Ya sé que dije que no volvería a hablar de los crossovers estos de Secret Wars, pero es que esta semana hay un crossover especialmente malo, absurdo y digno de resucitar a la Santa Inquisición. Y encima peca de políticamente correcto, Inferno:
Inferno es el crossover que marca el principio del fín de la edad dorada de Uncanny X-Men y el lento fundido en negro de la etapa Claremont en la serie gracias a Bob Harras y Jim Lee, pero de eso ya me he quejado bastante en un montón de posts. Lo curioso de Inferno es que nunca fue una historia de X-Men, si no de los Nuevos Mutantes. Los lectores de la Patrulla X y Factor X se quedaron un tanto perplejos con esta historia, porque de repente todo Nueva York se llenaba de demonios y nadie sabía muy bien el porqué. Si hubieran seguido leyendo New Mutants en vez de dejarla porque no les gustaba Sienkiewicz -merluzos- se habrían enterado de que a Illyana Rasputin (la hermana de Coloso) llevaba años teniendo problemas para controlar la dimensión demoniaca que gobernaba, el Limbo, y que ni siquiera el Doctor Extraño y Magneto habían conseguido estabilizar el asunto. Si a eso le unimos el que el poder demoniaco iba consumiendo su alma poco a poco, tenemos que Inferno era una historia que se llevaba gestando durante casi toda la década de los 80…
Porque en Inferno Illyana acaba perdiéndo la batalla y los demonios del Limbo se rebelan, Illyana es dominada por su lado oscuro y Nueva York acaba convirtiéndose en un lugar divertidísimo en el que los edificios se comen a la gente y los supervillanos de Spiderman se vuelven demoniacos. Y con esos materiales se gestó el crossover de Marvel del 89, que afectó a casi todas las series de la compañía con historias la mar de divertidísimas como la de Excalibur o trágicas como la de -en serio, Simonson y Bogdanove están que se salen- Power Pack. No va a pasar eso con el «revival» de la serie en Secret Wars, básicamente porque los autores ni siquiera han entendido de que iba la historia original…
Porque en Inferno «redux» nos hablan de un reino de Battleworld en el que Nueva York ha sido tomada por los demonios durante años y los restos de X-Men y Factor X se han unido para mantener la zona en cuarentena. Si uno lee la historia original, le queda claro que la idea era empezar por Nueva York para extenderse ya no sólo por la tierra, si no por todo el universo. En esta historia no hacen eso y se quedan a vivir placidamente en la Gran Manzana, mientras Coloso hace incursiones en la ciudad todos los años para intentar rescatar a su hermana. La cosa no va nada bien y Cíclope -que no Tormenta, que en aquellos tiempos era la líder del grupo- decide cortar por lo sano y dejar de hacer esas excursiones, dando por hecho que arreglar lo de Inferno es un imposible. Algo muy propio de Scott Summers vaya, sabemos que no deja de ser un papanatas que si no tiene una pelirroja de por medio no tiene ningún motivo para… Espera un momento.
Una de las historias principales de Inferno es la caída en desgracia de Madelyne Pryor, la mujer a la que abandonó Scott en cuanto Jean Grey resucitó por obra y gracia de Shooter/Busiek/Byrne/Layton. De hecho, toda la trama del crossover con Factor X nos habla de como los demonios la corrompen y la transforman en la Reina Duende, que se lleva al hijo de Madelyne y Scott -el niño que de mayor será Cable, es complicado de explicar- y sacrificarlo a Satanás o algo peor. Así que aquí volvemos a tener a nuestro querido Scott abandonahogares pasando de su exmujer y su hijo, repitiendo el mismo error garrafal de hace casi 30 años y que todos pensamos que hoy en día jamás podría ser posible repetir. En un cómic en el que se ha rediseñado a la Reina Duende para no ofender a nadie -pues a mí me han ofendido y mucho- no se han preocupado de que un supuesto héroe abandone a su mujer y su hijo como un mediamierda cualquiera. Explícame una cosa Marvel, ¿os preocupa más que se vea el bajoteto de Madelyne que el que Scott sea un miserable?
Voy a dejar de lado el hecho de que Illyana no aparezca con el uniforme que llevaba por aquellos tiempos y salga con el original de los Nuevos Mutantes y el que N’Astirh aparezca de color rojo sin ser tecnoorganico (antes de tener el virus era verde). Vamos a decir que son «detalles». Lo que me saca de quicio es que, centrando como centran la historia en Coloso e Illyana, se pasen por el forro de los cojones a los Nuevos Mutantes, los compañeros de Illyana y los verdaderos protagonistas de la historia. Sale en la historia Domino -personaje malparido por Rob Liefeld que en tiempos de Inferno no estaba ni en proyecto, afortunadamente- y Boom Boom, que si bien se uniría a los Nuevos Mutantes después de Inferno, en aquel momento pertenecía a los X-Terminators, y poca o ninguna conexión tenía con Illyana. Pero claro, ¿que podemos esperar si el guionista es Dennis Hopeless, guionista de la última y fracasada encarnación de X-Force?
Honestamente Marvel, si vais a hacer un «revival» de historias clásicas, por lo menos intentad encargárselas a gente que le guste o que por lo menos entienda el material original. Hopeless no solo no entiende Inferno, es incapaz de hacer una historia interesante. El What If que sacó Marvel en su día sobre Inferno es hasta más interesante, y eso también ningunea a los Nuevos Mutantes y encima está dibujado por el mediocre Ron Lim. Pero mejor que lo que nos esta planteando Marvel en esta miniserie ya es. Y ojo, que todavía tienen unos cuantos números para liarla…