La sequia a la que nos tiene DC sometidos con ese aborto al que llaman New52 obliga a que uno busque leer cosas de DC casi en cualquier parte… menos en los actuales comics de DC. Pero no solo de releer atrasados o de descubrir etapas inéditas vive el fan de la editorial, a veces uno puede encontrar pequeños atisbos de lo que fue su universo de ficción donde menos se lo espera. Ya me sucedió algo así cuando descubrí el comic de Smallville y como allí sí que había existido una JSA de verdad, y me ha vuelto a suceder con la adaptación al cómic del videojuego de Injustice: Gods Among Us. Eso sí, antes de continuar tengo que aclarar que no he jugado al juego y no tengo claro con detalle que se cuenta en el, solo sé que este comic sirve como precuela al mismo y que está ambientado cinco años antes del mismo. Esto es lo único que conozco de la historia, ya que no he querido profundizar más para no destriparme el argumento. Para un artículo sobre el juego habrá que pedírselo a Diógenes que es el experto en estos temas.
Esta historia está ambientada en un mundo paralelo en el que personajes como Wally West o la JSA no existen y Lex Luthor es el mejor amigo de Superman, pero en el que excepto por eso y por el rediseño de algunos trajes y por triste que suene se parece más al Universo DC (Pre-Flashpoint, el de “verdad”) que el propio Universo DC. En este mundo el Joker ha llevado a cabo uno de sus planes mas macabros, manipular mentalmente a Superman, con un poco de ayuda del gas del miedo del Espantapájaros y ha convencido al Hombre de Acero de que Lois Lane era Doomsday, lo que ha provocado que Superman mate inadvertidamente a su esposa y a continuación ha detonado una bomba atómica en Metrópolis destruyendo también el hogar del héroe. Todo esto ha llevado a Superman perder el control, y pese a los intentos de Batman y otros héroes para que sea la justicia quien se encargue del Joker, no han podido impedir que Superman localice y ejecute al villano a sangre fría… Pero esto es solo el principio.
Las acciones del Joker han llevado a Superman a decidir que su papel y el de sus compañeros tiene que ser más activo y no pueden limitarse a reaccionar cuando aparezca una amenaza, y que si para mantener a salvo el mundo es necesario tomar el control del mismo e imponer sus normas, será eso lo que hagan. Algo así, imponer una dictadura, no le hace la más mínima gracia a Batman quien se opondrá frontalmente a esto y provocara un cisma en la comunidad superheroica entre los partidarios de uno y otro héroe. Esto contribuirá a que Superman vaya perdiendo cada vez más el control y no dejara que nada ni nadie se interponga en su camino, por lo que serán muchos los antiguos camaradas que caerán muertos o mutilados a sus manos. Esto sumado a los planes de Luthor de crear una formula que proporciona superpoderes y que planean utilizar para aumentar el número de aliados en su bando hará que las esperanzas de derrotarles sean cada vez más escasas…
Resulta curioso como un cómic con un argumento tan macabro y en el que muchos personajes se comporten de una forma tan enajenada se “sienta” más DC que el resto de DC. Pero es que ver a los personajes comportarse como si llevasen bastante más de cinco años conociéndose o donde Green Arrow es un señor con toda la barba que lleva años siendo el mejor amigo de Hal Jordan y pareja de Canario Negro es un gustazo. La cosa se entiende mejor cuando nos enteramos de que el argumento del videojuego, aunque ha estado escrito por los guionistas del estudio que lo ha desarrollado, ha contado con Jimmy Palmiotti y Justin Grey (Responsables de All-Star Western, uno de los pocos buenos comics que DC publica hoy en día) como consultantes para asegurarse de que los personajes sean ellos mismos. Aunque eso sí, no podemos obviar que esta historia le debe y muchísimo al Escuadrón Supremo de Mark Gruenwald (Los papeles de Superman/Hyperion y Batman/Halcón Nocturno son casi idénticos), uno de esos comics injustamente infravalorados y que nunca reivindicaremos lo suficiente.
Pero aunque basado en las ideas de otros, la revelación de este comic ha sido Tom Taylor, un guionista del que jamás había oído hablar (el grueso de sus trabajos lo encontramos en los comics de Star Wars de Dark Horse) y que está demostrando que si le dejan, puede llegar a ser muy bueno. En Injustice está demostrando que sabe manejar a los personajes, que los conoce bien, y que incluso con versiones de los mismos que se encuentran en posiciones opuestas a lo que solemos ver de ellos es capaz de que “suenen” a ellos mismos. El éxito de este comic además le ha servido para promocionarse dentro de la editorial (aunque también influye el que en DC se estén quedando sin gente con talento) y ahora le ha tocado la difícil papeleta de reemplazar a James Robinson al frente de Earth2, pero considerando el poco margen de maniobra que tuvo un veterano respetado como Robinson, no creo que a un relativamente recién llegado como Taylor le vayan a dejar contar lo que quiera.
Si, es triste tener que rebuscar atisbos del Universo DC en publicaciones como esta, pero es a lo que nos ha obligado la propia editorial. Que ya me gustaría que las series de la Liga de la Justicia se pareciesen a ellas mismas la mitad de lo que se les parece esta precuela a un videojuego, pero que se le va a hacer, es lo único que nos queda. Así que si alguien tiene ganas de leer una buena historia que se parece a lo que solía ser el Universo DC Injustice es su comic, en el que además podemos encontrar el que fue el último trabajo de Kevin Maguire en la editorial antes de que le tratasen como a basura.