Los años 70 fueron una época extraña en el mundo del cómic en general y Marvel en particular, con un Stan Lee que se jubilaba y un Roy Thomas que heredaba su trono sin saber muy bien como dominar los egos de los nuevos reyes del bullpen. Es una época en la que la supervisión de la continuidad es más relajada, y las reglas de edición de Stan Lee van saltando poco a poco por los aires a medida que la figura del escritor-editor se va haciendo cada vez más habitual.
Gerry Conway es un escritor atípico, de los de llegar y besar el santo. Entendámonos, Conway empezó a trabajar para DC y Marvel a los 17 años, y dos años después acabaría sucediendo al mismísmo Stan Lee en Amazing Spider-Man. La nueva responsabilidad aterraba a Conway, que a posteriori admitió que sus guiones se sentían forzados y poco profesionales, más nacidos del instinto que «del oficio». Continúa el propio autor reconociendo que ese instinto le funcionaba con Spiderman, pero no con otros personajes con los que no acababa de conectar (imagino que se refiere a gran parte de su trabajo en DC, porque vaya petardos que soltaba) y que todo eso fue cambiando a medida que fue madurando como profesional. Tengo que admitir que Conway nunca fue santo de mi devoción, y aunque su etapa en Spectacular Spider-Man es lo mejor de la era McFarlane, creo que siempre pecó de hacer girar las historias sobre personajes desdibujados o poco construidos sin ninguna entidad como Lápida o, como en el caso que nos ocupa, El Chacal:
Amazing Spider-Man 140 empieza con El Chacal, ése gran personaje que años más tarde nos regalaría la nunca suficientemente vilpendiada Saga del Clon (vale que la peor saga de los 90 fue Matanza Máxima, ¡pero eso no quiere decir que la Saga del Clon no acabara siendo un despropósito!). El cómic empieza con la recapitulación de lo ocurrido en el episodio anterior, contándonos que el Grizzly ha atacado a Jameson, que Spiderman lo ha perseguido y que no se sabe como el Chacal y el Grizzly lo han capturado más tarde en su identidad de Peter Parker, y así se van alegremente los dos paseando al principio del cómic.
Peter ha debido de estar quejándose bastante, porque el Chacal le pide al Grizzly que lo noquée. Tiene narices que Conway hable de que su recap del principio del cómic sea redundante cuando el mismo procede a hacer otro en aquí mismo contándonos que Spiderman persiguió al Grizzly y tal. Vale, de momento llevamos cuatro viñetas contando lo mismo.
Parece ser que tras el noqueo del Grizzly Peter es despertado (¿en un bar?) por Betty Brant y supongo que su novio por aquellos tiempos, Ned Leeds. Ned demuestra sus dejes de Duende (que sí, que ya sé que luego eso se retconeó pero me da igual) con un discurso paternalista sobre que Betty suele tender a la histeria y que un café le vendrá bien a Peter para recordar como acabó inconsciente en el bar o donde sea que lo encontraron sus amigos. La cosa acaba con Peter metiéndose en el baño dando un portazo (y cerrando con llave).
Por lo visto Peter se metió en el baño para mirar el extraño dispositivo que llevaba en el antebrazo, un cacharro que lleva una grabación del Chacal contándole que a través de el va a poder espiar sus movimientos y descubrir la identidad secreta de Spiderman (sin saber que el propio Peter es Spiderman, por supuesto). Tiene narices que en el artículo del mes pasado Jameson contratara a Mac Gargan para también descubrir la identidad secreta de Spiderman a base de espiar a Peter, pero supongo que eso en aquellos tiempos era un tópico de la serie. Las otras dos viñetas son Glory Grant coqueteando con Peter y Flash Thompson teniéndole envidia por tenerla de vecina. En la última viñeta Spiderman decide quitarse el cacharro del brazo.
Y después de quitárselo vuelve a ponerse sus mallas y se va al Bugle a interrogar a Jonah, que le cuenta que el Grizzly era un luchador de lucha libre llamado Maxwell Markham con el que tuvo un roce hace once años por algún tipo de malentendido.
Spiderman se larga después de vacilarle cosa mala a Jonah y este le tira un zapato de 50 dólares, y eso con la inflación debe de ser bastante caro. Más tarde, Spiderman investiga una casa vacia en la que supuestamente estuvo el Grizzly, pero sólo encuentra huellas en el polvo.
Tras interrogar a un experto en lucha libre (igual es Hector del Mar, ¡vete a saber) Spiderman por fín localiza al Grizzly, que por lo visto estaba pegándose con otros tres luchadores a los que apaliza de mala manera. Tras dar buena cuenta de ellos, empieza a pelearse con Spiderman, que parece que tiene ganas de recordar sus orígenes como estrella de la televisión.
Spiderman derrota al Grizzly -cuyos poderes venían de un exoesqueleto de peluche- y lo atrapa con telaraña, dejándole claro que no se puede vivir con tanto veneno en la cabeza. Y hala, que se larga diciéndole que el Chacal lo ha manipulado pero que ya se encargará el de ajustar cuentas. Y fín.
¿Se te ha hecho corto? Ya, a mi también. Conway pierde mucho tiempo recapitulando el número anterior, y la historia parece limitarse a Spiderman librándose de la trampa del Chacal y cazando al Grizzly. Pero antes de sacar conclusiones demasiado rápido, vamos a ver que nos hemos perdido…
El dispositivo era exactamente para lo que habíamos pensado, Peter Parker consiguió nuevo piso en el número anterior y Gloria Grant es su nueva vecina (que para colmo es modelo, de ahi la envidia de Flash Thompson). El malentendido entre JJ Jameson y el Grizzly no es tal, los editoriales del primero arruinaron la carrera del wrestler y el hombre pide venganza. La casa vacía llena de polvo era la casa a la que siguió Spiderman al Grizzly al final del número anterior, y al no encontrar nada nuestro amigo y vecino decide patearse los gimnasios de Nueva York a ver si alguien conoce por dónde paraba el susodicho oso. Se lo encuentra en un gimnasio vengándose de sus excompañeros de trabajo que no lo defendieron cuando Jameson arruinó su carrera, y durante la pelea con Spiderman se revela que el exoesqueleto que lleva es creación del Chacal. Y poco más que contar…
La semana que viene volveremos con Amazing Spider-Man 260, un cómic guionizado por… Agh. ¿¿Tom DeFalco?? ¡Este tío me persigue!