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Aquaman v Namor (I): El Hijo Vengador de Atlantis

Ya, ya sé que hoy en día están todos hablando de Batman contra Superman, pero hoy me gustaría fijarme en uno de los personajes que aparecen en esa película y sus paralelismos con otro de la competencia; me estoy refiriendo a Aquaman y a Namor, The Sub-Mariner. Para ello vamos a comparar sus planteamientos originales, con la primera historia de ambos personajes.

Sí, las diferencias son un tanto obvias.

Más de una vez hemos hablado por aquí de la tremenda fuerza que tenían los primeros números de Action Comics, con un Superman que no se cortaba un pelo en mandar a zonas de guerra a los congresistas que apoyaban lobbys armamentísticos o que apaleaba a maltratadores. Esa fuerza se fue perdiendo con el éxito, ya que la DC de aquellos tiempos buscaba un público más infantil y menos polémico. Sin embargo, su competencia por aquellos tiempos no tenía tantos miramientos, y en una editorial llamada Timely aparecería una nueva serie llamada Marvel Comics en la que, aparte de debutar la Antorcha Humana Original, aparecía por primera vez un ser anfibio con muy mala uva…

No salía en la portada pero acabó siendo la estrella de la editorial.

Vaya por delante que me encanta este cómic, una historia en la que más allá de que Namor demuestre habilidades sobrehumanas, poco tiene de historia de superhéroes. Creada por Bill Everett para la editorial de «packagers» Funnies Inc, supuestamente iba a aparecer en un cómic gratuito llamado «Motion Picture Funnies Weekly» que se iba a distribuir de manera promocional por varios cines de EEUU. Sin embargo los propietarios de las salas no le vieron interés alguno al proyecto, con lo que el cómic no llegó a salir a la venta y Funnies Inc acabó vendiendo sus contenidos a Timely para incluirlos en el ya mencionado Marvel Comics. Editorial y packager seguirían colaborando durante meses, pero la codicia del editor Martin Goodman comenzó a hacer exigencias imposibles a la gente de Funnies hasta que al año siguiente esta última se vió forzada a venderle los derechos de Human Torch y Sub-Mariner. Y así es como Bill Everett, Carl Burgos o Joe Simon (éste último incluso antes de la venta) acabaron trabajando directamente para Marvel.

Sí, la calidad de las imágenes deja mucho que desear, pero no he encontrado nada mejor que no estuviera recoloreado.

La historia empieza con la tripulación de un barco investigando los restos de un naufragio ocurrido tres años antes. Los investigadores descubren perplejos que la caja fuerte del barco ha sido saqueada y existen restos que dejan clara la presencia de alguien allí recientemente a pesar de que no existe ninguna constancia de que haya habido expedición de rescate alguna desde el día del naufragio. Así que dos de los marineros se ponen las escafandras y vuelven al fondo del mar para tratar de resolver el misterio, sólo para encontrarse con un tipo semidesnudo que nada tranquilamente por el barco.

Sí, Namor empezó siendo azul.

Namor, pensando que los marineros deben de ser robots, decide cortarles «los cables de control» y los deja así sin oxígeno ni comunicaciones con la superficie, ahogando a los dos investigadores. Uno podría pensar que Namor ha matado a los hombres por error y que más adelante la historia lo va a redimir para que acabe convirtiéndose en héroe, pero ni de coña: tras la desaparición de sus dos compañeros otro de los investigadores baja y descubre lo ocurrido, con lo que decide salir corriendo para poder informar a las autoridades. Sorprendentemente consigue volver hasta la superficie y hasta a poner los motores del barco en marcha, pero Namor consigue sujetar la pala del timón y mandar a pique la embarcación con toda su tripulación dentro. Un hijoputa este Namor, vaya.

¡Y lo peor es que luego se descojona!

Y así, el príncipe atlante entrega los cadáveres de los «robots» a su abuelo el emperador, que no muestra ningún tipo de preocupación porque en realidad sean personas y no máquinas. La madre de Namor, Fen, le explica a un aturdido Namor que no debe tener problemas por matar a los habitates de la superficie, porque a pesar de que él mismo sea hijo de un capitán de barco llamado Leonard McKenzie, la mayor parte de ellos son malvados y son responsables de bombardear Atlantis con sus «investigaciones científicas» (allá por 1920 lo del daño ecológico les daba igual y eso de tirar bombas al fondo del mar debía de ser divertido).

En Atlantis son como en tumblr, la culpa la tiene siempre la «gente blanca».

Tras ser animado por su madre a acabar con los malvados hombres blancos de la superficie, Namor decide llevarse a su prima Dorma en su cruzada de venganza. Así que los dos viajan hasta el faro más próximo y, básicamente por joder y para que los barcos se hagan la picha un lío, deciden amargarle la existencia al pobre farero (¡Dorma, dame el hacha que lo reviento!) y reventarle el chiringuito. Sin embargo el solitario trabajador no parece estar tan aislado e indefenso como parece y, tras una rocambolesca persecución consigue llamar la atención de más hombres blancos de la superficie que ponen a los dos atlantes en fuga tras finalizar su sabotaje. El cómic acaba con Dorma y Namor robando una avioneta en pleno vuelo al más puro estilo Grand Theft Auto y dirigiéndose a alta mar.

«-Tu quédate aquí y apañatelas sola que yo tengo cosas que hacer por la mar salada, ¡hasta luego!»

En una época en la que todos los cómics trataban de emular el éxito de un Superman que cada vez trabajaba más para el orden establecido, The Sub-Mariner supuso todo un soplo de aire fresco con su actitud contestataria y completa rebeldía hacia la humanidad en general. Si Superman y Batman defendían el orden establecido, Namor lo despreciaba por considerarlo el responsable de la práctica extinción de su raza, y puso todo su empeño en la destrucción absoluta de toda su civilización. Se había convertido en la estrella principal de los cómics de Timely, eclipsando por completo a personajes como la Antorcha Humana que, aunque no eran facsímiles de los héroes de National y All-American, sí que era más convencional al defender la ley y atacar criminales. La cruzada de Namor no tardaría en enfrentarlo a la Antorcha Humana en el primer gran crossover de la editorial, pero lo que realmente acabaría «domesticando» al Hijo Vengador sería el estallido de la Segunda Guerra Mundial.

Namor empleando toda su mala leche contra la máquina de guerra nipona. Y sí, es ESE general Tojo.

Con la justificación de que los submarinos alemanes y japoneses eran más agresivos para con Atlantis que los de los aliados, Namor declara la guerra a las fuerzas del eje y empieza a unir sus fuerzas a la de su antiguo enemigo Antorcha Humana o al de un nuevo personaje creado por joe Simon y Jack Kirby, el Capitán América. Y es en ese mismo 1941 cuando en National empieza a trabajar un tal Mort Weisinger y en el número 73 de More Fun Comics inventa a dos personajes: un cruce de Robin Hood con Batman llamado Green Arrow y otro anfibio habitante de los mares… Pero eso ya lo veremos la semana que viene.

Parte 2 AQUÍ.

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