El Mapache Cohete (a partir de ahora Rocket, porque así se le conoce gracias a la película) fue un personaje secundario creado para la historia de complemento de Starlord. Vamos, que el destino de Rocket siempre fue el de escudero de Peter Quill…
Y es que a Bill Mantlo le ofrecieron el realizar una historia de relleno en Marvel Preview, el magazine de género en blanco y negro que Marvel tenía allá por 1976, y no se le ocurrió otra cosa que llevar más allá la ya de por si trasnochada space opera de Starlord y crear The Sword in the Star, una odisea galáctica (literal) que crearía junto a su complice habitual Ed Hanningan, P. Craig Russell y un debutante Keith Giffen. La historia era más o menos sencilla, en el futuro la humanidad se ha desperdigado por el universo pero ha caido en la superstición y la barbarie. El hijo del rey de los Ithacans, Wayfinder, descubre un día que el mago de la corte no es otra cosa que un científico de más de diez mil años, el cual le revela que la única forma de sacar a la humanidad del feudalismo galáctico es mediante la Sword in the Stars. Wayfinder sale en busca de la misma mediante su nave espacial, y resulta que en el primer planeta en el que aterriza se encuentra a…
Se llama Rocky, pero todos sabemos que es Rocket, aunque también podría llamarse Yoda. El personaje actúa de la misma manera, es el enterao que vive en el mundo salvaje, se mete con el héroe y se descojona mientras lo ve meterse en líos. El cómic acaba con una tal Kirke sometiendo a Wayfinder y Rocky, pero nunca sabremos como continuó la cosa porque el personaje no volvería a aparecer jamás. Tendrían que pasar casi seis años para que Mantlo recuperara al personaje en Incredible Hulk 271, la que por muchos se considera como auténtica primera aparición del personaje (que yo diría que no, porque si no la primera aparición de Starlord habría sido en Annihilation):
En aquel momento Hulk andaba rebotando por el universo -cosas de que a unos alienígenas iluminados les diera por organizar un combate entre las criaturas más fuertes del universo- y acaba en el Cuadrante Keystone, un lugar un tanto surrealista lleno de animales que hablan, máquinas que hacen máquinas, policías que garantizan la ley y el desorden y, en general, locura por doquier. Hulk se pasea por la historia tan aturdido como el propio lector, enfrentándose a payasos asesinos y a los esbirros del malvado topo Judson Jakes, la némesis de Rocket. El número acaba de forma un tanto anticlimática, con Hulk siendo transportado a otro lado del universo y sin que el conflicto entre Rocket y Judson sea resuelto. Perco claro, Mantlo se estaba guardando un as en la manga, porque tres años después aparecería la primera serie limitada de Rocket Raccoon:
Esta serie de cuatro números no tendría continuidad, pero los lápices de Mignola definen al personaje y gráficamente lo aproximan muchísimo más al personaje que conocemos. La historia empieza con una guerra de bandas entre Juson Jakes y Lord Dyvyne en la que Rocket se ve obligado a intervenir, y hay que reconocerle a Mantlo que realiza aquí uno de sus mejores trabajos. Aumenta la ya de por si surrealista atmósfera del Cuadrante Keystone que ya habíamos visto en Increíble Hulk pero a la vez poco a poco se va descubriendo la verdad de que haya tantos humanos locos y bichos parlantes, asi que recomiendo que os lo leais si podeis; no es una obra maestra pero es entretenido. Para cuando llega el final de la serie Rocket y sus compañeros deciden salir a explorar el universo, tras lo que el personaje desaparecería por completo hasta que en 1992 Byrne lo recuperara para el número 44 de She-Hulk:
Lo cierto es que Rocket en toda esta historia es un invitado de piedra en todos los sentidos, porque apenas tiene protagonismo en ninguno de los tres números y todo se centra en el peculiar sentido del humor de Byrne -uno de los números esta hecho a base de pinups de Hulka mientras en pequeñas viñetas se recopila la historia hasta ese momento- sin que la presencia de Rocket importe lo más mínimo. Y nos volveríamos a quedar sin Rocket durante una larguísima temporada, con cameos puntuales aquí y allá pero ninguna aparición más del personaje o ninguna explicación de que fue de los amigos de Rocket después de que todos ellos decidieran salir de paseo al espacio al final de su serie limitada. El personaje no volvería realmente a la palestra hasta que en 2007 Keith Giffen lo recuperara para Annihilation Conquest – Starlord, el mismo cómic que vería nacer a los Guardianes de la Galaxia de Peter Quill y que juntaría al personaje con Groot por primera vez:
¿Pero quién puñetas era Groot? El Groot que conocemos hoy en día (el de Yo Soy Groot) no aparecería hasta un poco más tarde, hasta el volumen 3 de Guardians of the Galaxy en 2008. Groot hasta entonces había hablado de forma un tanto prepotente, hacíendose llamar rey de su planeta pero entablando ya una curiosa amistad con Rocket. Su «Yo Soy Groot» empezaría a aparecer en la serie limitada de Annihilation Conquest, pero en aquel momento todavía era capaz de usar un vocabulario bastante más abundante. Es en la serie regular de Guardianes,
después de recuperarse del final de Conquest, cuando Groot empieza a reducir su tamaño poco a poco y a limitarse a soltar su archiconocidísima frase. Poco más hay que decir del personaje, más allá de que en el retconeo masivo de los Guardianes de la Galaxia de Brian Michael Bendis no quedaría muy tocado, mientras Rocket Raccoon pasaría a exigir que le llamaran Rocket y a sentirse insultado si lo llamaban mapache. Y ya que estamos, no quiero terminar el post sin hablar de esto…
Sí, ésa es la legendaria primera aparición de Groot. Pero si decíamos que tanto Starlord como Rocket estan casi irreconocibles respecto a su primera aparición, en el caso de Groot tenemos que… Bueno, entraría dentro del personaje hacer lo que hace en este cómic. Groot llega a la Tierra como monarca del Planeta X, y decide llevarse un pueblo entero para experimentar con el porque le sale de los esquejes. Su plan maravilloso de experimentación con pueblos de la américa profunda se va al traste cuando un científico de una universidad americana decide que lo mejor que puede hacer para acabar con la peligrosa amenaza del Señor de la Madera y Controlador de Árboles es someterlo a una sobredosis de termitas. ¡Espero que los Kree no se enteren de esto o la próxima película de Guardianes de la Galaxia va a tener que prescindir de Vin Diesel!