Que a las editoriales de comics (las centradas en superhéroes sobre todo) les gusta explotar a sus personajes es algo de sobra conocido, y si un personaje o grupo tienen éxito podemos tener claro que tanto sus series como sus apariciones en otros títulos se multiplicaran en ocasiones hasta el hartazgo. En DC Comics desde hace tiempo una de las principales “franquicias” es la de Green Lantern, superada solo por la de Batman y que está formada por Green Lantern, Green Lantern Corps, Green Lantern: New Guardians, Red Lanterns, y hasta hace poco la difunta Larfleeze. A todos estos títulos hay que sumarle la serie de Sinestro, publicación que sin duda obedece principalmente a esa ansia de expandir la franquicia de GL a cualquier precio que tiene la editorial. Lo curioso de este caso es que aunque a primera vista podríamos pensar que nos encontramos ante uno de esos comics creados única y exclusivamente para sacarle dinero a los mas completistas, la peculiar forma de editar de DC ha conseguido (imagino que mas por accidente que por otra cosa) que a día de hoy esta sea la serie más interesante y mejor realizada de toda la franquicia.
Thaal Sinestro de Korugar, antiguo Green Lantern del Sector 2813, siempre fue considerado por muchos de sus compañeros, por los mismísimos Guardianes (y por el mismo) como el más grande de los Green Lanterns. Curiosamente hoy en día, y gracias a los inescrutables (o no tanto) designios editoriales, esto vuelve a ser así… desde cierto punto de vista. Aunque en principio este articulo iba a tratar solamente sobre la serie de Sinestro es inevitable comentar algunos detalles (mucho mas de los que tenia pensado originalmente) de lo que está sucediendo en las series relacionadas con Green Lantern.
La serie principal de la franquicia, el que debía ser el titulo insignia de la misma, Green Lantern, ha llegado a un nivel tan bajo de calidad que han conseguido que eche de menos al Geoff Johns en piloto automático que tuvimos que soportar en los últimos años de su etapa. Robert Venditti, tras enfrentar a los Corps contra “Pseudo-Galactus” y esa “gran idea” de que cada vez que algún portador de anillos de poder los utiliza consume un poco de la energía finita que da vida al universo, nos ha contado su particular versión de “Secret Invasion” con Durlans en lugar de Skrulls. Y no es que yo esté en contra de reciclar ideas o de mostrarlas desde otro punto de vista, pero cuando a la escasa originalidad le sumas una falta total de talento para hacerlas al menos interesantes, las ganas de seguir leyendo esa serie decaen. Y sin tan solo eso fuese lo peor de la serie…
Si el apartado de guion flojea, lo del apartado artístico es casi para llorar. Desde hace algo más de un año el dibujante regular de la serie es Billy Tan, un veterano de los tiempos de Image que hizo sus primeros pinitos en esto del comic en el sub-sello del Top Cow de Silvestri y a quien los años no parecen estar sentando nada bien. Aunque para ser justos el problema recaiga más bien en que los entintadores con los que le están emparejando en Green Lantern no le sientan nada bien, porque repasando trabajos anteriores no era ni de lejos tan nefasto como es hoy en día (aunque quizás es que los entintadores anteriores le mejoraban) Sea como sea el resultado final da más pena que otra cosa y como ejemplo veamos como retrata Tan al protagonista de su serie…
Mientras que este es el aspecto que tiene Hal Jordan cuando aparece en la serie de Sinestro…
¿Una diferencia abismal no? Pues eso es lo que sucede cuando en tu serie principal tienes a un dibujante que en el mejor de los casos es del montón, mientras que en la que uno supondría que es más secundaria tienes como dibujante titular a Dale Eagleshman con Rags Morales reemplazándole cuando Eagleshman se toma un descanso… ¿En serio? ¿No debería ser justo al revés? Pero claro, hablamos de una editorial que pensó que era buena idea que Howard Porter reemplazara a Kevin Maguire en JL3000 o que durante años rechazó todas las propuestas de Adam Hugues para dibujar los interiores de alguna serie.
Aunque si fuese realmente malpensado pensaría que esta extraña asignación de tareas tiene que ver con el hecho de que Tan sea un dibujante que se formo en los primeros años de Image, que vale que no fue en Wildstorm donde dio sus primeros pasos, pero sin duda conoció a Jim Lee en aquellos tiempos… Y si algo nos ha demostrado la historia reciente de DC es que vale más ser amigo de Jim Lee que tener talento, véanse si no los regresos de “gente” como Scott Lobdell o Bob Harras. Cuánto daño hace a veces el enchufismo en el mundo del comic… Pero vamos, que Billy Tan tampoco es un completo desconoc
ido y ha dibujado incluso los Vengadores de Bendis (con mejores entintadores eso sí) y quizás el que este ahora en una de las series más importantes de la editorial con un nivel de calidad tan bajo se deba solo a editores que no saben hacer su trabajo y que dan por hecho que la serie principal va a vender igual la haga quien la haga.
Mientras tanto, y lamentablemente casi sin hacer ruido, Cullen Bunn, Dale Eagleshman y Rags Morales nos dan mes a mes la mejor serie de la franquicia con la peculiaridad de que su protagonista es el principal villano del héroe de dicha franquicia. Y Bunn retoma a Sinestro justo donde le dejo Geoff Johns al final de su etapa, desaparecido en algún aparte del universo tras ser testigo de la destrucción de su mundo y ejecutar a quienes consideraba los responsables últimos de ello, Los Guardianes. Buscado por los Green Lantern y por sus propios Corps Sinestro ha pasado todo este tiempo escondido tratando de hacer las paces consigo mismo y tratando de dominar el nuevo e inmenso poder que ahora posee. Pero ni siquiera alguien como Sinestro puede huir eternamente de su pasado, y cuando este aparece literalmente llamando ante su puerta para recordarle sus responsabilidades y que aun puede hacer algo para corregir injusticias pasadas, a Sinestro no le quedara más remedio que salir de su escondite y recordarle a todos sus enemigos y aliados por qué decidió empuñar el mismo miedo como arma…
Mucho debería aprender Venditti de Cullen Bunn sobre caracterización de personajes, narrativa y en general de todo, y de las comparaciones entre Billy Tan y Eagleshman o Morales creo que no hace falta añadir mucho más. Lamentablemente las ventas no están acompañando mucho esta serie, ya que se encuentra fuera del top100 de ventas (en Julio estaba en el 102), con lo que se demuestra una vez más que la mayoría de lectores no saben ni lo que están comprando, y como esta serie no lleva unas letras gordas en portada que digan “GREEN LANTERN” pues no la compran. Así que me temo que me tocara tratar esta serie como trate a la de Larfleeze, disfrutando cada número como si fuese el último porque en cualquier momento el nulo criterio de los lectores estadounidenses obligara a su cancelación.
Es triste, algo incomprensible, pero no especialmente novedoso, en Marvel les pasa algo parecido con eso de que las únicas series legibles de los Vengadores son cualquiera menos las principales. Quizás la solución sea una menor interferencia editorial en las series importantes (y algo más de ojo a la hora de tomar decisiones) o por lo menos una interferencia a lo Shooter en sus buenos tiempos, con mano de hierro dictatorial pero con buen gusto. Pero para lo de los lectores con mal gusto me temo que eso es ya una causa perdida y solo nos queda llorar…