El irregular estado actual de Marvel y DC se está viendo afortunadamente compensado por todo el material de calidad que están poniendo en el mercado el resto de editoriales (gracias en parte a los autores que salen espantados de las dos grandes), especialmente una Image que se encuentra en su mejor momento. Y con esta ultima prácticamente abonada a la ciencia-ficción, se ha convertido por meritos propios en mi editorial favorita del momento (quien me hubiera dicho eso hace veinte años…) Y de entre sus lanzamientos recientes, y antes de que nos llegue la nueva avalancha de títulos anunciados en Imagexpo, hoy quiero destacar uno que poco a poco se ha convertido en una de mis lecturas favoritas, el Southern Cross de Becky Cloonan y Andy Belanger.
Alex Braith y su hermana no mantenían la más estrecha de las relaciones, pero cuando esta fallece en Titán, la luna de Saturno, en unas extrañas circunstancias que la compañía minera para la que trabaja califica de accidente, Alex se embarca en un largo viaje a bordo del Southern Cross para recoger el cadáver de su hermana y encontrar respuestas. Pero los misterios no esperaran a que Alex llegue a su destino para acosarla y su viaje estará lleno de situaciones extrañas y compañeros de viaje con mucho que ocultar, lo que la llevara a la conclusión de que en todo esto hay muchísimo más en juego de lo que pensaba en un principio y que aunque puede que obtenga las respuestas que buscaba quizás acabe llevándose estas a la tumba.
Con este comic tenía miedo de acabar encontrándome con la enésima repetición/homenaje de Alien en la que cosas horribles suceden en un viaje espacial y la protagonista acaba enfrentándose ella sola contra la terrible amenaza del espacio exterior. Y si, hay elementos en la historia que recuerdan a la película de Ridley Scott y que podrían hacernos temer lo peor, pero tras haber leído los cuatro primeros números de la serie he podido comprobar que esta tiene más puntos en común, salvando las enormes distancias, con historias como Asesinato en el Orient Express, y eso es de agradecer porque he acabado bastante cansado de ver variaciones de Alien repetidas una y otra vez hasta la nausea.
Pero esta no ha sido la única sorpresa del comic, la segunda y que ha estado provocada por mi desconocimiento, ha sido descubrir que Becky Cloonan, a quien solo conocía su faceta de dibujante y de forma muy superficial, es además es una muy buena guionista. No solo ha sido capaz de eludir los tópicos con los que muchos hubiesen rellenado la historia, sino que esta sabiendo jugar muy bien con el escenario claustrofóbico que forma la Southern Cross y manteniendo la tensión dejando caer pistas de que la historia es muchísimo más compleja de lo que parece a primera vista.
La única pena es que Clonan no se encargue también del apartado grafico, que en este caso cae en las manos de Andy Belalger, quien pese a que tiene bastantes puntos fuertes como en el diseño de los escenarios, flojea un tanto en la expresividad de los personajes que aunque no llega a niveles de Ron Lim a veces poco le falta. Esto hace que al final en dicho apartado destaque mas el trabajo del veterano colorista Lee Loughridge, quien con el uso de una limitada gama de colores consigue que nos sintamos como en el interior de la nave y compartamos el agobio y la claustrofobia de Alex y el resto de pasajeros del Southern Cross.
No sé cuantas veces lo abre dicho ya pero lo repetiré una vez más, que gran momento estamos viviendo los aficionados a la ciencia-ficción en el mundo del comic, casi como si estuviésemos viviendo una segunda edad de oro del genero. Podemos encontrar en el mercado tanta variedad y calidad que es difícil que alguien se quede sin encontrar algo de su gusto, y tras haber visto los anuncios de la pasada semana en Imagexpo esta más que claro que esta es una tendencia que de momento no parece que vaya a detenerse.