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Alex+Ada – Robots tan humanos como nosotros

Hay ocasiones en la que los prejuicios nos hacen alejarnos de obras que valen la pena y tardamos en darnos cuenta de que estábamos más o menos equivocados. Esto es lo que me ha sucedido recientemente con Alex+Ada, la serie creada por  Jonathan Luna y Sarah Vaughn, a la que he tardado caso un año en acercarme simplemente por mi negativa a volver a leer nada que tuviese que ver con los hermanos Luna, ya que creía erróneamente que ambos estaban detrás de este proyecto. Pero una vez superados mis prejuicios y leído e comic, me he encontrado con que si no es uno de esos cómics memorables que se recordaran durante décadas, sí que es una lectura interesante a la que valdría la pena echarle un ojo.

La próxima vez me fijare mejor en los nombres que aparecen en portada…

En un futuro no muy lejano la humanidad cuenta con la compañía de robots personales creados para satisfacer cualquier necesidad, trabajadores,  compañía, amantes… En ese futuro vive Alex, un joven que no ha superado la ruptura con su prometida y cuya vida se reduce a ir de casa al trabajo y viceversa… Pero todo cambia cuando el día de su cumpleaños su abuela le hace un regalo muy especial, un androide femenino diseñado para hacerle compañía. Ada, que así llamara Alex a su androide, solo responde a sus órdenes, no tiene la más mínima iniciativa, curiosidad  o inquietudes,  y pese a su muy humano aspecto no es muy diferente del robot de limpieza que ya tenía en su casa, una simple maquina. Alex se plantea devolver a Ada a la fábrica ya que no soporta su falta de humanidad, pero algo le impide hacerlo y se plantea otras opciones que podrían hacer a Ada más humana, pero que cambiaran su vida para siempre…

Y a mi que solo me regalan ropa y libros…

El haber leído Girls y The Sword, los anteriores trabajo de los hermanos Luna, no solo me convencieron de alejarme de cualquier cosa perpetrada por estos dos, sino que me hicieron estar más que seguro de que Alex+Ada sería la enésima fantasía sexual de adolescente convertida en cómic (hay que reconocer que la propuesta de la serie y los antecedentes de los Luna se prestaban a ello) pero estaba equivocado. No solo el cómic no estaba realizado por ambos hermanos Luna, sino que es bastante mejor de lo que esperaba, aunque tampoco tan bueno como debería. Obviamente la ausencia de Joshua Luna y la presencia de Sarah Vaughn (que tiene toda la pinta de ser la responsable de lo bueno de este cómic) contribuyen a que el cómic sea más que legible y se plantean algunas ideas que, aunque ya hemos visto muchas veces anteriormente, no dejan de ser interesantes, como que es lo que nos hace realmente humanos, los derechos de las minorías, etc.

Incluso un androide puede llorar… (aunque no hacerse intangible ni ligarse a la Bruja Escarlata…)

Pero el principal problema de Alex+Ada es que pese a que el comic tiene buenas ideas y algunas están incluso bastante bien planteadas, Jonathan Luna sigue siendo un pésimo dibujante. Sus personajes son tan expresivos como un trozo de plástico y a lo largo del comic uno casi diría que todos los personajes son robots. Esto es especialmente hilarante cuando hay escenas en las que algún personaje le pregunta a otro que porque esta tan feliz, o triste y solo vemos la misma cara tiesa que no sabes que trata de transmitir. Los decorados además se reducen a la mínima expresión y en más de una ocasión da la impresión de que son calcos realizados a partir de algún programa de arquitectura en 3D. Y casi que preferiría ni acordarme de la vergonzante reutilización de planos, caras y decorados que permiten a Jonathan Luna rellenar páginas enteras a base de repetir una y otra vez la misma viñeta.

Lo juro, no es un montaje, es una pagina real y completa del cómic, una de tantas…sigh

Así que si, Alex+Ada es un comic al que vale la pena echarle un ojo, pero solo si uno está dispuesto a pasar por alto todos los defectos del dibujo. Y quien sabe, a lo mejor ahora que nos hemos librado de Joshua Luna, para el próximo cómic Jonathan tampoco dibuja y se limitan a dar ideas para que las desarrolle otra gente como ha terminado haciendo Liefeld con Prophet o Glory.

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