Roger Stern y Marshall Rogers: 50º Aniversario del Doctor Extraño

En 1978, Doctor Strange era una serie bimestral que lo estaba pasando mal en el mercado. La marcha de Steve Englehart se había notado, y el Maestro de las Artes Místicas no acababa de contar con un equipo creativo fijo. Es en ese momento y con la llegada de Jim Shooter al puesto de editor jefe, en el que la «tercera generación» de autores de Marvel toma el control y Roger Stern empieza a escribir Doctor Strange.

Doctor Strange Miller Doctor ExtrañoLo que pudo ser y no fue: Doctor Strange de Roger Stern y Frank Miller. Sin embargo, el éxito de su trabajo Daredevil acabó provocando que la serie pasara a mensual y Miller tuviera que abandonar el proyecto.

Stern duraría en la serie unos diez números, los cuales aprovecharía para cerrar los cabos sueltos de sus antecesores y rematar también los de otra series que el mismo editaba como The Avengers. Su etapa inicial, que llevaría los lápices de Tom Sutton y Gene Colan, duraría hasta 1979 y tendría como villano principal a un primo soso del Gran Cthulhu elaborando varios planes en segundo plano. Es una etapa sosa, en la que Stern empieza a acomodarse con el personaje pero que a la vez parece escrita un tanto apresuradamente, seguramente debido a su inexperiencia, que probablemente no le dejaba coordinar bien su faceta como editor con la de escritor. Su sustituto sería nada más y nada menos que Chris Claremont, el cual ya estaba trabajando junto a Stern en el éxito del momento, Uncanny X-Men. Tras una corta etapa, Claremont deja al Doctor para centrarse en X-Men y Stern a su vez deja su puesto de editor en la serie para empezar a escribir de nuevo Doctor Strange. A partir de aquí Stern empezará a abandonar sus trabajos como editor, centrándose en su faceta como escritor en series como Captain America, Amazing Spider-Man o The Avengers, creando etapas muy recordadas en todas ellas. Pero estábamos hablando de Doctor Strange…

Doctor Strange NightmareBob Sharen sudó la gota gorda para colorear el trabajo de Marshall Rogers y Terry Austin, para los que la cuatricomía empezaba a quedarse pequeña…

Si alguien creía que el regreso de Stern al 177A de Bleecker Street iba a ir en la línea de su etapa anterior, estaba completamente equivocado.  Porque dejando de lado el número de relleno (el 48) que viene a realizar junto a Gene Colan, Stern empieza su nueva etapa dándolo todo, y con el golpe de suerte que supuso tener en los lápices a Marshall Rogers, un dibujante que venía de hacer una de las mejores etapas de la historia de Batman junto a otro veterano del Doctor Extraño, Steve Englehart. Cualquier halago que se pueda decir de Rogers nunca sería suficiente, porque durante la media docena de números en los que estuvo en la serie, tomó como inspiración el trabajo original de Steve Ditko y lo modernizó, devolviendo al Doctor aquellas dimensiones imposibles de su creador original que volverían loco al mismísimo Escher. Apoyándose en elementos nuevos como las tramas mecánicas, los combates mágicos que muestran Rogers y su entintador Terry Austin en estos cómics se apoyan en todo tipo de elementos abstractos, lo cual provoca que Doctor Strange recupere mucha de la originalidad y frescura que había perdido a lo largo de los años. El propio Roger Stern parece recuperar el interés en el personaje, y sus historias empiezan a ser más complicadas e imaginativas, desplegando así todo el potencial del buen Doctor. Y es que tras un apresurado número autoconclusivo con el Hermano Vudú -el mismo que años después le arrebataría el manto de Hechicero Supremo, cosas de la vida- Stern y Rogers empiezan la saga de Morgana Blessing y el Barón Mordo, y ni el tiempo ni el espacio  están preparados para lo que vendría a continuación…

Doctor Strange Tantric exerciseEjercicios tántricos del Doctor con Clea. Lo que en mi pueblo se llama fornicar, vaya.

¿Que puedo decir de esta historia? Pues que es una de las grandes del personaje, de las que crean afición. Durante los cinco números que la componen, Extraño se enfrentará al Barón Mordo y a su archienemigo Dormammu, viajará por el espacio y el tiempo para salvar el alma de una mujer y la de la humanidad y todo para acabar en la desesperación más absoluta. Por el camino veremos la Segunda Guerra Mundial, la américa precolombina y hasta la inquisición tratará de acabar con el Doctor Extraño, llegando la trama a su apogeo en el antiguo Egipto y con el enfrentamiento entre Ramatut y los 4 Fantásticos, en aquellos inicios de la serie de Stan Lee y Jack Kirby. Roger Stern consigue mezclar lo mejor del trabajo de Stan Lee y Steve Englehart en la serie, mezclando el ritmo vertiginoso de uno y la imaginación desbocada del otro, provocando que el lector no tenga un respiro en ningún momento y rompiendo la coraza emocional de Stephen Strange, un personaje que tantas veces ha sido caracterizado como el simple arquetipo del místico en paz consigo mismo. Stephen Strange y Clea son personas, y la llegada de Morgana Blessing romperá para siempre la relación entre ambos.

Doctor Strange Stan Lee Steve DitkoEl protagonista de un cómic conoce a sus creadores, ¡y decían que lo de Waid en Fantastic Four era original!

Tras esta historia comenzará la mejor inestabilidad en el puesto de dibujante que he visto nunca en un cómic. Comenzando por un pequeño fill-in a cargo de nada menos que JM DeMatteis y Brent Anderson, Roger Stern explorará las consecuencias de la batalla contra Mordo con un Doctor luchando contra su propia desesperación y reencontrandose a si mismo, todo ello dibujado por un estupendo Michael Golden que no tenía mucho que envidiar al Marshall Rogers que le había precedido. Y si los ya mencionados Golden o Anderson parecían dibujantes de lujo, ¿que puedo decir de los siguientes? Paul Smith, Kevin Nowlan… El editor de la serie, Al Milgrom, parecía tener un talento increíble para cazar a lo mejor del negocio para hacer un numerito de aquella serie bimestral de poquísimas ventas. Y es que el Doctor Extraño se había convertido en la serie en la que todo el mundo quería trabajar, el comic favorito de todos pero leído por nadie, algo que Stern intentó remediar en su siguiente historia, con el enfrentamiento del Hechicero Supremo contra el Príncipe de la Oscuridad. Y es que si Drácula habitaba en las pesadillas de la humanidad, el Doctor Extraño habitaría en las de los vampiros por toda la eternidad…

cazavampirosPorque cuando el Doctor Extraño se pone a hacer algo, lo termina. ¡Vaya que si lo termina!

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