El tema del que quiero hablar hoy es uno que seguramente hubiese ignorado olímpicamente de no ser por estar envuelto en el uno de mis superhéroes favoritos, Puño de Hierro. Desde que se anuncio que una de las series que haría Netflix en conjunción con Marvel sería la de este clásico personaje ha existido cierto movimiento entre una parte del público (que no de los fans del personaje) para hacer ciertos cambios, un movimiento que se ha acentuado con el reciente anuncio de que Marvel ya ha encontrado en Scott Buck el showrunner para la serie y que pide ahora más que nunca que el Puño de Hierro televisivo sea interpretado por un actor asiático-americano… porque si.
Lo lógico tratándose de cualquier adaptación seria pensar que dado que Puño de Hierro en el comic es blanco, al ser trasladado a otro medio debería seguir siéndolo, del mismo modo que Harry Potter tenía que ser británico y no americano como querían originalmente los productores de las películas. Pero la estupidez de los directivos, que ya sea por querer quedar bien con la audiencia como con el Johnny Storm negro, por no querer ofender al todopoderoso mercado chino como parece que ha sucedido con el casting de Tilda Swinton para interpretar al Anciano en la película del Doctor Extraño o directamente por una mezcla de racismo y estupidez como sucedió con las películas de imagen real de Dragon Ball, The Last Airbender o la miniserie de Terramar, respetando las etnias originales de los personajes y no acabar con el desastre que acabaron siendo (aunque en estos casos además del casting es que el resultado era bastante lamentable) Si, a veces parece que algo tan sencillo como pedir fidelidad a la fuente original es poco menos que un pecado, pero como pasa mucho últimamente en Estados Unidos, cuando entra el politicorrectismo la lógica y el sentido común saltan por la ventana.
Así es como nos encontramos con esta minicampaña (mucho ruido pero al final son los cuatro gatos de siempre) en la que se reclama el cambio del personaje, una en la que aun no me he encontrado una explicación mínimamente satisfactoria de por qué no se hizo nada similar exigiendo cambiar la raza de personajes como Starlord, Hank Pym, Scott Lang, Daredevil, Jessica Jones, etc., Pero en cuanto se ha tratado de un personaje que es artista marcial, ese sector del público al que le gusta quejarse, azuzado por todos esos blogs que viven de la polémica para generar visitas, se han lanzado a exigir que se contrate a un actor asiático-americano, porque les deben gustar los estereotipos supongo («estereotipos» que a muchos les provoca rechazo que se haga una serie de Shang-Chi… quien los entienda…). Pero lo realmente absurdo de esto es que mientras con los personajes anteriormente mencionados un cambio de raza apenas les afecta, en el caso de Puño de Hierro es parte integral de su historia el ser blanco.
Cualquiera que se haya molestado en leer los comics del personaje y no se haya limitado a mirar un par de imágenes en internet (que con lo que estoy leyendo últimamente sobre el tema parecen ser mayoría) conoce su origen. El niño blanco y rubio de la clase alta estadounidense que se queda huérfano y es acogido en la racista y machista sociedad de K’un L’un y al que su odio por el asesino de sus padres le lleva a querer conseguir el poder del Puño de Hierro para consumar su venganza. En los comics clásicos de los 70 podemos ver como Danny es despreciado por la mayoría de los habitantes de K’un L’un mientras que visitantes de fuera de la ciudad (el monje que conto la historia de Danny a Harold Meachun y al Profesor Wing), solo por parecerse físicamente a ellos son acogidos con respeto. Esto lleva a Danny Rand a sentirse doblemente fuera de lugar, ya que en la ciudad en la que ha pasado la mayor parte de su vida es despreciado por ser diferente a ellos, y al regresar a Nueva York, un lugar en el que debería ser aceptado con los brazos abiertos se siente como un extraño.
A esto habría que añadirle que históricamente uno de los punto más destacados de su historia es su amistad prácticamente fraternal con Luke Cage. Algo que pese a no ser exactamente una novedad, ya que previamente ya existía la amistad entre el Capitán América y el Halcón, lo que si tenía de novedoso es que ambos eran iguales, ninguno era el sidekick del otro, los dos héroes habían tenido comics individuales antes de formar equipo y (pese a que el nombre del halcón se añadiese al título del CA, Sam Wilson siempre fue el “compañero de”) Y buena parte de lo que hacía y sigue haciendo interesante esta amistad es que pese a pertenecer a polos radicalmente (y tristemente) opuestos de la sociedad, Danny y Luke son “hermanos”. Convertir a Puño de Hierro en parte de una minoría eliminaría buena parte de ese simbolismo que tan osado fue en su día y a veces casi parece que hoy en día lo sigue siendo.
Muchos argumentan que esto puede funcionar exactamente igual con un actor asiático (unos pocos piden también un actor latino, pero no hacen tanto ruido como los primeros) ignorando que en los comics ya se ha visto que en K’un L’un quienes se parecen físicamente a ellos no son discriminados, o que si Danny forma parte de una minoría el sentirse desplazado en la Tierra no tiene el mismo efecto, argumentos que quienes defienden echan a un lado haciendo toda clase de malabarismos explicando los cambios que se pueden hacer en la sociedad de K’un L’un para que esto funcione. Pero claro, si necesitas cambiar cosas para que el cambio funcione igual es porque la raza del personaje es importante para su origen… Pero el problema es mucho más sencillo que todo esto, el cine al igual que la televisión es un medio eminentemente visual, y la forma más sencilla y efectiva de que el público sienta que Danny es ajeno a K’un L’un es hacerle físicamente diferente, ni más ni menos.
Y como esto ya está quedando un poco largo y partir en dos un articulo y descansar un día es lo más parecido a unas vacaciones que se pueden tener en el régimen dictatorial del blogerisimo Diógenes, lo dejamos por hoy aquí y volvemos mañana con la segunda y ultima parte de este articulo que yo pretendía que fuese algo cortito y se me ha salido un poco de las manos. Pero es lo que tiene hablar de un personaje que te gusta, que pierdes toda medida.