A diferencia de desalmados sin sentimientos que esclavizan y encadenan a sus “empleados”, algunos estamos moderadamente emocionados con el Rebirth de DC. Un relanzamiento que si bien no es perfecto y aún tiene mucho que pulir, con su lenta recuperación de todos los elementos perdidos de la editorial están consiguiendo que en muchos casos vuelva a emocionarme al leer sus comics. Y pocos títulos han conseguido habían conseguido ilusionarme tanto como el Action Comics que no solo recuperaba su numeración original, sino que traía de vuelta al auténtico Superman (con permiso del fallecido Kal-L) de la mano de Dan Jurgens, el escritor que en los últimos meses nos había estado contando las aventuras de este refugiado de otra era tratando de adaptarse a este casi distopico New52. ¿Ha estado a la altura de las expectativas?
No es la portada principal pero con esta casi nos podemos creer que lleva su verdadero traje
La muerte de Superman ha dejado un vacío difícil de llenar, pero alguien ha dado un paso al frente para ocupar su lugar como nuevo guardián de Metrópolis, un héroe reluctante del que no todo el mundo se fía pero que está haciendo todo lo que está en su mano para ganarse la confianza del público y que para honrar al héroe caído ha decidido vestir sus colores y su símbolo como muestra de respeto, un hombre llamado… Lex Luthor. Pero no muy lejos de allí, alguien que sabe de primerísima mano de lo que es realmente capaz Luthor reacciona con indignación, sabe que pese a las pruebas Luthor no es alguien en quien se pueda confiar. Es por ello que tras años de ocultarse decide que ya es hora de salir de las sombras y recuperar su nombre y su lugar en el mundo y hacer frente a este usurpador. Después de todo nadie mejor para sustituir a Superman que el propio Superman…
Si eso no es toda una declaración de intenciones no se lo que es
Mentiría si dijese que este comic no me ha emocionado, que no me lo he leído con unas ganas tremendas mientras escuchaba de fondo la B.S.O. de John Williams para la película de Richard Donner y mentiría si dijese que el comic no me ha dejado muy contento. Pero lo triste de todo es que este Action Comics no es un gran comic. Que nadie me entienda mal, no es que sea malo ni muchísimo menos, pero no deja de ser un comic correcto, bien hecho y que parece “de los de antes”, algo que en la DC de los últimos años ha escaseado bastante y que en este caso me ha dejado bastante contento. Pero es que da gusto tener de regreso al primer plano a “mi” Superman, al post-Crisis, a un Superman decidido que no está constantemente dudando de sí mismo, que viste un traje que no parece una armadura (aunque por desgracia no se han atrevido a devolverle su traje de verdad) y que no tiene tiempo para mirar a Wonder Woman porque solo tiene ojos para Lois Lane.
Un Superman que no duda de si mismo y que no necesita irse por ahí a recorrer América a conocerse a si mismo porque sabe perfectamente quien es
Pero sobre todo es un Superman que no duda ni un instante en volver a la acción al ver a Luthor mancillando su símbolo. Porque pese a que este Luthor no es exactamente el que el conoció y no hay pruebas de que haya estado envuelto en nada ilegal, Superman sabe perfectamente de lo que es capaz. Porque para el Luthor es el hombre que se dedicó durante años a compaginar su fachada de poderoso empresario que de cara al público era inocente de todo crimen con su verdadero rostro de monstruo dedicado a financiar durante años todo tipo de actividades criminales, el mismo hombre que secuestro y torturo a Lana Lang, que fue responsable de la creación de numerosos villanos, que se convirtió en el peor presidente de los Estados Unidos (hasta que llegue Donald Trump) y que lidero la Sociedad Secreta de Supervillanos… Como para fiarse
¡Es normal que no se fíe de Luthor! (y cuanto echo de menos el traje clásico)
Y es que como ya sucedía con el especial que dio salida a Rebirth, es por el lado de la nostalgia por donde mejor está funcionando este relanzamiento, en ese recuperar todo lo que DC había dejado a un lado por considerarlo innecesario, algo que a la larga se demostró que no había sido una buena idea. El problema es que como siempre se han hecho las cosas a medias, y al menos de momento no se abandona del todo toda la morralla introducida en el New52, pero como primer paso en la dirección correcta no está mal, un primer paso al que si la ventas siguen acompañando como hasta ahora no me cabe duda de que le seguirán muchos más.
Y así Lex Luthor representa ahora a los fans del New52…
Este es un comic en el que además Dan Jurgens demuestra que, como ya hizo en Lois & Clark, no será el mejor guionista del mundo, pero que es alguien que entiende al Superman “clásico” y a quien se le da bastante bien escribirlo, de tal forma que por primera vez en muchos años he vuelto a emocionarme leyendo un comic del Hombre de Acero. Un regreso a lo básico en el que Jurgens se está homenajeando a si mismo recuperando muchos elementos de una de sus historias más populares (aunque no su mejor historia, ejem) y poniendo en marcha multitud de elementos y misterios que han conseguido que, de nuevo por primera vez en mucho tiempo, tenga ganas de saber que sucederá después. Una tarea para la cual Jurgens está contando con la colaboración de un dibujante con un estilo tan clásico como el suyo, Patrick Zircher (aunque personalmente hubiese matado por ver aquí a Gary Frank), alguien que ha mejorado mucho desde aquellos lejanos tiempos en los que le descubrí como dibujante de Iron Man y al que solo le falta hacer que Superman sonría un poco más para sentir de verdad que ha vuelto.
¿Y que puede haber mas clásico que Ma y Pa Kent enseñándole a su hijo a ser un héroe de verdad?
De momento el balance de Rebirth se está inclinando ligeramente hacia el lado positivo, aunque más por la lenta recuperación de los elementos de la vieja continuidad que por otra cosa, pero como ya sigo más arriba ya es un buen primer paso en la dirección correcta. Y aunque es aún muy pronto para saber en qué derivara todo esto, que con los antecedentes de la editorial y el mantenimiento de la cúpula directiva no es que tengamos demasiados motivos para el optimismo, yo me estoy encontrando con que estoy pudiendo volver a leer comics de DC sin desgana y con ilusión de saber que sucederá después. Y si, sé que probablemente eso es debido a estos espantosos seis años de New52 que han conseguido que hasta un comic del montón parezca bueno, pero… ¿Y lo bonito que es ver de nuevo a Superman pegarse con Lex Luthor?