última pelea entre ambos se había visto adulterada por la preocupación de Ben por sus seres queridos; tanto da, Thundra lo reta y la cosa acaba siendo un evento por todo lo alto y con público. La pelea en sí, pues como que poca cosa, los dos se dan de tortas mientras Thundra hace comentarios a lo Torrente (pero respecto a los hombres) y le pega a Ben la paliza de su vida. Todo acaba cuando Reed hace una de las suyas y transforma a Ben en humano, con lo que Thundra se ve obligada a dejar la pelea porque pegarle a un hombre debilucho sería algo muy poco femenino. Ugh.
Conway no volvería a utilizar el personaje hasta el número 148, cuando Thundra se unirá al grupo para darse de tortas con los 4 Temibles, los cuales habían roto la promesa que le habían hecho varios números atrás de no tocarle un pelo a Ben Grimm. Alguno recordará aquellos números por ser en los que Reed y Sue por fín resuelven su disputa conyugal tras casi tres años de pelea, dejando todo el terreno listo para que Gerry Conway por fín pueda explicarnos a santo de que viene Thundra con la batalla de los sexos definitiva: Machus VS Femizonia.
Pero de eso ya hablaremos la semana que viene, que una batalla tan titánica como esa merece ser degustada con tiempo…