La fecha exacta se nos ha pasado un poco de largo por culpa de la actualidad y esas cosas, pero no queríamos que terminase el año sin celebrar en Brainstomping el cincuenta aniversario de uno de nuestros personajes favoritos, el Doctor Extraño. Mucho ha llovido desde entonces y muchos son también los autores que se han ocupado de contarnos sus aventuras, pero en lugar de hacer un repaso exhaustivo a toda su historia vamos a limitarnos a recordar las etapas con las que más hemos disfrutado. Por suerte este es un personaje que aunque a día de hoy se encuentra algo maltratado, tiene detrás una rica historia repleta de grandes comics.
Fue en julio de 1963 cuando Stan Lee y Steve Ditko nos presentaron al Doctor en las páginas de Strange Tales, esta serie originalmente había sido una antología de historias de horror y monstruos, pero con el inicio de la Silver Age le dejo sitio a las aventuras en solitario de la Antorcha Humana. Pero en aquellos años en los que el universo Marvel tal y como lo conocemos aun estaba en pañales, Stan Lee no dejaba de buscar nuevas ideas con las que ampliar este. Strange Tales, al igual que Tales To Astonish o Journey Into Mystery, demostró ser un campo de pruebas ideal para probar suerte con nuevos personajes sin tener que arriesgarse a darles serie propia, ya que todos no iban a ser éxitos instantáneos como los 4 Fantásticos. De lo que sí que parecía estar seguro Stan Lee es que quería hacer cosas nuevas, que ninguno de sus nuevos personajes se pareciese a los anteriores, por lo que tras héroes científicos, mutantes y dioses, le llego el turno a la magia. Así fue como en el numero 110 de la serie, Johnny Storm paso a compartir su serie con un nuevo personaje que acabaría convirtiéndose en uno de los pilares del naciente universo Marvel, había nacido el Doctor Extraño.
En aquella primera historia, que parecía una más de aquellas historias de horror que habían protagonizado Strange Tales, el Doctor Extraño se nos presentaba ya plenamente establecido. Aunque en aquel entonces aun no era ni el Hechicero Supremo ni el Maestro de las Artes Místicas, utilizaba el más siniestro sobrenombre de “Maestro de la Magia Negra”. Allí veíamos como Extraño tenía que entrar en los sueños de un hombre para liberarle de las pesadillas que le atormentaban de forma incesante, y como solo con la ayuda del Anciano, su maestro, conseguía detener al responsable de estas, Pesadilla. En aquellas primeras historias ya se establecieron la mayoría de los elementos que caracterizarían al personaje, su Sanctum Sanctorum en Greenwich Village, su criado Wong, su amuleto místico, el Anciano, Dormammu, Clea, Mordo…
Aunque no fue hasta su cuarta historia cuando Stan Lee conto el origen de este nuevo personaje, historia que a estas alturas ya todos conocemos de sobra. El arrogante y egoísta neurocirujano que en un accidente de coche pierde el uso de sus manos, y buscando de forma desesperada una cura milagrosa para su condición acaba en el templo del Anciano en el Tíbet. Allí por primera vez en muchísimo tiempo actúa de forma altruista tratando de salvar la vida del Anciano del ataque de su discípulo Mordo. Con este acto de generosidad acaba descubriendo que aunque su carrera en la medicina esté acabada, ante él se abre un nuevo camino destinado a realizar hazañas más grandes de las que jamás se hubiera atrevido a soñar. Stan Lee necesito tan solo ocho páginas para dejarnos claro quién era este personaje y porque hacia lo que hacía, algo para lo que hoy en día haría falta una miniserie de seis números como poco…
Pero el Doctor Extraño no hubiera pasado de ser otro de los personajes que pasaban con más pena que gloria por aquellas antologías de no ser por el increíble trabajo de un hombre, Steve Ditko. El Doctor Extraño no hubiese sido el mismo si no hubiese contado con aquella atmosfera psicodélica y surrealista de la que Ditko doto a su trabajo en este comic. Cada dimensión que Extraño visitaba, las criaturas a las que se enfrentaba o la forma de representar la magia eran algo único que no tenía comparación con ningún otro comic, era como si el Doctor extraño viviese sus aventuras dentro de una pintura de salvador Dalí.
Pero el papel de Ditko en la serie no se limito al de dibujante, este comenzó siendo co-argumentista junto a Stan Lee y más tarde acabo encargándose por completo del argumento, limitándose Lee a escribir los diálogos, convirtiéndose así el Doctor Extraño en uno de los trabajos más personales de Ditko. Al escribir sus propias historias y gozar de mayor libertad, Ditko acabo dando rienda suelta a su imaginación, en esta etapa las historias fueron ganando en complejidad y los viajes del Doctor extraño le llevaron a lugares cada vez mas retorcidos. Fue en esta época cuando nacería una de las creaciones más significativas de Ditko para el Doctor extraño y para todo el Universo Marvel, Eternidad, la personificación viviente del mismo universo.
La popularidad del Doctor Extraño fue creciendo lentamente y acabo apropiándose por completo de la serie, cambiando el titulo de esta a “Doctor Strange” en su número 169 (aunque conservando la numeración de Strange Tales). Pero tras la marcha de Lee y Ditko dicha popularidad decayó y el Doctor fue pasando de mano en mano sin que nadie pareciese saber qué hacer con él. Roy Thomas fue quien se ocupo de buena parte de esta etapa posterior pero nada de lo que intento, como lo de cambiarle su uniforme por uno más “superheroico” (mascara incluida), darle una nueva identidad secreta o contar con el grandísimo Gene Colan, consiguió reavivar el interés de los lectores por el personaje… En el numero 183 [Noviembre de 1969] su serie fue cancelada de una forma un tanto abrupta. Las tramas que quedaron colgadas se terminaron en las series de Namor y en la de Hulk, tramas que desembocarían en el nacimiento de los Defensores en Marvel Feature. En Marvel seguían sin saber muy bien qué hacer con él personaje pero parecía que no querían rendirse con él, así que le dieron una nueva oportunidad en las páginas de Marvel Premiere. Barry Windsor-Smith, Archie Goodwin o el mismísimo Gardner Fox fueron algunos de los escritores que trataron de relanzar al personaje, pero no fue hasta la llegada de un relativamente novato Steve Englehart en el número 9 de la serie cuando el Doctor Extraño empezó a recuperar el brillo perdido.