Elementary 2º Temporada: Sherlock Holmes contra «Snowden» y «Anonymous»

El año pasado hablé por aquí de Elementary, la versión de la CBS de Sherlock Holmes, y mi opinión por aquel entonces no era muy buena que digamos. Pero la cosa cambio con el tiempo, seguí viéndola y casi sin darme cuenta vi la temporada entera y me quede con ganas de ver la segunda. El truco fue tomármela como un procedimental más con protagonista excéntrico, si no pensaba en que se supone que ese es Sherlock Holmes no tenía problema en disfrutar de la serie, resultaba muy entretenida. Pero tras el episodio emitido la semana pasada ya no sé qué pensar. Y es que de todas las tramas posibles que podía esperar encontrarme en una serie de este tipo, lo último que esperaba era encontrarme con unos “sosias” de Edward Snowden y de Anonymous y menos con la versión que se daba de estos.

Esta es una de esas historias que jamas espere encontrarme en televisión

La historia comienza cuando Ezra Kleinfelter (cuyo apellido da nombre un desorden genético que solo afecta  a los hombres, y que curiosamente provoca entre otros la disminución del tamaño del pene y los testículos pequeños, yo no digo nada… ), quien trabaja como contratista civil para una empresa de seguridad que en realidad es una fachada de la CIA, se da cuenta de que sus cuentas bancarias han sido congeladas y de que numerosos agentes federales le están esperando por fuera de su trabajo. Kleinfelter huye de allí sin pagar al taxista que le había llevado (esto parece que no es importante, pero en cierto modo lo es…) y los agentes federales se quedan sin poder atrapar a su presa. ¿Pero porque Kleinfelter es tan importante para el gobierno?

No empieza con buen pie este personaje

Kleinfelter había robado de su empresa información muy sensible que afectaba al gobierno estadounidense y, lo que es “peor”, la estaba filtrando a la prensa. Esto había puesto en alerta al gobierno, y en cuanto habían descubierto quien era el responsable de las filtraciones habían ido a por él con toda la artillería, es en este momento cuando interviene Sherlock Holmes. El detective recibe la visita de Mr. Mueller, un misterioso hombre que afirma venir de Bruselas y que dice representar a un grupo de personas que apoyan la causa de Kleinfelter. Esta presunta organización teme que el gobierno estadounidense pretenda eliminar a Kleinfelter, así que pretenden que Holmes le localice y se lo entregue a ellos, quienes se encargarán de buscarle asilo en alguna embajada amiga lejos de las garras de su gobierno (y asi tenemos un poquito de Assange en la mezcla).

Fiese de mi, soy un completo desconocido que no tiene una sola prueba de lo que afirma

Holmes no se cree la historia de su visitante y decide investigarle a él en su lugar, descubriendo que en realidad se trata de Elliot Honeycutt, ex militar estadounidense que también trabaja para la misma fachada de la CIA en la que trabajaba Kleinfelter. Es en este momento del episodio cuando la historia comienza a desvariar. Holmes y Watson comienzan a investigar a Kleinfelter tratando de localizarle, aunque sin intención en principio de entregarle a la CIA. Descubren que sus filtraciones, no se han realizado a numerosos medios de comunicación como suele ser habitual, estas se han hecho a un solo medio. ¿El motivo de esto? Que la periodista que había trabajado con Kleinfelter era muy atractiva y que este se la quería “beneficiar”. De pronto Kleinfelter ya no parece tan heroico…

Ni libertad de información ni leches, lo hacia para mojar

Pero Kleinfelter esta ilocalizable y espiar a la periodista no parece dar sus frutos, al menos no hasta que Holmes se da cuenta de que es el portero del edificio del periódico quien hace de enlace entre la periodista y Kleinfelter. Holmes descubre que el portero pertenece a ”Everyone” un grupo de ciberactivistas que se están ocupando de mantener a salvo a Kleinfelter (si, son anonymous). Pero tras los intentos de Holmes de sonsacarles la verdad los “ciberactivistas” descubrirán quién es en realidad el detective y procederán a “vengarse” de él. Holmes y Watson verán cómo sus teléfonos son hackeados, al igual que sus perfiles en redes sociales y que los repartidores de pizza les llevaran docenas de pizzas a su domicilio… casi como si quisieran representar a estos ciberactivistas como a una panda de niñatos rencorosos y malcriados…

Son tan malvados que incluso te cambian el salvapantallas

La cosa empeorará cuando Holmes, pese a los intentos de ”Everyone”, consigue averiguar quién de ellos estaba ocultando a Kleinfelter. De forma nada sorprendente resulta ser otra atractiva mujer quien le escondía, y hablo en pasado porque para cuando la localizan esta ha fallecido y no de forma natural precisamente. Kleinfelter la golpeo cuando trató de intimar con ella y la chica le rechazó y el golpe fue tan fuerte que acabó con su vida. A estas alturas yo diría que a los guionistas les interesaba demasiado dejar claro lo despreciable que es Kleinfelter…

Alguien esta decidido a dejar claro que este personaje no es buena gente…

Holmes reanuda sus investigaciones entre los “ciberactivistas” y descubre otro hecho sorprendente. Pese a lo que estos afirman que son multitud y de que no responden ante nadie, estos tienen a un misterioso líder que no solo les da órdenes, sino que les financia. Se trata de Darragh (nombre de origen gaelico que es uno de los nombres del diablo celta) O’Connor, un multimillonario defensor de la libertad de información que planea sacar a Kleinfelter del país para llevarle a Venezuela, país del que imagino en Estados Unidos debe tener una imagen tan pésima como Irán o Corea del Norte. Y se ve que a este millonario le da un poco igual que Kleinfelter haya matado a una chica inocente de su propia organización…

¡La cúpula de Anonymous existía de verdad!

Pero Holmes consigue averiguar todo esto a tiempo, y acompañado de la policía, se dirigen al aeropuerto justo a tiempo de interceptar a Kleinfelter y a su benefactor. Pero Kleinfelter aun se guarda un último as en la manga, si no sale del país se harán públicas las identidades de ocho agentes estadounidenses que se encuentran infiltrados en diversos países “enemigos”, lo que provocaria que estos fuesen arrestados y seguramente asesinados. Por si no había quedado ya lo suficientemente claro que Kleinfelter era un tipejo despreciable…

Solo les ha faltado ponerle un bigotillo a lo Fu-Manchu para que parezca mas malvado

Esto obviamente no puede quedar así, Holmes no piensa dejar que Kleinfelter se salga con la suya, así que se lo juega todo a una última carta a la desesperada, apelar al patriotismo de Elliot Honeycutt, el agente de la CIA que había tratado de contratarle. Holmes consigue convencerle de que, pese a la negativa de sus jefes , su deber es acceder a los archivos que robó Kleinfelter y avisar a los agentes estadounidenses para que busquen refugio. Éste no se lo piensa demasiado y lo hace, lo que permite a las autoridades ordenar el aterrizaje del avión que llevaba al asesino hacia la libertad y arrestarle por todos sus crímenes.

Menos mal que contamos con los honrados agentes de la CIA para que nos protejan… 

¿La moraleja de este episodio? Que quienes filtran información a la prensa son unos criminales pervertidos que solo piensan en su propio beneficio y que no te puedes creer que los grupos de internautas anónimos no sean un grupo organizado con una cúpula en la sombra, ah, eso y que los agentes de la CIA en el fondo no son tan malos como parecen… Yo no daba crédito a lo que veía en el episodio a medida que éste se desarrollaba, al comienzo del episodio esperaba que presentasen a los personajes de forma ambigua para que cada uno sacase sus propias conclusiones, pero no ha sido así. Desde el primer momento han ido a la yugular, desprestigiando a esta mezcla de Snowden/Assange/Manning, un tipo tan despreciable que mata a la mujer que desea si no puede llevársela a la cama, al que le importa muy poco la seguridad de los demás y que incluso se marcha de un taxi sin pagar. Los ciberactivistas tampoco es que hayan quedado mucho mejor parados con la visión que se ha dado aquí de ellos, igual les ha faltado relacionarles con redes de pederastia o algo así para poner la guinda del pastel.

Ya podría aprender la CBS de Dreamworks, estos últimos al menos tratan de disimular…

La intención de guionistas, productores, o quién quiera que sea que ha dado la orden de hacer este episodio, ha quedado clarísima, lo triste es que les ha quedado una historia tan maniquea y partidista que han conseguido que series como JAG o NCIS parezcan comunistas. Y la verdad es que casi se me han quitado las ganas de seguir viendo la serie tras esto, supongo que le daré alguna oportunidad más y si vuelven a la fórmula de “el caso de la semana” no la abandonaré, pero tras este episodio les he perdido todo el respeto.